Agustín Valenzuela nos recibe en el pequeño espacio que la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna ha habilitado para él y su equipo de investigación. En ella se fragua la ciencia más puntera respecto al virus del sida, pero también sobre otras enfermedades infecciosas que recorren el mundo. El doctor en bioquímica, experto en virología e inmunología, que ha trabajado en el Instituto Pasteur, uno de los más prestigiosos del mundo, trata de hallar la razón primaria que impulsa a estos virus a actuar en el cuerpo humano para ayudar, en un futuro, a desarrollar vacunas eficaces.

Tiene usted una trayectoria extraordinaria, pero me temo que la gente conoce más a los futbolistas que a usted en Canarias.

Creo que no podemos compararnos con los futbolistas famosos, simplemente porque desarrollamos actividades o profesiones completamente distintas. La actividad científica en general se desarrolla con un valor y vocación humanistas y por el ser humano, absolutos. Puede ser que la profesión científica no seamos conocidos por el simple hecho de que la sociedad no percibe que desarrollemos una labor importante para ella. Seguramente, tenemos una gran parte de culpa de que esto sea así. Lo que es indiscutible es que los países que fundamentan su desarrollo integral a partir de políticas y acciones científicas tienen una mayor fortaleza económica, prosperan mejor y sus empresas, instituciones y diplomacia disfrutan de un mayor peso específico mundial.

Su investigación se basa fundamentalmente en el estudio del sida. ¿Cómo se encuentra en este momento la investigación respecto al VIH y cuáles son las expectativas de futuro?

A día de hoy no somos capaces de evitar la infección por VIH ni de erradicarlo de las células y de los tejidos reservorios infectados en el organismo de un paciente. Tampoco somos capaces de inmunizar frente a la infección por VIH. Sí que entendemos mejor ahora los procesos de infección y patogenia asociados a este patógeno, aunque aún desconocemos todo lo que tiene que ver con los procesos implicados en la infección celular. Además, hoy en día se dispone de fármacos muy eficaces que disminuyen a niveles muy bajos la carga del VIH en sangre. En el futuro buscamos obtener una vacuna eficaz que inmunice activamente a las personas frente a la infección por cualquier variante del virus, y para sus dos subtipos VIH-1 y VIH-2. En este sentido, se están desarrollando anticuerpos, para inmunización pasiva, que actúan frente a distintas variantes del virus VIH-1. Los primeros datos son prometedores, aunque ya se intuye que no va a ser posible controlar la carga viral con un único anticuerpo, y que se va a necesitar una combinación de ellos e, incluso, emplearlos en combinación con los tratamientos antirretrovirales actuales.

¿Cuáles han sido las conclusiones y logros de sus investigaciones sobre el VIH?

He dedicado mi investigación, principalmente, a entender los mecanismos de infección de las células del sistema inmune por el VIH-1, los mecanismos de daño viral, así como a identificar potenciales factores celulares que puedan proteger a las células de la infección por VIH-1. Así, hemos descrito cómo el VIH-1 emplea varias proteínas (CD4, CXCR4 y CCR5) para infectar las células T de defensa, y cómo se forma el poro de fusión que permite la entrada del genoma viral en la célula. Esto nos ha permitido identificar varios procesos y factores celulares que si los modificamos permiten proteger a las células de la infección. También hemos estudiado cómo ciertos anticuerpos neutralizantes antivirales actúan sobre las proteínas de superficie del virus, unos datos importantes para el futuro diseño de vacunas basadas en anticuerpos.

Los avances han sido increíbles en VIH. ¿Por qué sí se ha logrado con el sida y no con otras infecciones?

El VIH, en su subtipo 1, sobre todo, es uno de los virus más estudiados en el mundo. Pero a pesar de que se descubrió en el año 1983, llevamos con tratamientos eficaces, aproximadamente, tan solo desde el año 2006. No cabe duda que el hecho de que personas importantes, famosas, como deportistas, actores, cantantes y empresarios, dijeran que estaban infectados por este virus, y la muerte mediática de alguno de ellos también ha ayudado, y mucho, a la acción social y política a nivel planetario en la lucha contra esta enfermedad. No obstante, el VIH sigue siendo un reto y un problema de salud pública mundial, para el que aún no hemos conseguido desarrollar una vacuna eficaz ni estrategias que erradiquen el virus del organismo. Y que este virus, en países en desarrollo, afecta a gente joven y a niños, ayudando a un mayor impacto de la malaria y la tuberculosis, por ejemplo, y a la emergencia de nuevos virus.

Como comenta, aún hay muchos países en el mundo en el que la población muere de sida, así como por otras patologías. Qué ocurre, ¿que las inversiones, que vienen principalmente de los países desarrollados, solo se centran en sus problemas?

