La Cofradía del Santísimo Cristo del Rescate y Nuestra Señora de los Dolores está de celebración: cumple su 40 aniversario fundacional. Perteneciente a la parroquia de La Concepción, esta hermandad lagunera -que esta tarde saldrá en procesión- surgió precisamente con una efeméride como germen. Hoy, pasado el tiempo, suma cuatro décadas de vida.

Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, el camino arrancó en 1979. Faltaban apenas unos días para el Domingo de Pasión -que en aquella ocasión se celebró el 1 de abril- y, durante las tareas de colocación del Cristo del Rescate en su trono, dos cofrades del Lignum Crucis pusieron en marcha la idea, a los que se le sumarían después otros dos más. El objetivo: perpetuar el 25 aniversario de esa otra hermandad. La iniciativa fue comunicada entonces al resto del Lignum Crucis y tuvo lugar una reunión de la Junta de Gobierno. La nueva entidad tomó en esa cita su nombre actual y los colores del hábito: el azul, por la Virgen María; el rojo, por la sangre de Cristo, y el negro, por la vestimenta utilizada por el Lignum Crucis.

El primer paso estaba ya dado. A continuación se encargó la elaboración de los estatutos a uno de los iniciadores del proyecto. Otro hito se sitúa el 25 de abril de 1979, cuando se aprobó el nombre de los diez fundadores, de los que cinco continúan en activo. Unos meses después, el 1 de julio de 1979, se reunieron los precursores junto con el párroco y con sus firmas ratificaron los estatutos.

Ya en 1980, el 27 de enero, comenzó la confección de los hábitos; el 26 de febrero se entregaron los estatutos al Obispado, y el 28 de marzo fueron aprobados por el obispo de la época, Luis Franco Cascón. Ese mismo día, Viernes de Dolores, fue la bendición e imposición de hábitos, así como la primera procesión. Unos días después, el 1 de abril de aquel año (Martes Santo) se introdujeron en una copa todos los cargos y se eligió la junta de gobierno para 1980-1981. Al proceso se presentaron 29 hermanos y, mientras que el primer elegido fue el mayordomo, el último fue el hermano mayor. Ese llamativo sistema electoral se sustituyó posteriormente por unas elecciones convencionales.

Si en 1980 la cofradía solo desfiló junto a Nuestra Señora de los Dolores -la conocida como Predilecta del escultor José Luján Pérez-, al año siguiente lo hizo también con el Cristo del Rescate. Un nuevo capítulo destacado de la historia de esta corporación fue en 1987, cuando se produjo la entrada de las primeras trece mujeres con las que contó. Además, se da la circunstancia de que el primer caso de una fémina que presidió una hermandad en la Ciudad de los Adelantados fue en 1991 en la Cofradía del Rescate.

Una de sus características en los últimos años es la elevada presencia de niños, mientras que cuenta con 75 miembros adultos -entre los que se contabilizan más mujeres que hombres-, según explica su actual hermana mayor, Carmen Lourdes Parrilla. También destaca en esta hermandad que su actividad va más allá de los desfiles procesionales de la Semana Santa. Prueba de ello es que algunos de sus cofrades están vinculados con las actividades pastorales de la parroquia de La Concepción, como son la catequesis, Cáritas y las tareas de ornato y mantenimiento.

Parrilla detalla que este colectivo cuenta con tres pilares: el culto, la formación y la acción caritativa. Sobre lo anterior, y respectivamente, pone como ejemplos las celebraciones que tienen lugar cada 15 de septiembre -en honor de la Virgen de los Dolores- y quinto domingo de Cuaresma -por el Cristo del Rescate-; la participación de integrantes de la hermandad en las asambleas parroquiales llevadas a cabo con motivo de la Misión, y algunas actuaciones del ámbito social dentro de las posibilidades económicas de la entidad.

¿Y a partir de ahora cuál es el objetivo? "Seguir manteniendo la tradición y trabajando en la misma línea", afirma la hermana mayor. Y es que esa, unida a importantes dosis de esfuerzo, ha sido la receta que le ha permitido a la Cofradía del Cristo del Rescate llegar hasta aquí y salir por las calles de Aguere en sus procesiones de cada Semana Santa.