Las universidades canarias son las que menos rinden en investigación. De hecho, la comunidad autónoma es la única cuyos indicadores, calculados por el Ranking CyD 2019, son negativos en su totalidad. Esto sucede a pesar de las mejoras, que existen, pero que no han ido al mismo ritmo que el resto de universidades del Estado.

La clasificación señala cada indicador como si de un semáforo se tratara: en verde si su rendimiento es destacado, en amarillo si es promedio y en rojo si es bajo o suspende. La comunidad saca un nivel bajo en relación a los fondos externos liquidados y captados, en las publicaciones que realizan sus investigadores (por profesor, respecto a su impacto, las que son citadas y las interdisciplinares), en número de contratos postdoctorales y en número de docentes que cuentan o no con sexenios.

Para el vicerrectorado de investigación de la Universidad de La Laguna (ULL), Francisco Almeida, todo es cuestión de financiación. Para el vicerrector, los resultados de rendimiento bajos tanto en captación como liquidación de fondos externos tienen que ver con el presupuesto que dedica Canarias a investigación. El porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) destinado a I+D+i en Canarias está a la cola de toda España y se sitúa en el 0,50%, según la Estadística sobre actividades de I+D en 2017 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una financiación escasa que obstaculiza y ralentiza su crecimiento, y le hace distanciarse del resto de autonomías, que crecen mucho más rápido.

Este porcentaje, además, engloba tanto la financiación pública (comunidad autónoma y universidades) como privada (empresas y entidades sin ánimo de lucro), pero esta última es aún más residual en las Islas. Ejemplo de este tipo de convocatorias privadas es la que hace anualmente la Fundación CajaCanarias, que destina medio millón de euros a varios proyectos de investigación.

De los 220,2 millones de euros que se destinaron a I+D en las Islas en 2017, el 83% de los mismos se repartió a partir de fondos públicos (de la comunidad autónoma y de las universidades, siendo estas últimas las que mayor financiación realizaron), mientras que la parte de la tarta en la que participaron las entidades privadas (empresas y entidades sin ánimo de lucro) se quedó en el 17%. Concretamente en el sector empresarial esto significó 33,8 millones de euros, muy lejos de los 110,9 millones de las universidades.

Y es que el problema podría residir justamente ahí, porque en comparación con otras comunidades autónomas, Canarias no cuenta con un sector empresarial "potente" que revierta sus beneficios en investigación. "Si acaso lo hace de manera puntual", concluye Almeida.

En Canarias, según los datos que maneja el INE, solo se asientan seis empresas manufactureras de alta y media-alta tecnología, lo que sitúa al Archipiélago a la cola nacional. Como consecuencia, en las Islas estas empresas realizan un gasto menor en I+D (poco más de un millón de euros) y también contratan a menos personal. Canarias tiene dos empresas menos que Baleares, por ejemplo, que también se encuentra a la cola. Pero estas dos empresas de más bastan a la región archipielágica para duplicar los gastos en i+D de Canarias.

Tampoco ayuda a esta situación la infrafinanciación estatal, que ha descendido en los últimos años, aunque como concluyó el vicerrector "esto ha afectado a todas las comunidades por igual". La crisis fue un batacazo para los presupuestos públicos estatales destinados a I+D y a día de hoy, España es el único país de nuestro entorno que sigue sin levantar cabeza. De esta forma, la financiación pública de la ciencia en España se aleja mucho de los estándares internacionales.

En nuestro país tan solo se destina el 1,19% del producto interior bruto (PIB) a financiar proyectos de investigación básica o aplicada, según el Informe Cotec 2018. De esta financiación, el 70% está dirigido a aquellas investigaciones que puedan obtener resultados inmediatos en la economía, es decir, se realizan por medio de créditos.

Estos créditos, aunque son préstamos con condiciones ventajosas, son totalmente inasumibles para la investigación básica o un organismo de investigación público. Por tanto, se destina directamente a una de las 2.173 empresas españolas dedicadas a la alta tecnología. De estas, solo el 10% recibe estos créditos, con lo que el 90% de esa financiación ni siquiera se utiliza.

Peor en Las Palmas

Evaluando las universidades por separado, la que sale peor parada en este ranking es la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que suspende en siete indicadores de investigación frente a los cinco de la ULL. El resto de los nueve indicadores medidos se encuentra en un nivel intermedio de rendimiento, pero esto también significa que ninguno de los centros de educación superior logra la puntuación máxima.

En lo que se refiere al personal investigador, lo único en lo que destacan ambos centros es en el nivel de post-doctorados a los que han contratado. Se trata del único indicador en la que ambas universidades se encuentran en el promedio español.

Con mejor puntuación

En este sentido, cada docente investigador (PDI) cuenta con 0,0179 y 0,058 de personal postdoctoral, respectivamente. Cabe destacar que en los centros universitarios con mejor puntuación, como la Universidad Autónoma de Barcelona, este indicador supera el 0,08 por cada PDI.

