La Guardia Civil conmemoró el 175 aniversario de su fundación, una historia en la que la "vocación de servicio" es la principal bandera que esgrimen sus responsables para defender su validez en el presente y su proyección de futuro. La Comandancia Provincial de Ofra fue el escenario de un acto emotivo, con reconocimientos, despedidas y recuerdo a los que ya no están y dieron su vida por el cuerpo.

Durante un par de horas, el aparcamiento del recinto se transformó y se llenó de espíritu corporativo, marcialidad, de orgullo de pertenencia a un símbolo del país, desfiles, himnos cargados de sentimiento, así como de reconocimiento por parte de administraciones e instituciones de la sociedad. También fue el momento del protagonismo de los colores, como el verde, con sus distintos matices, o los de la bandera española. Y los orgullosos familiares sacaron fotos o grabaron vídeos con sus móviles a quienes son distinguidos con un reconocimiento o se jubilan y desfilan con honor ante sus mandos, compañeros y la bandera.

La conmemoración estuvo presidida por el general de Brigada Juan Miguel Arribas, jefe de la Zona de Canarias de la Guardia Civil; el subdelegado del Gobierno, Javier Plata, y el teniente general Carlos Palacios Zaforteza, jefe del Mando de Canarias. Arribas evocó que un 13 de mayo, hace 175 años, durante el reinado de Isabel II, se firmaba el último decreto que puso en marcha la creación de esta institución, con la misión de salvaguardar la seguridad, la libertad y la paz en todos los pueblos y caminos. Señaló que "se ponían así los cimientos de una institución que iba a propiciar que la seguridad llegara a todos los rincones del Reino, con lo que se intentaba poner fin a una situación de inseguridad generalizada a la que no podían hacer frente los diversos cuerpos de seguridad regionales y locales ni la Milicia nacional ni los voluntarios realistas, que se iban turnando en función del color político de los diferentes gobiernos".

En base a ello, se encarga al Duque de Ahumada, militar prestigioso de la época, la formación de un cuerpo de carácter militar que se desplegaría en todo el territorio nacional. Para ello, dos fueron los "materiales utilizados" por el fundador. En primer lugar, los valores: honor, sacrificio, lealtad, disciplina y espíritu de servicio, que se plasman en la Cartilla de la Guardia Civil y que, según el general Arribas, constituyen un verdadero código deontológico plenamente vigente en estos días. En segundo lugar, el "material humano": los hombres que, bajo la premisa de los mencionados valores, "estaban llamados a cumplir esta importante misión en unas circunstancias muy difíciles".

De esa manera, el cuerpo va tomando forma y los guardias civiles son encuadrados en unidades que se han mantenido, casi sin cambios, hasta nuestros días. Arribas hizo mención al puesto, con su cuartel en los pueblos; la línea, unidad que comprendía varios puestos a lo largo de las principales vías de comunicación; la Compañía, que agrupaba diversas líneas; la Comandancia, como unidad a nivel provincial, y el Tercio, como organismo superior.

Inicio en las Islas en 1898

La historia de la Guardia Civil en Canarias comenzó en 1898, cuando se despliegan las primeras unidades. El jefe de la Zona de la Guardia Civil de Canarias hizo especial mención "al artículo 6 de la vieja Cartilla del Duque de Ahumada, nuestro fundador, porque a pesar de estar escrito a mediados del siglo XIX, creo que resume de una forma hermosa, pero a la vez exhaustiva, la esencia de lo que ha representado el servicio de la Guardia Civil a lo largo de su historia".

El citado texto asegura que el agente: "procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido y que a su presentación, el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y, por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos".

Para el general Juan Miguel Arribas, "no se puede resumir mejor le servicio de la Guardia Civil y su carácter benemérito". El trabajo se realizaba en las primeras décadas a pie o a caballo, en población o en descampado, generalmente en parejas. Y así "la pareja" del Instituto Armado empezó a formar parte del paisaje y así se ha reflejado tanto en el arte como en la literatura.

Guía moral

El citado mando planteó en su intervención que "el espíritu de servicio constituye el pilar básico de nuestra actuación". Además, comentó que los valores del cuerpo constituyen una "guía moral" que ha caracterizado a la institución a lo largo de su historia. El general de Brigada resaltó que "he querido poner de manifiesto los modernos medios y tecnologías disponibles, que permiten mejorar la calidad de nuestro servicio", a la vez que divulgar la principal seña de identidad de la organización: "el compromiso permanente entre tradición y modernidad al servicio de los españoles".

Ministerios de la Guerra y la Gobernación

El real decreto fundacional de la Guardia Civil de 13 de mayo de 1844 incluía una serie de artículos, los primeros de los cuales se reproducen aquí. Art. 1º. La Guardia Civil depende del Ministerio de la Guerra por lo concerniente a su organización personal, disciplina, material y percibo de haberes, y del Ministerio de la Gobernación por lo relativo a su servicio peculiar u movimientos. Art. 2º. Concluida la primera organización para la debida centralización del Cuerpo se establecerá en Madrid una Inspección a cargo de un General, con quien se entenderán los Jefes de los Tercios en lo relativo a su organización, personal, disciplina y material. La Inspección lo hará con el Ministerio de la Guerra y Gobernación en la parte que cada uno competa. Por lo relativo al servicio particular del Cuerpo se entenderán sus Jefes con los Jefes Políticos de las Provincias, de quienes en esta parte han de depender. Art. 3º. Por ahora y a fin de que se vaya planteando el Cuerpo con la circunspección que se requiere, los 14 tercios de que ha de constar se compondrán de las compañías. Art. 4º. Concluida esta organización y según las necesidades que la experiencia vaya haciendo conocer, podrá irse aumentando según se crea conveniente. Art. 5º. El servicio especial de la Corte se asignará una compañía escuadrón de caballería y dos compañías de infantería del primer Tercio. La fuerza restante de este, como toda la de los otros 13 tercios se distribuirá por el Ministerio de la Gobernación en las provincias civiles, según las necesidades de cada una, bajo la base que a la que no quepa una compañía, se le destine mitad o Sección completa de una u otra arma. (...) Dado en Palacio a 13 de mayo de 1844, rubricado de la Real mano. El ministro de la Guerra, Ramón María Narváez.