Las cofradías de Semana Santa de Málaga tienen sus puertas abiertas para todo aquel que quiera participar en sus procesiones, por lo que no es extraño encontrar a "cofrades" de otras partes del mundo.

Desde Hungría llegó hace once años Tamas Szelei, camarero de profesión y cofrade del Prendimiento, que comenzó a ser portador de la Virgen del Gran Perdón hace seis años por una promesa que le hizo a esta imagen cuando él y su familia se enteraron de que a su hermano le habían detectado un tumor cerebral.

Tras la recuperación de su hermano y por su buen estado de salud, Tamas Szelei ha continuado con la promesa, y ha afirmado que pretende hacerlo porque no quiere "romperla", además de que le "encanta" ser portador de esta Virgen.

Szelei accedió a la cofradía del Prendimiento gracias a unos miembros de esta corporación y que se "cruzaron" en su vida.

El trono de la Virgen del Gran Perdón es uno de los más pesados de Málaga, pero Tamas ha admitido que merece la pena por tal de disfrutar de momentos tan emotivos como la conocida como "cuesta de Carrión", una calle de gran pendiente que afronta esta cofradía cuando ya está en los aledaños de su sede.

Szelei ha confesado que no solo le gusta su cofradía, sino que disfruta con todo lo que tenga que ver con la Semana Santa malagueña, los tronos, las marchas y el ambiente en las calles.

Peter Hattink nació en Bélgica, llegó a Málaga en 1972 y en 1973 ya era hermano de la Cofradía del Sepulcro, en la que a lo largo de los años ha hecho grandes amigos, como es el caso del actual hermano mayor, Emilio Betés.

Por su profesión de periodista, fue destinado a Madrid, aunque ha asegurado que cada año venía a Málaga a pasar la Semana Santa.

Ha relatado que en su infancia en Brujas tenían una tradición muy católica, por lo que solía ir a ver las procesiones, "muy parecidas" a las que hay en Málaga debido a la herencia española dejada en los Países Bajos.

Hattink ha participado en la procesión de Viernes Santo durante 33 años, en los que ha ocupado los puestos de nazareno y portador del trono de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro.

"He dejado de participar en la procesión porque ahora vivo en Costa Rica y el viaje a España es muy costoso, pero me encantaría volver algún año a Málaga porque nunca he visto mi procesión sin participar en ella", ha asegurado Hattink.

En el caso de Tom Lafferty, su pasión por la Semana Santa comenzó gracias a su pareja, perteneciente a la Cofradía del Amor junto a su familia desde niña.

Lafferty ha asegurado que lo que le ha empujado a unirse a la hermandad de Viernes Santo fue el "compañerismo" y espíritu de "hermandad" que tienen sus miembros.

En este 2019, Tom participará por segundo año consecutivo en la procesión como portador del Santísimo Cristo del Amor, un "rol" que ha asegurado que es "muy duro" tanto física como mentalmente, pero que le resulta "plenamente gratificante" en el plano espiritual.

"La tradición de celebrar la Semana Santa como una semana entera con procesiones que recorren las calles fue un descubrimiento para mí cuando me mudé a España", ha concluido.