No es aventurado decir que el humano es uno de los peores enemigos de la naturaleza. La tierra parece estarnos advirtiendo de que no puede aguantar más construcciones, actividades de explotación agraria e industrial y la contaminación que generan los más de 7.000 millones de humanos que habitan actualmente en nuestro planeta. En este escenario, las más perjudicadas son las especies de fauna y flora que no pueden plantar cara al desarrollo acelerado del Homo sapiens.

Sobre todo cuando estas especies tienen poco margen de maniobra para crecer, normalmente porque son endémicas y les cuesta reproducirse en un ambiente distinto, ocurre lo que acontece en Canarias. Cuatro de cada diez especies en las Islas están amenazadas. Este porcentaje duplica lo que se estima a nivel global, situado en el 25%. Y es que en Canarias el 36,3% de las especies se encuentra con algún tipo de peligro que las hace vulnerables.

La Lista Roja de las Especies Amenazadas de Europa de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) estima que en las Islas 84 se encuentran "a un paso de la extinción". De estas, las poblaciones de 41 no tienen visos de recuperarse; de hecho, cada vez están más mermadas. La mayoría de estas especies son vegetales, como explicó Javier Almunia, director de la Fundación Loro Parque, porque tienen "menos movilidad que los animales" y muchas veces solo pueden crecer en unas condiciones muy concretas. Son exactamente 31 especies de plantas las que se encuentran más amenazadas actualmente, y entre ellas destaca el pico de fuego, endémico del norte de La Palma, del que solo quedan dos ejemplares. Otros casos curiosos son el del pico del Sauzal o la bencomia herreña, de los que quedan 24 ejemplares, respectivamente.

En cuanto a la fauna, destacan en número de especies los artrópodos y los moluscos, pero en los últimos años a esta lista se han añadido algunos tiburones y rayas. El caso más popular es el de la Squantina squantina, conocida popularmente como angelote, que recientemente ha sido añadido al Catálogo Español de Especies Amenazadas. La pesca de arrastre es la principal razón por la que este animal ha dejado de reproducirse en los lugares donde lo hacía anteriormente, para tan solo empezar a hacerlo en las Islas. Este pequeño tiburón caza escondiéndose entre la arena del fondo del mar y, cuando se realiza este tipo de pesca, aunque sea de forma accidental, perturba su método fundamental para sobrevivir.

"Aquí no está extendida la pesca de arrastre, por lo que podemos preservar una población abundante de angelotes, que, además, se sigue reproduciendo", explicó Almunia. En el caso de la Fundación Loro Parque, además se está trabajando en un proyecto para censar el número de ejemplares de este tipo de animal sin perturbar su hábitat. Concretamente realizan dos tipos de marcaje: uno mediante fotoidentificación y otro acústico.

La sobreexplotación de especies, en este caso con la pesca de fondo, es una de las cinco amenazas a la biodiversidad que describe la WWF en su Informe Planeta Vivo 2018: Apuntando más alto. En él también destaca la contaminación, las especies invasoras o enfermedades y la pérdida o degradación del hábitat. En Canarias, además de la pesca, las distintas especies están especialmente afectadas por la urbanización del entorno, como destacó Almunia.

El cambio climático es uno de los aspectos que más resaltan los distintos informes de conservación de la biodiversidad. Y es que, aunque su efecto aún no ha llegado a afectar las especies, el daño que hemos estado haciendo a nuestra fauna y flora les hace aún más débiles si cabe para afrontar una modificación de estas dimensiones. "Si las condiciones climáticas cambian, puede ser el factor que acabe con una especie que ya de por sí solo aparece en un pequeño espacio y al que hemos fragmentado y debilitado", insistió el director. Los cambios en la temperatura de la tierra, como incide WWF, "pueden provocar confusión sobre los signos que desencadenan los eventos estacionales, como la migración y la reproducción, y generarlos cuando no corresponde". Pero estos 84 solo son los que están en riesgo inminente de desaparición. El registro de la IUCN afirma que existen otras 84 en peligro y 109 en situación de vulnerabilidad. La mitad de estas especies en peligro y cuyas poblaciones siguen descendiendo son animales como la tortuga verde, la ballena franca glacial, el tiburón martillo o el guirre. Cabe destacar que otras especies que un día estuvieron en peligro de extinción inminente hoy se están recuperando, como la foca monje.

La clave para evitar la extinción total de estas especies se encuentra en la financiación de programas de conservación, según destacó el director de la Fundación Loro Parque. Asimismo, se debe facilitar la creación de espacios protegidos y evitar las interferencias pesqueras en los hábitats, especialmente de los animales marinos.

Angelote

'squatina squatina'

El angelote era una especie bastante extendida en toda Europa. Vagaba especialmente por la costa mediterránea cuando la pesca de arrastre perturbó su método infalible para cazar: esconderse bajo la arena. En los últimos años, el único lugar en el que le han dejado tranquilo y lo suficientemente relajado para poder reproducirse son las costas de Canarias. Esta situación le ha ganado un hueco en la última modificación del Catálogo Español de Especies Amenazadas. Sus poblaciones continúan descendiendo en todo el mundo y, como consecuencia de estas actividades, el angelote ya es imposible de encontrar en el Mar del Norte. La Fundación Loro Parque está llevando a cabo varios proyectos para preservar el hábitat de estos animales, así como para conseguir establecer un censo claro sobre el número de especies que quedan de este animal. También están estudiando si el animal está viviendo en los espacios naturales protegidos o no.