José Luis Crespo (26) es físico y también ha conseguido que 1,7 millones de personas en España sientan curiosidad por la ciencia gracias a su canal de YouTube. Gracias a la plataforma y en su canal, donde es conocido como QuantumFracture, ha conseguido un éxito que se ve reflejado estos días en TLP Tenerife, donde se le hace totalmente imposible recorrer los pasillos sin que una gran masa de jóvenes le paren para conseguir una foto con él. En su canal, Crespo transmite de manera muy asequible, pero sin perder el rigor, cultura científica general.

En realidad siempre ha querido divulgar ciencia, entonces, ¿por qué estudió física?

Nunca tuve claro lo de hacer divulgación o comunicación. Estando en el instituto en realidad lo que quería era conocer más sobre física. La divulgación, sin embargo, siempre ha estado presente en mi vida porque desde pequeño he consumido este tipo de contenido en libros, documentales e incluso YouTube. Pero eso lo que me generaba era aprender física no aprender a comunicarla. En ese sentido, hice la carrera de Física para saber más y durante ese transcurso de la carrera me di cuenta de que en lugar investigar enseñar física a los demás no estaba mal.

Y en ese transcurso, ¿cómo llega a YouTube?

Me da la sensación que es inherente a nuestra generación. Durante 2010 y 2011, mis colegas y yo descubrimos YouTube, empezamos a ver a RubiusOMG y de repente me sumergí en un mundo completamente nuevo. Elegí YouTube en concreto porque cuando empecé a ver a los divulgadores científicos estadounidenses en la plataforma, como Veritasium o SmarterEveryday, me di cuenta de que ellos tenían unas libertades y una frescura con las que no contaba el formato documental. Por mi parte, estaba un poco harto de leer en libros y documentales que te explican lo mismo una y otra vez. Al final, esas libertades son una de las cosas que más me enamoran de YouTube.

Cuando empezó, la plataforma estaba mucho más de moda que ahora, ¿cree que si empezara hoy, elegiría otra plataforma para transmitir sus contenidos?

Seguiría utilizando YouTube. Instagram no es la mejor plataforma para las cosas que yo hago. Las historias molan pero acaban muriendo y sí, las puedes poner en el perfil pero no son de fácil acceso y, además, en Instagram es muy complicado compartir el contenido. En Instagram no se suelen descubrir cosas, la propia plataforma te lo impide. Por otra parte, Twitch está de moda pero el contenido que a mí me gusta hacer requiere de cierta producción. Me gusta tener control sobre las cosas y eso, en ocasiones, Twitch no te lo permite. Por esta razón, creo que YouTube es lo más cercano al contenido que me gusta hacer.

¿Por qué cree que está calando tan hondo la divulgación científica en los últimos años?

A mi parecer, tiene que ver mucho con Internet. Internet nos ha dado la libertad hacer prácticamente cualquier cosa. En el pasado ha habido muchos programas de ciencia pero se nota que tienen ciertos límites con respecto a las cosas que pueden contar. El programa Redes rompió muchas barreras, en este sentido. Pero, por lo general, la ciencia que se estaba divulgando estaba condicionada a la actualidad... De hecho, solo hay que meterse en las secciones de ciencia de los periódicos para ver que faltaba sobre todo era una base, es decir, que la gente supiera cosas básicas. Por ejemplo, publican una noticia sobre que se ha descubierto una partícula, pero faltan antecedentes para que la gente pueda entenderlo. Ese background lo ha dado la divulgación, primero a través de blog y ahora gracias a YouTube.

Parece que los científicos están más concienciados con hacer divulgación pero ¿cree que es porque en los propios contratos se les da pie divulgar ciencia o porque piensan que hacerlo es importante?

Han sido dos factores. Primero, que la libertad que ha dado internet les ha permitido que no haya un intermediario como un periodista, lo que ha tranquilizado a muchos y les ha animado a impartir charlas o a escribir en blogs. Por otro lado, los proyectos europeos ahora por ejemplo contemplan que un porcentaje se dedique a divulgación. Sin embargo, soy de los que piensa que la divulgación debería estar mucho más profesionalizada. Es cierto que hay científicos que son extraordinarios comunicadores, pero hay otras que no tanto y ya tienen bastante con investigar y enfrentarse a la burocracia. Así que, si esa parte se la podemos dejar a profesionales bien asesorados, mejor. Pero obligar a los científicos a hacer divulgación me parece un error.

El algoritmo de YouTube suele conducir al espectador hasta vídeos pseudocientíficos, ¿qué podéis hacer los divulgadores para intentar paliar esto?

Es muy normal que al poner en un buscador la palabra vacunas, algunos de los resultados sean sobre el movimiento antivacunas. Si escribes "tierra plana" no te van a surgir precisamente vídeos que te digan que la tierra es curva. Evidentemente la persona que va a una red social y busca contenido pseudocientífico o de misterio, va a encontrarlo. Youtube funciona así y lo recomienda. Es cierto que el buscador ha puesto cartas en el asunto y, en las cuestiones más serias, va a poner trabas en las recomendaciones que se hacen. Sin embargo, al final del día, si alguien quiere buscar algo en concreto, lo va a encontrar en la plataforma. La manera de combatir esto no es tanto la censura total y completa, ya que es una herramienta que puede utilizarse muy mal e irse de madre, sino que necesitamos que haya contenido que contrarreste el otro. Lo ideal sería que por cada vídeo de una cuestión pseudocientífica haya otro con una cuestión científica. De esta manera, una persona que busque este tipo de contenidos estará completamente informada con dos vertientes.

¿Crees que las redes sociales también han sido precursores de estos "grandes movimientos" como el terraplanismo o los antivacunas?

Evidentemente, cuando tienes a varias personas que creen en las conspiraciones pero están separadas alrededor del mundo, parece que hacen muy poco ruido. Siempre han existido asociaciones de amigos del ovni que se juntaban y hacían ruido juntos. Pero, desde luego, el hecho es que ahora tienen un lugar donde juntarse. Puede ser que su acción real sea pésima y que solo sea gente que hace ruido, pero nunca vamos a saberlo con certeza. Internet tiene muchas cosas buenas porque ha permitido unir a mucha gente con intereses de muchos lados distintos, pero no debemos olvidar que también está para las cosas malas.

Ahora mismo, ¿qué nota le pondría a la divulgación científica y el periodismo científico que se está haciendo en los medios españoles?

Yo creo que la divulgación científica está muy bien y cada día mejor. Ahora mismo le pondría un 8. Además, ahora mismo porque están surgiendo canales en YouTube conducidos por expertos en ciertos temas que se animan a contarlo al resto. Y es un conocimiento de primera mano brutal. No obstante, en la vertiente del periodismo científico, todos estos problemas que tiene el sector, como el tener que publicar una noticia lo más rápido posible, el clickbait o la obsesión por conseguir clicks, ha provocado que muchas noticias científicas que salen sean bastante pésimas, por no decir que se cometen errores fatídicos cambiando totalmente el sentido de las noticias. Es cierto que hay muy buenos periodistas científicos como Antonio Martínez Ron o América Valenzuela y hay gente muy buena dentro de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), pero todas esas cosas se ven empañadas y ensuciadas por gente que hace cosas terribles.