La macroencuesta del Ministerio de Agricultura sobre los hábitos de consumo de los hogares españoles deja algunos datos sobre Canarias que llaman la atención a los especialistas y que merecen muchas reflexiones. El médico, investigador, profesor en la ULL y exjefe de Nefrología del Hospital Universitario de Canarias, Benito Maceira, considera que la encuesta refleja algunas claves de la dieta de los canarios marcadas por la baja renta en las Islas.

Aunque subraya que estos estudios varían mucho de un año a otro por metodología, "y así el año anterior estábamos de los primeros en bollería y ahora los penúltimos", cree clarividente el hecho de que los isleños sean los segundos que más consumen alimentos y bebidas y, sin embargo, queden quintos por la cola en cuanto al gasto. "Eso demuestra que comemos más y peor por ser más pobres; es decir, comemos con peor calidad, entre otras cosas porque el 30% de los canarios cobra menos de 600 euros y, en Tenerife, el 75% no supera los mil euros. Esto explica también que, por ejemplo, tengamos un 14% que solo puede ingerir carne fresca, pollo o pescado dos veces a la semana, cuando los penúltimos en esto son los murcianos, pero con un 4,7%".

El alto consumo de queso, la subida en aceite y azúcar la atribuye al Régimen Especial de Abastecimiento (REA, sistema que pretende garantizar el abastecimiento del Archipiélago de productos esenciales para el consumo humano), que también influye en la carne congelada. Además, lamenta el alto precio del pescado y su escasez por cómo son los fondos isleños y coincide con Redondas en que el agua potable es "aceptable, pero en la provincia oriental, y de ahí el alto consumo de embotellada".

Asimismo, tanto Lluis Serra, catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y experto en Nutrición, Medicina Preventiva y Salud Pública, como el médico teldense Ricardo Redondas, exdirector de Salud pública del Gobierno de Canarias, coinciden en remarcar como muy sorprendente que, en ese análisis, los isleños aparezcan como los segundos que menos consumen productos de bollería cuando, al mismo tiempo, ocupan el quinto puesto entre las regiones con más problemas de obesidad.

Según los datos oficiales de 2018, el 20% de la población canaria pesaba más de lo que debía, si bien Redondas eleva ese porcentaje a casi el 50%. Para este especialista, los resultados de la encuesta demuestran "que nos queda aún mucho margen de mejora. Aunque me llama la atención lo de la bollería, el análisis confirma el excesivo consumo de queso y, por el contrario, la poca carne de pollo que comemos. Y es que en canarias tenemos un problema con la carne roja, que comemos demasiado, mientras que ingerimos mucho menos de la fresca por un problema de suministros".

A su juicio, esa situación se debe, sobre todo, al aumento de la población, que ha hecho aumentar la demanda de carne de los mataderos isleños y, sin embargo, la insuficiente oferta ha hecho que se recurra a la importada y congelada. Además, y en algo casi más importante, la presencia de entre 16 y 17 millones de turistas al año en los últimos ejercicios hace aún más difícil que se disponga de producto fresco en este ámbito.

Redondas también llama la atención sobre el hecho de que los canarios sean los líderes en el consumo de agua embotellada, lo que achaca más a los "prejuicios" sobre la calidad de la del grifo que a la realidad. En su opinión, la potable se consume más de lo que se reconoce "porque existe la percepción social de que es mala y da vergüenza reconocer que se bebe. Sin embargo, es de más calidad e lo que se cree y los puntos con problemas, sobre todo con el flúor, son más bien pocos".

No obstante, en lo que se muestra más crítico, al menos en lo que cree que se ha de introducir más matices, es respecto al dato de que los isleños sean los segundos que más consumen, al tiempo que los cuartos que menos gastan en alimentación y bebidas. A su juicio, este segundo dato es discutible si no se añade el esfuerzo que lo destinado a la comida (1.368,6 euros por persona y año) no tiene en cuenta lo que eso supone en la renta disponible de cada canario o familia. De introducirse esa variable, está seguro de que Canarias estaría a la cola, aparte de que, respecto al volumen del consume, cree clave que somos líderes en el consumo de agua y eso nos lleva a casi liderar el global.

Por el contrario, cree que en Canarias, por un problema de renta y, por tanto, de pobreza muchas familias comen muy mal, tienen problemas de obesidad y, por tanto, más tendencia a otras dolencias. Por su parte, Serra tiene claro que en las islas se consume más., peor porque se compra "más productos baratos, así como estacionales, como los refrescos". Por supuesto, vincula lo del agua a su calidad y alerta sobre el bajísimo consumo de frutas y, sobre todo, hortalizas, "algo que redundará en ciertas dolencias".

Para este prestigioso experto, los datos en general del estudio no son muy sorprendentes y "siguen la línea previa". Sobre el escaso consumo de pescado y mariscos, considera clave lo que ocurrió con "la pérdida del caladero de Marruecos en su día y el producto que llegaba por la tarde, así como por la sobreexplotación y la búsqueda de producto congelado, aparte de que no es lo habitual en el interior de las islas".

Un dato positivo, por el contrario, es el aumento del aceite de oliva, lo que vincula al REA, así como del vino y la cerveza. Sobre la bollería, le llama la atención la cifra, si bien alerta del aumento del pan industrial (aunque las Isla siguen últimas) y sus consecuencias.