Este mes de julio abre en València el Centro Mundial para la Alimentación Sostenible (CEMAS), un organismo impulsado por el Ayuntamiento de València y la FAO, con el objetivo de divulgar e impulsar otro modo de relacionarse con la comida más saludable. Vicent Domingo, su director, aboga por políticas que fomenten los productos de proximidad. Una apuesta segura para combatir los efectos del cambio climático.

El ciudadano de a pie no acaba de ver cómo afecta la alimentación a agravar el cambio climático.

Bueno, es fácil de explicar. Tenemos merluza aquí cerca, pero acabamos comiendo una que se ha pescado en la otra punta del mundo. Una merluza no hace nada y dos toneladas tampoco, pero miles de toneladas ya suponen un tipo de producción agropecuaria no sostenible. Algo que genera un tanto por ciento elevadísimo de los gases de efecto invernadero. Hay que pararse y repensar por qué nuestro entorno tiene alimentos de sobra para comprar.

¿Qué hay que decirle al consumidor?

Hay hábitos de vida que tenemos que modificar, porque estamos haciendo de la compra una moda compulsiva. Tenemos que revisar la nevera y comprobar si todo lo que compramos es necesario, porque está demostrado que no. Necesitamos muchísimo menos de lo que adquirimos.

¿Cuál es el objetivo del Centro Mundial de la Alimentación Sostenible?

Se trata de un espacio de divulgación para captar buenas prácticas, pensado para orientar e inspirar en acciones que ayuden a contrarrestar los efectos del cambio climático con una nutrición que fomente la sostenibilidad.

Si las cadenas alimentarias traen fruta de Sudamérica que nos empeñamos en comer en invierno aunque no sabe a nada ¿de quién es la culpa?

Habrá que esperar al verano para comer fruta y verdura del terreno, cargada de vitaminas y buen sabor. En invierno deberíamos consumir algo más energético.

O sea, volver a lo que hacían nuestros abuelos y padres.

Sí, a la dieta mediterránea y a los productos de la huerta que están a unos kilómetros de casa. Un ejemplo de lo que tenemos en València es la Tira de Comptar, el espacio de Mercavalència al que los pequeños agricultores de la huerta acuden para la venta directa de sus productos, frescos y recién cosechados.