Estamos saliendo de la crisis. El empleo crece -aunque sea en precario- y las familias en Canarias han conseguido salir poco a poco de la rueda de la vulnerabilidad, pero al menos 68.785 personas continúan en extrema vulnerabilidad. Esta situación se está cronificando en las Islas y ahora está derivando en lo que se conoce como "pobreza heredada", por la cual Cruz Roja atendió el pasado año a 328 niños en ambas provincias. Este concepto, acuñado por Cruz Roja, se refiere a aquellos niños nacidos durante la crisis que han "perdido calidad de vida y ahora son herederos de la pobreza". En este sentido, la entidad ha dispuesto varios programas para sacar a los jóvenes "de ese bucle de miseria".

La ONG atendió el año pasado a casi 130.000 personas afectadas por la crisis en sus distintos programas (sociales, de alimentos y de empleo), una cifra que se reduce frente a la del año pasado, pero que presenta historias de personas con "problemas más complejos", como explicó Antonio Rico Revuelta, nuevo presidente autonómico de Cruz Roja. Rico Revuelta junto a Mayte Pociello, presidenta provincial de la institución sin ánimo de lucro, presentaron en el día de ayer balance anual de la actividad que se ha realizado durante 2018. En total, se realizaron casi medio millón de actuaciones de intervención social en distintos ámbitos a 91.172 personas que pertenecían a colectivos vulnerables. De estos, 3.205 eran personas con discapacidad, 7.047 eran inmigrantes -especialmente refugiados-, 9.668 eran mayores, y 1.281 población reclusa.

"El grueso de la intervención social se ha centrado en las secuelas de la crisis", insistió Pociello, que afirmó que, aunque el desempleo ha disminuido, todavía existen muchas familias viviendo en la precariedad. En este sentido destacó la labor de formación para el empleo realizada desde la ONG, que el año pasado consiguió insertar a 893 personas en el mercado laboral de las 3.789 que participaron en alguno de estos programas. No obstante, como señaló Pociello, "solo el 32% de estos trabajos tienen una duración importante". El resto son de tan poca duración que "las personas a las que hemos formado y empleado con nuestros recursos no pueden prescindir de las ayudas sociales".