Todo empezó con la petición de Jorge Hernández a su padre. El joven quería participar en la quinta edición del encuentro cuya única sede ha sido exclusivamente la Universidad de Burgos hasta este fin de semana. Quería participar en el mayor encuentro español del mundo maker. Su padre, Víctor Hernández, uno de los fundadores del espacio colaborativo Arca de Babel, planteó a los organizadores celebrar el encuentro en Tenerife debido a la dificultad del traslado. De esta forma, en sintonía con la cultura maker en el que construyes lo que necesitas, nació el primer encuentro de monográfico de impresión 3D en las Islas.

El encuentro plantea en cada edición un reto. En Canarias durante todo el fin de semana se imprimirá el conocido droide astromecánico de la saga La Guerra de la saga s Galaxias, R2D2. Una figura de más de un metro de altura que requiere más de 600 horas de trabajo para crear las 113 partes en las que se ha dividido el modelo. En total se invertirán más de 12 kilogramos de filamento, el material utilizado por estas impresoras.

"Hemos creado este encuentro porque el movimiento maker necesita más formación y visibilidad sin tener que desplazarse de Canarias", destaca Víctor Hernández. Efraín Martín es uno de los participantes en el encuentro y espera "que se repita" ante la "imposibilidad del traslado a la Península con su impresora" desde Las Palmas. El reto es colaborativo. Más allá de repartir las piezas entre las diferentes impresoras, en las primeras horas, y probablemente a lo largo del fin de semana es habitual ver a los participantes intercambiar consejos, destornilladores, o piezas con las que realizar ajustes en las impresoras que no pararán de trabajar durante 50 horas.

Las posibilidades de la impresión en 3D son desconocidas para la mayoría de la sociedad. Aunque están presentes en la mayoría de los festivales tecnológicos y de cultura digital, suelen asociarse a una diversión para niños que imprimen pequeñas figuras. Sin embargo, en Canarias las empresas profesionales de impresión 3D están desarrollando un trabajo que puede pasar desapercibido aunque esté delante de nuestros ojos. Por ejemplo, creando piezas para interiores de vehículos que son utilizados en películas y series que se ruedan en Tenerife como Rambo V. "Es mucho más fácil imprimir una pieza utilizando una imagen de referencia para modelarla, como un cartel de taxi en el Congo, que buscarla en el mercado y traerla a la isla", destaca Hanoch Hemmerich, participante en el encuentro.

Hemmerich inició su afición a la impresión en 3D hace cuatro años cuando comprobó que el precio de mandar a fabricar dos prototipos en una empresa convencional costaba lo mismo que una impresora. Desde hace dos años inició su actividad profesional y cambió la creación de piezas para amigos a la realización de encargos de impresión de recubrimientos de piezas metálicas para maquinaria agrícola, o la creación de piezas que utiliza el Centro de investigación atmosférica de Izaña, entre otros.

La medicina también está aprovechando en las Islas las ventajas de la impresión 3D. A partir de la imagen obtenida con un TAC se imprime en 3D el molde que permite comprobar de forma funcional si el modelo de prótesis diseñados por los médicos encaja adecuadamente sin que el paciente tenga que intervenir. Cuando se consigue la prótesis adecuada se realiza una segunda impresión en 3D en el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que desde hace años imprime prótesis en titanio.