Una heterogénea marcha con mayoría de estudiantes y jóvenes en general, pero también integrada por bastantes personas mayores, recorrió las calles de todo el mundo en un nuevo Viernes por el futuro de "desobediencia y de resistencia". Con la lucha contra la emergencia climática y ecológica -lo del concepto de cambio parece demostrado y desfasado- por bandera. Fueron decenas de miles en todo el mundo, en 1.000 ciudades de 144 países, y unos 500 en el recorrido por las calles de Santa Cruz los que exigieron a los gobiernos medidas urgentes.

Su gran inspiradora, la joven activista sueca Greta Thunberg agradecía el gesto planetario desde Estocolmo. Aquí se gritó el ya clásico "Como dice Greta, salvemos el planeta", pero la protesta se focalizó en lo local para "exigir acciones concretas para salvar nuestro futuro al nuevo gobierno estatal y al autonómico que salga de las elecciones del domingo".

A las seis de la tarde, hora fijada para concentrarse, nada hacía presagiar movimiento alguno. Dos señoras comentaban la referencia a la marcha anterior, la del 15 de marzo: "Aquella sí fue impresionante". Esta vez respondió menos gente, aunque tan ruidosa y creativa como entonces.

Un sol de justicia invitaba más bien al paseo tranquilo. Y así se lo tomaron los que poco a poco se fueron juntando. Con tranquilidad. Algunos chicos pintaban las pancartas sobre cartones para dar ejemplo de reciclaje, mientras el espacio se iba llenando de gente que conversaba plácidamente en la tarde primaveral. Se conocían y reconocían, se saludaban y se besaban. Sin prisas.

Allí estaban desde los que luchan para que no te roben las pensiones al movimiento vecinal de Las Canteras, llegado desde Buenavista del Norte, pasando por el Stop a la planta de asfaltos del Aeropuerto TF-Norte. Y a título individual, gente como el señor que mostraba una desgastada bandera canaria con siete estrellas verdes -y la cara del Che impresa- que conoció mejores tiempos. La bandera. También se vio alguna enseña roja con la hoz y el martillo. Y, entre la masa, hasta crestas de punkis. "¿En qué siglo estamos?", bromeaba alguien.

Convocaban medio centenar de colectivos entre los que no estaban los mencionados antes. Sí el Movimiento Ecologista Tabona, la Coordinadora Medioambiental de Canarias o, fundamentalmente, Juventud x el Clima.

Una pancarta con fondo negro, el texto Canarias exige acción directa y la mención impresa a los dos colectivos organizadores abría la marcha. Precedida por un discreto dispositivo policial, con motoristas del CNP y de la Local. Una pareja de chicos llamó la atención durante toda la ruta, siempre en cabeza. Uno hizo de guanche preso, condenado por el plástico, lleno de garrafas colgantes y a su lado, el otro, vestido de negro y con una larga espada, como carcelero. Pura alegoría.

Sobre las siete menos cuarto se empezó a mover el grupo y a las siete partía calle Méndez Núñez adelante para recorrer luego El Pilar y entrar por el cruce de Valentín Sanz a la plaza del Príncipe. En un ambiente festivo y ruidoso, con múltiples consignas reivindicativas y mucha creatividad en la cartelería, algo habitual. Entre los manifestantes anónimos, algún político y luchadores veteranos desde la izquierda, el feminismo y la vieja guardia de la ecología.

Ente el público, cierto guiño de complicidad con esos chicos ruidosos que gritaban su protesta por la calle. Incluidos los participantes en una boda que esperaban a la puerta de la Casa de los Dragos, el Ayuntamiento de Santa Cruz.

No podían faltar las consignas como el clásico "No nos mires, únete" o las reivindicativas del tenor "Si el planeta fuera un banco, ya lo habrían rescatado"; "Cambiemos el sistema, no el clima" o "No nos da para el alquiler y quieren que nos mudamos a Marte". Pero imperaba la ecología como motivación. Desde "Cuidemos el planeta o nos vamos a la puñeta"; "No vayas a Marte, lucha por quedarte"; "En 2050 habrá más plástico en el mar que peces. ¿A qué esperamos?"; "Los mares se alzan, nosotros también"; "Menos basura y más cultura" o "Ni un grado más ni una especie menos". Otras invitaban a reflexionar: "El ser humano es tan prepotente que cree estar por encima de la Naturaleza".

Las hubo escritas en inglés por aquello de la protesta internacional. Ejemplo: una chica levantaba su cartel con la frase "The planet is hotter than Cameron Dallas". ¿Que quién es Cameron Dallas? Pues parece que un actor "que está buenísimo". Por el otro lado -había que levantar la bandera del reciclaje- algo más conocido para determinadas generaciones -menos más que están la música y Europe-: "It's the final countdown".

Consignas, lemas y carteles más o menos imaginativos. La creatividad se desbordó al final. Con una pequeña pieza teatral alusiva a este planeta finito. Y con el manifiesto repetido por todo el mundo. Hasta el próximo viernes.