La jueza Ana Serrano-Jóver ordenó el pasado 31 de mayo el ingreso en prisión de los cinco presuntos implicados en el asesinato del empresario Pedro Carlos Machín Quintero para evitar que huyeran de la Isla ante la elevada pena de privación de libertad que podrían cumplir por un delito de tal gravedad, para impedir que destruyeran pruebas y con el objetivo de que no sufrieran "presiones" externas.

Ayer el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) informó de que se ha levantado el secreto de sumario y divulgó los autos de entrada en la cárcel de dichas personas, que están siendo investigadas por un delito de asesinato contemplado en el artículo 139 del Código Penal y que conlleva una pena máxima de 25 años de prisión.

En dichas resoluciones de la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna se confirma que, en base a la investigación efectuada por la Policía Nacional, el presunto autor intelectual de la ejecución de Machín, Evaristo González Reyes, conocía y se reunió varias veces fuera de su despacho de abogados con el individuo que realizó los disparos y con el acusado de conducir el vehículo robado con el que acudieron al aparcamiento de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de La Verdellada, en La Laguna. Según los documentos judiciales que trascendieron ayer, el varón que efectuó los tiros contra Carlos Machín es E.I. Oliva H.

Según los miembros del Grupo de Homicidios que llevaron a cabo la investigación y ratifica la autoridad judicial, E.I. Oliva también se encargó de llevar a cabo otras gestiones en la planificación del asesinato. Una de ellas consistió en contactar con otro individuo, J.M.C., para que robara un coche y, a cambio, le perdonaba una deuda económica que este último supuestamente tenía con Oliva. Presuntamente, J.M.C sustrajo un Renault Clio de color blanco en el número 7 de la avenida de Los Majuelos el 15 de abril de 2018, dos días antes de que se produjera la muerte de Machín.

Con varias jornadas de antelación, E.I. Oliva también se ocupó de la búsqueda de un lugar en el que poder esconderse tras disparar contra la víctima. Para ello contactó con otros dos de los arrestados que ingresaron en prisión, identificados como J.M. Medina B. y D.A. Ramos R.

Según lo que se supo ayer, E.I. Oliva efectuó un total de once disparos, de los que seis llegaron al cuerpo de Carlos Machín. Evaristo González Reyes explicó que conocía a E.I. Oliva y que en un par de ocasiones se reunió con él, ya que acudió a su despacho en la condición de cliente.

Otro de los implicados

Otra de las personas implicadas que entraron en Tenerife II el pasado 31 de mayo es J.D. González. Evaristo González Reyes comentó a la autoridad judicial que apenas conocía a este último. González fue el encargado de conducir el Renault Clio blanco hasta el aparcamiento de la Escuela Oficial de Idiomas (EIO), esperó con el motor en marcha a que Oliva presuntamente efectuara los disparos sobre Carlos Machín y, posteriormente, llevó el citado turismo hasta las inmediaciones de la cafetería Havana y un templo religioso situado en el barrio de Gracia, en la avenida de Los Menceyes, donde el vehículo fue quemado.

Además del delito de asesinato, a González se le investiga por un delito de tenencia ilícita de armas. El pasado 29 de mayo, cuando fueron detenidos los ahora acusados, los agentes de la Policía Nacional efectuaron un registro en su vivienda, donde encontraron una pistola Vesta del calibre 6,35, un cilindro mecánico que encaja perfectamente en el arma anterior y un revólver Smith&Wesson del calibre 38.

El mismo día de los hechos, González contactó con dos de las personas que debían facilitar la fuga desde la avenida de Los Menceyes y ocultarlo a él y a Oliva en una finca. Uno de esos individuos, según las pesquisas efectuadas por los investigadores, es J.M. Medina B., que, a propuesta de Oliva, contactó con D.A. Ramos R. para intentar que este dejara dormir en su propiedad a dos personas entre la noche del 17 de abril y la mañana del día siguiente.

Tras quemar el Renault Clio de color blanco, Medina se puso en contacto con el autor material de los disparos y con D.A. Ramos, según las conversaciones detectadas por los funcionarios del Grupo de Homicidios. Esta persona (Medina) supuestamente ofreció 6.000 euros al propietario de una finca para que dejara dormir al presunto autor de los disparos y al conductor que propició la fuga del lugar de los hechos.

En opinión de los integrantes de la Brigada Provincial de Policía Judicial, si propuso una cantidad tan elevada de dinero por pernoctar una noche debía sospechar de la gravedad del hecho en el que estaba participando. D.A. Ramos R. también ingresó en la cárcel el 31 de mayo pasado, ya que, según los agentes, fue la persona que facilitó una propiedad para dejar dormir a los dos conocidos de Evaristo González Reyes.

El conocido abogado y empresario vinculado al ocio nocturno y la restauración en La Laguna negó ante la autoridad judicial su implicación en el asesinato de Carlos Machín Quintero, argumentando que era "un gran amigo suyo". Sin embargo, las gestiones de los agentes de la Policía desmienten tal planteamiento. El Grupo de Homicidios tiene indicios o pruebas de que se reunió varias veces con Oliva y González con anterioridad al asesinato. Pero los funcionarios reconocen que no conocía al resto de personas implicadas en los hechos, ya que Oliva efectuó varias de las gestiones clave.

Delito especialmente grave

El abogado defensor de González Reyes alegó ante la jueza Serrano-Jóver que el secreto de las actuaciones afectaba al derecho de defensa. Y la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna respondió que la Directiva 2012/13/UE solo obliga a permitir el acceso a aquellas diligencias que no afecten al secreto de las actuaciones y en este caso no hay actuaciones que pudieran contribuir a ese derecho de defensa y no afectan al buen fin de la instrucción, tratándose de un delito especialmente grave.

Cuando expone los motivos del envío a prisión de González Reyes, la autoridad judicial recuerda que busca evitar la presión sobre el acusado, ya que este y la víctima tenían muchos amigos en común e, incluso, intereses laborales. Respecto a las dolencias que presenta el presunto autor intelectual del asesinato, la jueza afirma que no es posible aplicarle una prisión preventiva atenuada, aunque deja a criterio del personal médico del centro penitenciario la evaluación de González Reyes.