La sede de la Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEAP) en la lagunera calle San Agustín acogió ayer la presentación del libro La superdotación a examen, obra de dos expertos: el doctor en Psicología Benito López Andrada y la maestra en Educación Infantil y Primaria María Josefa González Megía. López Andrada estuvo en La Laguna y dialogó con El Día.

"Detección precoz y apoyo institucional son factores clave en la superdotación", explicó López Andrada, Premio Nacional de Investigación Educativa 1998.

López valora: "La no identificación precoz y la falta del apoyo institucional a los alumnos potenciales superdotados, precoces, de alta capacidad cognitiva-intelectual y/o con talentos específicos puede traer, como consecuencia, que los alumnos medios y a veces los docentes desarrollen suficientes estrategias para bloquear el paso de los niños inteligentes".

El también licenciado en Filosofía y Letras añade a "equipos directivos de los centros educativos y de la orientación escolar, desinformados, así como políticas educativas desorientadas o con marcados intereses sesgados, camuflados y/o ideológicos".

Benito López es el director del estudio longitudinal de una muestra de 108 alumnos, potencialmente superdotados y nacidos en 1985, obtenida de alumnos de Educación Infantil de 5 años durante el curso 90-91.

El autor señala: "Cuando terminé mi tesis doctoral decidí seguir el camino que inició el doctor García Yagüe a mediados de los años 80". López realizó su estudio con niños de la localidad madrileña de Móstoles. De los 2.510 iniciales y tras dos cribas quedaron 108, que han tenido seguimientos cada cinco año. Los cursos 95-96, 2002-2003 y 2010-2011. El próximo será en el 2020-2021. Incluso se ha hecho una comparativa con chicos de Ecuador en la selva amazónica "que arrojó datos muy interesantes".

López Andrada incidió en "no esperar al desarrollo de las etapas educativas porque se han comprobado casos de reversibilidad cognitiva". Fue muy crítico con el apoyo institucional porque "el desarrollo de estos programas exige entre 15 y 20 años de seguimiento. Y cada vez que hay un cambio de partido cambia también la política educativa. Es imprescindible un compromiso institucional de todos".