La Iglesia católica celebró la noche del pasado sábado la Vigilia Pascual, que dio paso ayer al Domingo de Resurrección, con las procesiones de los pasos de Jesús Sacramentado, el Santísimo Sacramento o el Resucitado, según las localidades, cultos que marcan el inicio de los cincuenta de días de Pascua, tiempo litúrgico que culminará con la festividad de Pentecostés.

Junto a la tradicional bendición que realiza Jacinto Barrios, párroco de San Francisco de Asís, a primera hora de la tarde de cada Domingo de Resurrección, desde la plaza de la Candelaria y desde la del Príncipe, "altares" de la capital tinerfeña, este año el obispo de la Diócesis de Tenerife, Bernardo Álvarez, incorporó al término de la procesión de Jesús Sacramentado, en La Laguna, la bendición que impartió con las custodia desde uno de los balcones de la parroquia matriz de La Concepción.

Cabe recordar que la parroquia de San Francisco de Asís retrasó a primera hora de la tarde del Domingo de Resurrección la procesión en la que procede a impartir la bendición del mar, los campos y la propia ciudad.

Desde el pasado jueves y hasta ayer, Guía de Isora también fue uno de los polos de atracción para el disfrute de la Pascua Florida, que diversifica la oferta y que consolida a este municipio del Sur de Tenerife como un referente en la iniciativa que promueve Carlos Curbelo, y que este año contó con una edición de arreglos florales en forma de obras de arte efímeras.

Desde el Viernes de Dolores, en la antesala del Domingo de Ramos, hasta ayer, la Iglesia Universal y en particular la diocesana -compuesta por poco más de trescientas parroquias- ha revivido la Semana Santa combinando la tradición de esperadas procesiones, como la de la Madrugada de La Laguna o el Señor de las Tribulaciones, o la exquisita imaginería de Los Realejos o La Orotava, con otras celebraciones que ganan más popularidad en los últimos años, como la de la Macarena de Santa Cruz o la representación de la Pasión de Adeje. Todo, en una edición marcada por la misión que vive la Diócesis, al encuentro de las periferias, físicas y existenciales.