El eclipse total de Sol que una multitud de personas de todo el mundo esperaba y por el cual viajó a Argentina dejó en la sombra varios puntos del país -que junto a Chile fueron los únicos donde se vio en su fase completa- y fascinó a quienes lo apreciaron este martes.

El eclipse comenzó a las 16.26 hora local (19.26 GMT) y el oeste del país fue el lugar privilegiado para observar cómo la Luna avanzó con movimiento firme sobre el Sol hasta cubrirlo por completo sobre las 17.40 (20.40 GMT), en un fenómeno que por lo común es raro de ver pero que Argentina tendrá la suerte de repetir en 2020.

Con anterioridad, el eclipse, que comenzó a las 18:02 GMT de este martes en un punto del océano Pacífico al este de Nueva Zelanda, alcanzó tierra continental y se adentró en Chile, primer país de Suramérica desde el que pudo contemplarse.

Uno de los parajes argentinos donde se reunieron centenares de personas para seguirlo fue el Mirador de los Cóndores de Merlo, en la provincia de San Luis, en el centro oeste del país.

En una tarde soleada y despejada en San Luis, el aficionado a la astronomía argentino Mariano Arias dijo a Efe que, para él, poder ver un eclipse así es "magia".

En Chile, miles de personas se volcaron este martes a las calles de Santiago y otros tantos alcanzaron la cumbre del cerro San cristóbal, situado a pocas calles del centro de la urbe, para disfrutar de un eclipse solar que oscureció la parte sur del continente americano.

Muchas personas acudieron a parques públicos, azoteas y cerros que también se levantan en la capital chilena, de 7,2 millones de habitantes, para ver el eclipse lo mejor posible.

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Así se ha visto el eclipse solar total en Sudamérica

Desde el arranque del fenómeno astronómico, a las 15.30 hora local (19.30 GMT), las personas empezaron a mirar al cielo en forma intermitente tal como lo habían recomendado en los últimos días los expertos con el fin de evitar algún daño irreparable en la retina o sufrir la perforación de la mácula.

Los tipos de protección para los ojos fueron muy variados. Desde las típicas lentes de papel, a cristales de soldador e incluso algunos llevaron los mismos cascos de los que soldan al arco o al oxígeno o gafas más producidas para los amantes de la astronomía.

En las últimas horas, antes de producirse el fenómeno y ante la falta de lentes protectores para el eclipse solar, los chilenos habían colapsado las ferreterías para adquirir allí gafas negras que utilizan los cascos para soldar.

Cuando la luna tapó el sol, cerca de las 16.40 hora local (20.40 GMT), los santiaguinos también sintieron el frío del momento, el calor del rey sol se había atenuado al máximo y les recordaba a las personas que Chile vive a plenitud el invierno austral.

Pero también en ese momento, la gente aplaudió a rabiar, en el clímax del fenómeno, un momento que estremeció a muchos de los que observaban el fenómeno tanto en el San Cristóbal como en las calles y parques de la capital chilena.

Era predecible. Para muchos, los creyentes en la metafísica, en los astros, en la astrología, un eclipse puede significar muchas cosas.

Según las creencias, si una mujer embarazada mira el eclipse y se toca alguna parte del cuerpo su bebé saldrá manchado en esa porción de su anatomía.

Sin embargo para los astrónomos, nunca han ocurrido casos como éste, y tampoco son ciertos los hechos de los que los numerólogos, tarotistas, horoscopistas y "brujas", además de los que relacionen los eclipses "con desastres y burdas conspiraciones".

El ministro de la Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg, que llegó a la cumbre del cerro San Cristóbal, dijo a Efe que el fenómeno astronómico "fue un éxito en la capital chilena, especialmente en el cerro".

"Este era un buen lugar para apreciar el eclipse y ha salido todo muy bien. Largamente nos hemos acercado a las 20.000 personas en la cumbre de este parque y cuando las cosas se hacen bien especialmente para ver estas cosas históricas, la gente responde", enfatizó la autoridad gubernamental.