Atesora 70 años muy bien llevados, aunque alguna fuente apuntaba a los 71. Simpática, entra rápido al quite: "No me ponga más que los cumplí hace poco, en diciembre". Natural de Icod el Alto (Los Realejos) hace unos cuantos que se quedó viuda. En su DNI pone Eudelia Hernández González, pero todos en su familia la llaman Yaya.

Considera que "mi marido y yo siempre quisimos que, como a nosotros nos gustaba tener un tiempo para disfrutarlo, nuestros hijos fueran iguales y se marcharan pronto de casa; nunca tuve ese síndrome, que sé que existe, del abandono del nido".

Sus hijos son José, Ramón, Ángeles, Jordi y Nacho. Estos dos últimos, canarios nacidos en Barcelona. Le han dado nueve nietos. De todos se siente "orgullosa, diez sobre diez", quien se considera a sí misma "una madre normal y no demasiado exigente. Al principio fue muy duro, pero con poquito todos han salido bien adelante".

"Noto que mis hijos y mis nietos me quieren y eso es lo mejor que me ha podido dar la vida", valora al hacer balance.

Recuerda lo que le legó su madre y ella ha intentado transmitir a sus hijos: "Mi madre, cuyo nombre era Dolores, aunque la llamábamos Lola y murió a poco de cumplir los 90, siempre me repetía una frase, el respeto es muy bonito, y eso, respeto, es lo que he intentado transmitir".

Yaya concluye: "Yo no creo que los abuelos, en este caso las abuelas, malcriemos a los nietos. Tal vez les demos algún capricho de más pero malcriar, no lo veo".