Científicos de la Cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja (UR) estudian un rastro de pisadas de un dinosaurio carnívoro, hallado en el yacimiento de la Virgen del Campo, en el municipio de Enciso, que es "clave" para analizar el movimiento de estos animales en un terreno muy blando.

Esta es una de las principales conclusiones del equipo que ha trabajado durante julio en este yacimiento, que se ha centrado en el estadio de este dinosaurio, que, según los primeros indicios, es el primero de estas características que aparece en este afloramiento riojano, en el que hay cerca de medio millar de huellas fosilizadas de estos animales, conocidas como icnitas.

Así lo ha explicado este miércoles a Efe la directora de los trabajos y de la Cátedra de Paleontología de la UR, Angélica Torices, quien ha precisado que este rastro ya se había encontrado en la primera década del siglo XXI, pero es ahora cuando se ha analizado en detalle y se estudiará en profundidad.

Las 21 pisadas de este rastro son de tamaño pequeño y mediano y su importancia reside en que no se parecen a las del resto de icnitas de carnívoros hallados en este yacimiento, algo que se ha conocido en este estudio, lo que indica que se trata de "otro tipo de carnívoro, que estuvo andando en ese lago de hace 120 millones de años", que conformaba este paraje de Enciso, ha dicho.

Dinosaurios de dos metros de largo

Según los primeros indicios de la investigación, podría tratarse de un animal de unos dos metros de longitud, tipo 'velociraptor', 'dromaeosaurus', ha informado la investigadora.

Ha recalcado que, durante los últimos años, lo descubierto en este yacimiento de Enciso corresponde a icnitas de carnívoros de mucha mayor envergadura, de unos seis metros de longitud.

Para el equipo investigador, este nuevo rastro permitirá determinar nuevos datos al conocimiento de la biomecánica de la pisada de estos animales en un terreno muy blando.

También se podrán conocer, ha dicho, nuevos aspectos sobre "cómo entraba y salía el pie del dinosaurio de ese barro y cuál era su postura en estas circunstancias cuando tenía que enfrentarse a un terreno muy fangoso".

Según Torices, resulta "complicado adivinar cómo se movían los dinosaurios porque la biomecánica del pie es distinta a cuando uno se mueve o corre", algo que cree que no tenía que ser nada fácil en las circunstancias de este tipo de terreno.

Andar haciendo 'eses'

Otro de los detalles curiosos de este rastro es su forma de curvatura, que parece indicar que el animal no solo iba en línea recta, sino que caminaba en una trayectoria en forma de 's', lo que puede revelar que, quizá, tenía algún obstáculo a la hora de moverse, con lo que, para ella, es "muy interesante".

La técnica de restauración utilizada en estas icnitas, que, además, se ubican en una zona muy deteriorada por la lluvia y el viento, se presentará en las Jornadas de Paleontología previstas los próximos 5 y 6 de septiembre en Salas de los Infantes (Burgos).

Junto a este rastro, el equipo que conforma la Cátedra de Paleontología de la UR ha completado sus trabajos con el estudio de otros dos rastros de tres y nueve huellas, respectivamente, halladas en este mismo yacimiento y que corresponden a un dinosaurio herbívoro, de pequeño tamaño.

Torices ha incidido en el valor histórico "incalculable" del yacimiento de la Virgen del Campo por el medio millar de huellas localizadas durante los últimos años y su diversidad, entre ellas, un rastro de un dinosaurio nadador, que fue el primero que se encontró en el mundo.

Este último rastro está situado junto a dos rastros de cocodrilo, a los que se ha aplicado un sistema de realidad aumentada para facilitar su visualización didáctica y divulgativa.

En este yacimiento también están fosilizadas las huellas que muestran el inicio de una pelea entre un dinosaurio carnívoro y otro herbívoro, las marcas dejadas por el barro deslizado debido a un fuerte terremoto y las rizaduras producidas por el oleaje.

Los yacimientos de icnitas de La Rioja están considerados como unos de los más importantes del mundo y los paleontólogos calculan que hay más de 10.000 pisadas fósiles visibles.