Uno de cada dos niños en el año 2050 tendrá problemas para enfocar los objetos que estén más lejos. Se trata de una tendencia que ha empezado a ser cada vez más común en los niños y que los expertos relacionan con la tendencia, cada día más frecuente, del uso de tabletas y ordenadores, aunque no esté aún comprobado científicamente.

Lo que sí se ha descrito perfectamente, como recordó el oftalmólogo del Hospital Universitario La Fe y de la clínica AIKEN, Salvador García Delpech, es que "realizar alguna actividad bajo una mala luz ambiente -es decir, a oscuras- sí que hace aumentar la miopía". Pero el jefe de la Unidad de Superficie Ocular del Hospital Universitario Virgen Macarena y responsable de a Clínica Cartuja Visión, Jesús Montero Iruzubieta, tiene su propia teoría, como contó ayer durante la presentación del XLVII Congreso de la Sociedad Canaria de Oftalmología, que empezó ayer en La Laguna y se clausurará durante la jornada de hoy.

"Si una persona tiene una dioptría de miopía u otra alteración y no lee habitualmente y no hace actividades con fijación de la vista, puede evitar llevar gafas u otro dispositivo de corrección de la vista", afirmó Montero. Por otro lado, concretó que, si una persona tiene una dioptría de 0,75 y pasa "cinco horas delante de una pantalla, la dioptría se pondrá de manifiesto y será necesario corregirla". En este sentido recordó que, cuando fijamos la vista en una actividad concreta, el parpadeo se reduce hasta en un 78%. En este sentido, "si un parpadeo normal es de catorce veces por minuto, en estas condiciones puede llegar a descender a tres por minuto", insistió Montero.

Indudablemente, esto provoca que el ojo se seque más rápido y moleste más, lo que a largo plazo también deteriora la calidad de visión, como resaltó Salvador García. Los expertos resaltaron la importancia de empezar a considerar la miopía como un "problema de salud pública". "Es una pandemia" que además no solo tiene que ver con padecer la enfermedad en sí, sino en las consecuencias psicosociales que provoca en los niños. "La miopía no es algo aislado, es todo un conjunto que crea unas costumbres que influye en cómo se relacionan los niños con el entorno y, por tanto, en su felicidad", concluyó el oftalmólogo del hospital de La Fe.

Por esta razón, los investigadores están poniendo todos sus esfuerzos en estudiar cómo controlar ese crecimiento de la miopía en niños y cómo conseguir que se considere un problema médico que se debe controlar desde el punto de vista oftalmológico. Durante el congreso, que reúne a oftalmólogos de toda Canarias, también se abordaron otros temas de actualidad como el glaucoma, las factores ambientales en la patología ocular o el "big data" aplicado a la oftalmología.