Ambas suspenden, por otra parte, en el número de investigadores sin sexenios reconocidos. En este caso, la puntuación de la ULPGC es mejor que la de la ULL. Una situación que para Almeida tiene relación con que la Universidad de la Laguna está "muy envejecida". De hecho, se posiciona en el podio de los centros más envejecidos de España. "Los que se han jubilado se han llevado sus sexenios con ellos", recuerda el vicerrector, que insiste que este indicador no se puede recuperar año a año. Aún así, Almeida es positivo y asegura que el número de funcionarios con sexenios se ha ido incrementando en los últimos tres años, pasando de una puntuación de 1,6 en 2016 a una de 1,8 en 2019.

El ranking CyD deja fuera de su indicador de investigación las publicaciones internacionales, un índice que también predice en qué estado se encuentra la ciencia realizada en cada centro universitario. La ULL en este caso destaca positivamente, pues consigue una puntuación de 65,1%, y se coloca como la primera del país en mayor porcentaje de publicaciones en las que al menos un autor tiene una filiación en otro país.

"Estamos muy por encima de la media en este indicador", explica el vicerrector de la ULL, que afirma que si se contemplara dentro del bloque de investigación, la universidad podría haber logrado una mejor posición global. En este indicador es donde se encuentra la mayor brecha entre ambas universidades porque la ULPGC tan solo consigue que un 38,4% de los autores de sus publicaciones sean de otros países.

En otros ámbitos relacionados con las publicaciones de artículos científicos las universidades no sale tan bien parada en el ranking. Así, la ULL se queda en el promedio español con 0,85 citaciones de publicaciones de media. Y se coloca ligeramente por encima de la ULPGC, que consigue 0,71 citaciones y sin embargo se posiciona en el grupo de rendimiento reducido. Destaca también la universidad tinerfeña en el rendimiento de sus profesores, que realizan, de media al año, 2,7 publicaciones. Los docentes de la ULPGC, por su parte, publican una media de 1,6 veces anualmente.

Ambas universidades suspenden en la proporción de publicaciones altamente citadas. No obstante, la diferencia entre ambas es de casi dos puntos porcentuales. Concretamente el 6,7% de las publicaciones de la Universidad de La Laguna pertenecen al Top 10 de las más citadas, mientras que solo el 4,8% de las de Las Palmas se erigen con este reconocimiento.

Curiosamente, en publicaciones que incorporan referencias a publicaciones de otros ámbitos científicos, a la ULL y a la ULPGC tan solo les diferencia una décima (8,5 frente a 8,4) pero esto basta para que la segunda se encuentre dentro del grupo de rendimiento bajo.

Ingeniería química, a la cola

Las dos universidades ofertan una de las titulaciones con más indicadores en rojo y esa es Ingeniería Química. La ULL registra seis de los ocho puntos en el grupo de bajo rendimiento, pero destaca por encima de la media, es decir, tiene alto rendimiento, tanto en publicación de tesis doctorales como en impacto de las publicaciones.

Sin embargo, esta titulación en la ULPGC no cuenta con este beneplácito porque, además de suspender en siete indicadores, tan solo consigue colocarse en la media en relación a las tesis doctorales leídas. La diferencia entre ambas universidades es abismal: mientras en La Laguna se leen 0,47 tesis por cada PDI, en Las Palmas esta cifra no alcanza el 0,15.

A Ingeniería Química, le sigue en el ULL Ingeniería Informática y Física; mientras que en la ULPGC lo hace Ingeniería Eléctrica. En todo caso, al analizar las disciplinas que solo puntúan en un nivel intermedio o bajo y no cuentan con ningún indicador que sobrepase la media, destaca en la ULL Matemáticas e Ingeniería Eléctrica y todas en Las Palmas.

Van a ser 18 los grupos de investigación de excelencia adscritos a la Universidad de la Laguna los que no van a poder optar a las ayudas del Plan Nacional de I+D+i, las más competitivas del estado. Consciente de esto, el vicerrectorado de Investigación del centro de estudios superiores se ha propuesto ayudar a estos investigadores a que puedan, al menos, continuar su investigación durante este año.

Se trata de una subvención puente que no es muy cuantiosa (250.000 euros en total) pero con la que estos 18 grupos podrán seguir pagando facturas y manteniendo sus recursos a mínimos a la espera de una nueva convocatoria del Plan Nacional de I+D. Además, el centro cuenta con otras líneas de ayuda para financiar el trabajo de sus investigadores.

Así, por ejemplo, cuenta con un Plan Propio de Investigación, que ha sido concedido recientemente a 13 proyectos, concretamente el 21 de mayo de 2019, y que cuenta con una financiación total que asciende a 200.000 euros. Esta convocatoria, a su vez, sufraga los gastos de los investigadores que no hayan logrado acceder a otras ayudas como la de los contratos predoctorales Agustín de Betancourt. Esta ayuda consta de 460.000 euros en total y permite una financiación máxima por contrato de 40.000 euros anuales a los doctores y 30.000 euros a tecnólogos, por un máximo de cuatro años.

También a principios de este año se ha adjudicado la convocatoria del Programa Viera y Clavijo del año 2018 a cuatro investigadores. Cada uno de estos contratos está dotado de 8.000 euros, lo que supone un montante total de 32.000 euros. Asimismo, la Universidad de La Laguna concede un máximo de 160.000 euros a la formación de investigadores, es decir, a aquellos alumnos que están realizando actualmente su tesis en el seno de la universidad.

Una ayuda 'puente' para no parar el proyecto científico