Los medicamentos han copado gran parte del espacio informativo en los últimos días y meses. La controversia que ha generado el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) para el recorte de costes en la adquisición de fármacos, la continua falta de suministro que adolecen varias presentaciones de medicamentos desde hace varios años o la alerta de un mercado negro que se lucra a costa de vender ansiolíticos como drogas, generan alerta en una sociedad donde estos productos son fundamentales para preservar la salud. En este contexto, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, Manuel Ángel Galván, atiende a El Día para intentar esclarecer alguna de estas problemáticas.

¿Qué opinión le merece al COF la retirada de productos homeopáticos por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps)?

Es la misma con cualquier otro producto relacionado con la salud y los productos sanitarios, ya sea un medicamento o homeopatía. Nosotros nos limitamos a cumplir la normativa. Son la Aemps y el Ministerio de Sanidad los que tienen la potestad para decidir un cambio en la normativa de los medicamentos homeopáticos. Estos productos han tenido unos plazos para actualizar las condiciones, modificar o demostrar propiedades terapéuticas bajo una evidencia científica. Había una inscripción provisional y ahora se cumplió el plazo. Los laboratorios que no han justificado, no sé por qué razón, unos serán por problemas de tiempo otros porque no son justificables. Lo que está claro es que la Aemps han tomado la medida y nosotros la acatamos.

La viabilidad económica de muchas farmacias en España está peligrando, en Canarias hasta ahora no ha habido, ¿ por qué cree que sucede esto?

Sí, en Canarias también hay. En Navarra, Extremadura, Castilla o Soria han acabado cerrando y poniendo un botiquín que depende de una farmacia. Este recurso se utiliza para cubrir el servicio de, por ejemplo, un pueblo de 500 habitantes durante un horario más reducido. Es la forma de conseguir seguir suministrando medicamentos a esos núcleos de población con pocos habitantes donde la farmacia no se puede mantener. En Canarias lo que ha sucedido hasta ahora, y la razón por la que no existe ninguna declarada oficialmente como de viabilidad económica comprometida (VEC) es porque nos hemos adelantado y hemos implantado botiquines en aquellos lugares donde una farmacia no hubiera sido económicamente rentable. En nuestra provincia hay al menos 10 botiquines, en zonas como La Candelaria o el Aeropuerto del Sur. Por tanto, nos hemos saltado el paso VEC.

¿Hay alguna posibilidad de que las boticas implantadas en estos momentos se transformen en VEC?

Sí las hay. De hecho algunas farmacias nos han trasladado que tienen dificultades serias para seguir adelante porque no se dan las condiciones.

Sin embargo, el año pasado solo cerró una farmacia en las Islas, ¿diría que es un triunfo para el sistema?

La regulación y la ordenación farmacéutica lo que pretende es eso: una estabilidad. Los medicamentos no son productos de consumo, son productos de salud y tenemos que garantizar una estabilidad en el servicio para que la salud de la población se mantenga en esos núcleos. No podemos abrir una farmacia y cerrarla como un estanco de pipas o revistas.

Una reivindicación de los farmacéuticos es mejorar las sinergias con la Atención Primaria en Canarias, ¿se ha avanzado en este sentido?

Estamos continuamente trabajando en eso. En el sector farmacéutico tenemos varias reivindicaciones. Primero solicitamos un canal de comunicación directa con Atención Primaria y hospitalaria, una medida que iría en beneficio de la salud del paciente. Por otro lado, queremos que toda la red de farmacias de Canarias se incluya en los canales de comunicación de la Dirección de Salud Pública. Los establecimientos de farmacia estamos en todas las esquinas y rincones en las mismas condiciones. Con esta medida, podríamos colaborar en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad no transmisible que es lo que, al final, va a hacer que el sistema público sea sostenible.

El informe de la Airef busca reducir el gasto en farmacia, pero las medidas que propone no han sido bien acogidas por los farmacéuticos de toda España, ¿a qué se debe?

Hacer mil números sentados en la mesa está muy bien, pero la salud es otra cosa. Tenemos que conseguir que nuestro sistema sea sostenible a largo plazo, porque la cronicidad y el envejecimiento de la población nos van a obligar a tomar medidas. Las medidas, sin embargo, no deberían ser puramente economicistas. Quizás no tenga que ser todo restar, a lo mejor hay que sumar. En este sentido, colaborar con Atención Primaria y comprobar si los pacientes crónicos son adherentes a la medicación, es fundamental. El medicamento más caro no es el que tiene un precio más alto, si no el que no se toma correctamente y se guarda en un cajón. Si colaboramos juntos y trabajamos la comunicación sobre adherencia, conseguiremos un ahorro más importante que realizando medidas cortoplacistas. Se debe tener en cuenta que todas esas enfermedades no transmisibles son a las que se dedica la mayor parte del presupuesto de los servicios de salud pública. El problema del informe de la Airef es que no se ha tenido en cuenta ni a los técnicos ni a los responsables de salud, que son los que conocen todo esto.

A pesar de todas las medidas que se están tomando para evitar el desabastecimiento, parece que muchos fármacos continúan en esta situación ¿por qué sucede esto, se puede arreglar de alguna forma?

Es una situación que depende de múltiples factores. Las políticas o el precio pueden ser algunos de ellos. A nivel mundial las fábricas productoras se han concentrado en dos o tres lugares. Un ejemplo es el Valsartán que antes se fabricaba en varios países asiáticos, pero para el que, actualmente solo hay tres fábricas que suministraban para todo el mundo. Es decir, si hay problema en esa fábrica, el desabastecimiento afecta a todos los países. Como son industrias cuando se recuperan, empiezan a suministrar a países que pagan un poco más por los fármacos y luego ya van suministrando a los demás.

Una alerta para advertir del desabastecimiento

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife ha implantado una medida novedosa en las boticas canarias para tratar de evitar los problemas asociados al desabastecimiento de fármacos. "Cuando a una farmacia le falta un medicamento, inmediatamente salta una alerta al resto de ordenadores de la red", explica Manuel Ángel Galván. De modo que, si una farmacia tiene dicho medicamento, puede avisar y guardar el fármaco a nombre del paciente para que no tenga que estar trasladándose de farmacia en farmacia. "De forma inmediata podemos resolver problemas", insiste el presidente del COF. Por ahora llevan tres semanas con esta medida y afirma que está funcionando muy bien. Esto se complementa con un sistema de alertas que trasladan cada falta al Ministerio de Sanidad y a la Agencia Española del Medicamento para que desde ahí, insten a las farmacéuticas a abastecer cuanto antes a la red de farmacias en Canarias.