Parte del problema es que infecciones que afectan a países en desarrollo, como las olvidadas y las emergentes, no las percibamos como importantes, y estamos cometiendo un grave error, como la OMS bien lo indica. Esta pregunta es muy pertinente, en la situación mundial actual. Deberíamos empezar a interiorizar que un brote local de un virus emergente en un país en desarrollo, gracias a la globalización y calentamiento global, se puede convertir en un brote global en poco tiempo, en cuestión de semanas y meses. Esto es especialmente grave en caso de virus letales o invalidantes, para los cuales no tenemos ni fármacos ni vacunas. Pero es que no hay que ir siempre a este nivel, es que ni tan siquiera disponemos de herramientas para dotar a la asistencia primaria y hospitalaria con test diagnósticos sencillos, sensibles, inequívocos, rápidos y baratos, para poder analizar muestras de cualquier caso sospechoso o de forma indiscriminada, cuando el brote sea importante y se requiera. Si no nos preparamos, será más complicado encontrar la solución rápida que la sociedad en su conjunto reclamará cuando se vea afectada.

Esta desigualdad enorme en el mundo hace que en países con importantes niveles de pobreza se desarrollen enfermedades como el zika o el dengue, sobre los que usted también trabaja. ¿Cuál es el problema?

La pobreza, la falta de recursos, las condiciones de vida de la población, dónde y cómo viven, entre otros factores, afectan a cuán saludables están las personas, facilitan que los mosquitos transmisores o vectores de estos virus encuentren un hábitat adecuado para vivir, y, por tanto, a que las infecciones por estos virus sean recurrentes y más graves. La enfermedad hace que muchas personas no puedan asistir al trabajo, lo que afecta a la propia persona, a las empresas, a las familias, etc. Por tanto, estos virus impactan más en las zonas con menos recursos, y dificulta el desarrollo de las regiones. Como advierte la OMS, estos virus emergentes no son un problema regional alejado, es un problema global, que nos debe preocupar y ocupar seriamente. Más aún cuando sabemos que la falta de terapias y vacunas no es debido a la pobreza de esas regiones, sino a que no estamos estudiando estos virus, no los entendemos y no estamos dedicando fondos y esfuerzos a combatirlos.

Empieza a haber casos de dengue en Europa, incluso con fallecidos. ¿Le preocupa?

Sí, y mucho. Y no sólo de Dengue, sino de otros flavivirus y alfavirus, como el virus del Nilo Occidental y el virus Chikungunya. Y cuando hablamos de Europa, hablamos de España. Europa enfrenta la amenaza creciente de enfermedades infecciosas producidas por virus propios de regiones tropicales. Esto se debe, principalmente, al aumento de la temperatura media en nuestras regiones, calentamiento global. El cambio climático favorece que estas enfermedades, transmitidas por insectos y por los propios viajeros, se propaguen más fácilmente desde las zonas tropicales a las zonas más templadas o frías de Europa, o del planeta en general. En las últimas semanas del mes de octubre, primeros días de noviembre de 2018, en España se confirmaron seis personas infectadas por el virus Dengue. Por otra parte, el verano pasado en Grecia se confirmaron 271 casos de personas infectadas por el virus del Nilo Occidental, y 31 casos de personas fallecidas. Por tanto, sí nos preocupa a nuestro grupo de investigación el Dengue, y el resto de flavivirus y alfavirus, y nos gustaría poder disponer de fondos y participar en programas coordinados para estudiar estos u otros virus.

¿Qué puede ocurrir si no se actúa a tiempo?

Actuar a tiempo, en las enfermedades infecciosas, como bien advierten varias organizaciones sanitarias, es una necesidad, y una temeridad no hacerlo. Este concepto de estar preparado, a todos los niveles, en acciones de salud pública, en acciones científicas y tecnológicas, y en coordinación de todos los estamentos de la sociedad, junto a la industria farmacéutica, es lo que en inglés se denomina preparedness. Lógicamente, cuando nos afecte como lo hace en otros países, impactará sobre la salud de las personas, al gasto y a las capacidades sociosanitarias, económicas, al sector turístico y de servicios especialmente, por el efecto retardado de recuperación de la confianza en los turistas futuros, y a cualquier novel de la sociedad.

¿En Canarias ha habido algún caso?

Por el momento, que yo tenga conocimiento, no se ha descrito ningún caso de dengue autóctono en Canarias. Es decir, casos de personas que se han infectado aquí, en nuestras islas, por el virus Dengue. Los casos descritos, como los de Zika y Chikungunya, son importados. Es decir, se trata de personas infectadas por Dengue en otras regiones y que se han diagnosticado positivamente en Canarias, o fuera antes de venir. Esto es conocido y normal. Si algún vector de trasmisión empezará a predominar, como ocurrió el año pasado en España, y en Europa desde hace más tiempo, sería lógico que ocurriesen casos autóctonos. Debemos estar preparados para este escenario posible, y para cualquier otro como informan los organismos competentes de Europa y la OMS.

