"Cáritas Diocesana de Tenerife entiende que el derecho a una vivienda digna, segura y adecuada, es en sí mismo facilitador; es decir, que permite que otros derechos fundamentales y humanos puedan realizarse, al asegurar un espacio personal, privado y sustentador de las necesidades básicas de todo ser humano". Es la filosofía que llevó a la organización humanitaria de la Iglesia a poner en marcha en diciembre de 2016 la Unidad Móvil de Atención en Calle (UMAC) en La Palma que ahora ampliará a las personas sin hogar en la isla de Tenerife.

Tras los buenos resultados obtenidos por el proyecto en los dos últimos años, en los que se ha atendido a un centenar de personas, la entidad diocesana ha replicado el mismo en Tenerife, donde ya operan varias unidades móviles de atención en calle para personas en situación de sin hogar.

Entre los objetivos de este proyecto, que está financiado por el Comisionado contra la Pobreza del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife, están localizar, visibilizar, acompañar y servir de nexo entre la administración pública y las personas en situación de sin hogar no institucionalizadas, como personas que viven a la intemperie -en las calles o un espacio público y exterior-; en alojamientos móviles -vehículos no destinados a su uso como vivienda-; en estructuras semitemporales -chabolas o cabañas-; en alojamientos sin posible permiso de habitabilidad, residiendo en garajes, pajeros, obras inacabadas, inmuebles en situación de ruina, etcétera.

La UMAC de Tenerife pretende realizar un primer diagnóstico zonal por municipios sobre la situación de sinhogarismo en el Norte y el Sur, y poder vincular a la persona con los sistemas públicos, especialmente los municipales, recursos sociales y sanitarios, facilitando en este proceso el acceso a los derechos fundamentales y a las ayudas establecidas.

Desde que se pusieron en marcha las unidades móviles del Norte y el Sur de la Isla se ha atendido en los últimos meses a más de 60 personas en situación de sin hogar, la mayor parte de ellas en total desamparo. Durante el proceso de intervención se han detectado carencias para la cobertura de sus necesidades básicas, especialmente en lo que se refiere a la alimentación y la higiene, que se suma al hecho de no disponer de unas condiciones de habitabilidad adecuada, sin posibilidad de tener privacidad y disfrutar de relaciones sociales y familiares.

Cáritas Diocesana de Tenerife deja claro que "la vivienda no es un bien de lujo ni un objeto de especulación, sino un derecho humano y constitucional". Así, "vamos a continuar con nuestro compromiso con las personas, visibilizando las situaciones de exclusión residencial, a fin de sensibilizar a las administraciones competentes hacia una política real de acceso a la vivienda y de regulación del mercado, tal y como contempla en la Constitución Española".

La entidad eclesial tiene más de 40 años de experiencia en el acompañamiento de personas sin hogar desde recursos como trabajo de calle, acogida, acompañamiento, servicios de día o dispositivos residenciales.