La pasada noche del 29 de abril el Gran Telescopio de Canarias (GTC) observó el asteroide 2019 DS1 a través de un programa de Tiempo Discrecional de Director, con el objetivo de refinar la órbita de este objeto, por si pudiera convertirse en lo que se conoce como asteroide potencialmente peligroso por acercarse relativamente a la Tierra.

Pues bien, el resultado y la astrometría realizada sobre el mismo no solo han confirmado que se trata de uno de este tipo de asteroides, sino que pasa a ocupar el primer puesto en la lista de los potencialmente peligrosos, eso sí, con una probabilidad de 1/500, pero que es muy alta. Así que hay que vigilarlo bien por si se le ocurriera finalmente venirse a dar con nosotros.

Obviamente, esto solo implica que habrá que hacerle seguimiento y medir más veces su órbita para determinarla con mayor precisión hasta que, como sucede siempre en estos casos, se determine que finalmente pasará de largo (el universo es muy amplio y cabemos todos).

El asteroide en sí es realmente débil, lo que hizo que fuera necesario usar GTC para detectarlo. En buenas condiciones de observación es un puntito que permanece quieto mientras que las estrellas aparecen como líneas porque el telescopio está moviéndose para seguir la trayectoria del asteroide).

Este tipo de estudios se habían realizado con anterioridad solamente con los VLT, y nuestros resultados demuestran nuestra mayor capacidad con respecto a éstos (mucha mejor señal a ruido en menos tiempo, aun escalando por el tamaño del espejo), algo que no es baladí al tratarse de una colaboración con la Agencia Espacial Europea y que ha servido para poner al GTC en el radar de esta (por lo que será posible que recibamos más solicitudes al respecto en breve).

Pero que no cunda el pánico, el tamaño del objeto es de 20-40 m, así que su impacto produciría daños similares a algo intermedio entre el evento de Chelyabinsk de hace unos años, aquel captado en Rusia por multitud de webcams y que fue relativamente famoso), o el evento de Tungunska, algo más antiguo y potente, sucedido también en Rusia, y que lamentablemente no tuvo nada que ver con naves extraterrestres.