Una ballena llamada 'Esperanza'. Este fue el símbolo de la manifestación Somos Mar organizada por la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) y que recorrió la avenida Francisco La Roche con un único objetivo: la defensa de mantener el equilibrio de los océanos y de la naturaleza en general y, con ello, su futuro.

Con 45 minutos de retraso, unas 200 o 250 personas, entre familias, colaboradores, simpatizantes y colectivos con otras causas, se concentraron ayer en la antigua estación marítima del jet-foil como preámbulo a una alegre marcha que concluyó a las puertas del Cabildo con el claro mensaje de concienciar para evitar la degradación de los mares, de sus especies más representativas y sus ecosistemas únicos.

Esa degradación se está produciendo por "el periodo de mayor contaminación que ha sufrido la tierra y la naturaleza desde que el mundo es mundo", recordó una de las activistas con cierta vehemencia.

Y al frente de "Somos Mar" una ballena gigante llamada "Esperanza" llenó los corazones de asistentes y curiosos que a lo largo del recorrido se sumaron al gran espectáculo visual y sonoro que los activistas regalaron a los vecinos y a los conductores que iban de camino a Las Teresitas y que participaron de la fiesta medioambiental de ATAN con sus pitas y gritos de apoyo.

Precisamente, la ballena gigante era de tela y estaba bien "currada" con una estructura interior para darle estabilidad y unos porteadores que hicieron las delicias de los más pequeños que se sumaron a la fiesta a lo largo de la hora y cuarto que la columna tardó en llegar al Cabildo.

Durante el recorrido la percusión, el bucio y las proclamas se hicieron dueñas de la zona peatonal de la avenida, "algo estrecha" para mover a Esperanza por su gran tamaño.

Fueron los momentos en los que los activistas gritaron contra el cambio climático con su "Ni un grado más, ni una especie menos" o "Los polos se funden, los pueblos se unen". Fueron frases significativas sobre un problema globlal "que necesita de una reacción de los gobiernos y de las propias personas", añadió otro de los manifestantes mientras que al unísono los vecinos gritaban "Que no, que no, que no tenemos tiempo" o "Los mares se alzan, nosotros también" mientras de fondo los tambores no dejaban indiferentes a nadie.

A las puertas del Cabildo de Tenerife se leyó un pequeño manifiesto en el que se explicaba la situación actual de los mares y de la costa en las Islas, culpabilizando a las administraciones públicas de los problemas actuales del litoral y la contaminación, "pero la naturaleza nunca se rinde" y por ello "no queremos esperanza para imaginar un futuro mejor; queremos esperanza para conseguirlo", concluyeron entre aplausos.