Los dos casos de presunto acoso laboral contra mandos del acuartelamiento de Los Rodeos que se conocieron ayer e investiga la Justicia presentan una particularidad: en ambos están involucrados cinco sargentos. Esto aclaró ayer el Supremo a EL DÍA, tribunal que ha revocado el archivo de los procedimientos por parte del Tribunal Militar Territorial Quinto de Tenerife y le ha obligado a abrir juicio oral. En total, entre uno y otro caso, la Justicia investiga a siete sargentos por presunto acoso y a un capitán de la misma unidad de Los Rodeos por no atender una de las denuncias. Estas dos revocaciones del Supremo se han producido, además, en menos de dos meses.

El primero de los casos

En el primero de los casos, el Supremo ordena que se investigue la denuncia realizada por la sargento Sánchez, a quien, según el relato de la denuncia, cinco compañeros del mismo rango hicieron la vida imposible durante años profiriendo insultos contra ella como "minion", "lesbiana", "gandula", "jodida enana" o "comechichis", además de varias desautorizaciones ante la tropa. Curiosamente, entre los compañeros de la sargento denunciante que ahora serán investigados figura otra mujer, quien dijo de ella, entre otras cosas, que era "un hombre frustrado en cuerpo de mujer".

El segundo de los casos en los que el Supremo ha corregido la decisión del Tribunal Militar Territorial Quinto de Tenerife es casi un calco del primero, aunque, en esta ocasión, el denunciante y presunta víctima es un hombre, también sargento. Según consta en la sentencia, a la que tuvo acceso EL DÍA, los denunciados, siete sargentos que supuestamente maltrataron, acosaron e injuriaron a un compañero del mismo rango, forman parte también de la unidad BIA Mistral. Entre esos siete están los cinco militares investigados en la primera causa.

El alto tribunal actuó a instancias de la Fiscalía en ambos casos y en el primero ordenó la deducción de testimonio de un capitán que desoyó las denuncias de la sargento cuando esta le relató el calvario que estaba sufriendo, alegando que no quería problemas en el cuartel.