El patrimonio artístico que alberga India es uno de los más fascinantes del mundo. Un país de grandes contrastes en donde el lujo y la decadencia conviven bajo un aura de misticismo y fervor religioso. Uno de los destinos turísticos que todo viajero que se precie debe visitar al menos una vez en su vida.

Ciudades de ensueño, mausoleos que son un icono en todo el mundo, paisajes indescriptibles. Todo esto y mucho más es lo que aglutina India en su territorio. Un escenario que es todo un paraíso para los mochileros y que está repleto de singulares atractivos. Explora estos viajes a La India que son sin duda los mejores para poder abarcar todas las excelencias de este país.

Las ciudades imprescindibles en la India

La capital de la India, Nueva Delhi, es un bullicio de calles animadas. Hay que perderse por la zona antigua para visitar sus bazares o admirarse frente al Fuerte Rojo o el templo Bahai en forma de flor de loto. Casi tan bulliciosa y colorida es Chennai, una ciudad en la que destacan sus templos de colores alegres y el centro colonial de George Town.

La esencia más antigua de la India la puedes encontrar en Hyderabad. En sus callejones repletos de gente pueden verse mercadillos, viejas mezquitas como Mecca Masjid y el monumento de Charminar. La popularmente conocida ciudad rosa de Jaipur brilla desde el Palacio de la Ciudad o el Jal Mahal, el palacio que flota sobre el agua. Sin olvidarnos del observatorio astronómico Jantar Mantar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Kerala, Pune y la singular Bombay con sus mercados y rascacielos de hormigón son otras de las ciudad que tenemos que ver. Calcuta es uno de los rincones más pobres de la India, aunque cuenta entre sus atractivos con los Jardines del Edén. No hay que dejar de visitar tampoco Jaisalmer, una de las ciudades amuralladas más bonitas del mundo, o Benarés, la ciudad santa del Ganges.

Los grandes monumentos de la India

Situado en la ciudad de Agra, el Taj Mahal es uno de los monumentos más visitados y conocidos en todo el mundo. Un mausoleo que el emperador Sha Janan mandó construir en el siglo XVII para su esposa favorita, Mumtaz Mahan. Toda una auténtica maravilla de la arquitectura mogol.

En Nueva Delhi se halla Akshardham, un conjunto de edificios y jardines entre los que sobresale el Pequeño Taj. Cerca de aquí tenemos la mezquita Jama Masjid, la más grande del país, cuyos cuatro minaretes sobresalen esplendorosos de la zona antigua de la ciudad. Una vista que compite por igual con la Gran Mezquita de Delhi.

El Palacio de los Vientos de Jaipur es una impresionante fachada situada en el centro de esta ciudad. Una fachada repleta de ventanas por las que las mujeres del harén podían contemplar el exterior sin ser vistas. Otro de los grandes atractivos de la India son los templos de Khajuraho, una veintena de edificios dedicados a los dioses Shiva y Visnú.

Es prácticamente imposible quedarse con un solo lugar de la India. Un país ligado estrechamente al turismo y que cada año recibe a millones de viajeros de todo el mundo. Uno de esos escenarios que resultan difíciles de olvidar.