¿En qué nivel de vulnerabilidad nos encontramos en este momento en España en general y en Canarias en particular ante estas amenazas?

Lo que hay que hacer es cooperar con instituciones científicas y de salud pública, que llevan años enfrentando estos retos y enfermedades, para Canarias es una buena apuesta, que reforzará la cooperación con los países del África Occidental vecina en ciencia, tecnología y salud pública, necesarias para un intercambio comercial y cultural sostenible. De hecho, el Programa Ciencia en el Parlamento que se inició este año 2018, me solicitó el mes de agosto, como experto en el mismo programa, un informe exhaustivo al respecto de los retos de las enfermedades infecciosas, y donde abordé, bajo demanda, esta y otras amenazas que se deben tomar muy serio en nuestro país, y como ya hacen nuestros vecinos europeos, Francia, Inglaterra y Alemania, e instituciones como la Red Internacional de Institutos Pasteur y Wellcome Trust.

¿Cómo se encuentra en Canarias en inversión en ciencia?

El Gobierno de Canarias no sacó la convocatoria de proyectos en 2018, tampoco este año, por el momento. En 2017, como teníamos dos proyectos competitivos, no se nos permitió concursar a la convocatoria anual. En el año 2016, como en otras ocasiones, no hubo convocatoria a la que poder presentar nuestra actividad científica y optar a financiación pública. Nuestro grupo actualmente no cuenta con ayuda de proyectos públicas, como el plan nacional en espera, para desarrollar los proyectos, salvo el proyecto de la Red de Sida del Instituto de Salud del Carlos III (RIS-RETIC). A nivel de personal, sí hemos podido optar a becas y contratos competitivos, como el que disfrutamos del programa Agustín de Betancourt del Cabildo Insular y la beca de formación doctoral del Gobierno Autónomo de Canarias. Respecto de la inversión privada para proyectos de Investigación, disfrutamos entre los años 2016 y 2017 de una ayuda competitiva de la Fundación CajaCanarias en proyectos de Biomedicina.

¿Se nota la fuga de cerebros de jóvenes investigadores que consiguen fuera el apoyo que les niega aquí?

Por supuesto. Pero lo que es más grave aún, es no poder darles oportunidades para que, una vez formados como excelentes profesionales puedan optar competitivamente a contratos y a proyectos en Universidades o empresas, o a que desarrollen sus proyectos empresariales en Canarias, y en España en general. Estamos perdiendo nuestra fuerza en investigación, nuestra soberanía, que reside en nuestra gente y conocimiento que atesoran. En este caso, hablamos además de profesionales científicos, muy valiosos y necesarios para afrontar las necesidades, retos y amenazas de los nuevos tiempos que vivimos. Afrontar los retos de las enfermedades infecciosas sin ellos será muy difícil y poco sensato de nuestra parte como sociedad.

El 50% de la población se verá afectada por Dengue

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 50% de la población mundial se verá afectada por Dengue en la próxima década. Esta es la razón por la que Valenzuela apuesta por la investigación para "entender que las infecciones que afectan a regiones y países pobres rápidamente nos pueden afectar a nosotros". Asimismo, destaca que para afrontarlas "debemos estar concienciados y preparados". Según el investigador, en distintos países de Latinoamérica se han realizado estudios para entender cómo está afectando este virus a sus poblaciones, especialmente orientado a las consecuencias económicas.

Dificultades para continuar investigando

"Los proyectos sobre VIH y Zika están ahora mismo sin fondos públicos para trabajar", afirma Valenzuela. Y es que, a pesar de haber publicado descubrimientos importantes en 2018 y a principios de 2019, y años anteriores, así como tener previsto publicar en pocos meses otro artículo, el grupo de investigación no cuenta ahora con estos recursos. El último varapalo ha sido el del Plan Nacional de I+D+i, que no les ha incluido. Una situación a la que se suma la falta de convocatoria pública del Gobierno canario. El grupo que dirige también ha pasado dos auditorías in situ del proyecto de la Red Nacional de Investigación en SIDA del ISCiii (RIS-RETIC), una evaluación en el Ministerio de Economía sobre el proyecto del Plan Nacional, y está intentando crear una spin-off en Canarias junto a la empresa de Madrid BioAssays."Enfrentamos un 2019 y 2020 difícil para nuestro equipo de investigación, que condicionará nuestras cooperaciones con empresas y centros nacionales e internacionales en VIH y Zika", asegura el Bioquímico, experto en virus e inmunología.