Quizás no sea lo primero que recuerde, pero al menos su madre sí lo hará. Porque no es frecuente y porque tampoco fue un parto al uso. Y es que el pequeño canario recién nacido tenía tanta prisa por nacer que lo hizo directamente en la ambulancia.

Quinto hijo de una madre tinerfeña, concretamente residente en la zona norte, el pequeño no quería nacer como el 90% de los bebés, de forma cefálica, sino que lo hizo de nalgas. Una situación que la médico responsable de la asistencia sanitaria del 112, Ana Carrullo, recordó que es "complicada", especialmente en este tipo de situaciones tan concretas, donde, además, la atención del equipo sanitario es limitada.

A las 8:00 horas de la mañana del pasado viernes 1 de marzo, el 1-1-2 Canarias recibía una llamada de alerta en la que se indicaba que una mujer que estaba terminando su periodo de embarazo había roto la bolsa y presentaba contracciones. Mientras esperaban a que llegara la ambulancia a domicilio, un médico le prestó teleasistencia y les indicó a sus familiares que la recostaran sobre el lado izquierdo y le indicaran que controlara sus respiraciones para favorecer la oxigenación del bebé.

Mientras era trasladada al Hospital Universitario de Canarias (HUC), los profesionales que se encontraban en el interior de la ambulancia se dieron cuenta de que, tal y como había avanzado el parto, no iban a llegar al destino antes de darle la bienvenida a l niño. Ante la situación, la ambulancia decidió detenerse en uno de los accesos de la autopista TF-5, para poder asistir de manera adecuada a la mujer.

Fue entonces cuando el equipo sanitario descubrió que se trataba de un parto de presentación podálica, al observar el pie del bebé. En este sentido, fueron dos sanitarios, un médico y una enfermera, los que se encargaron de la asistencia y gracias a los cuales todo salió bien. En parte por la "destreza" que demostraron, como aseguró Carrullo, porque no solo se tuvieron que enfrentar al parto podálico, sino también a que viniera con una vuelta de cordón umbilical al cuello.

La situación "no es habitual", porque la mayoría de madres "suelen tener un seguimiento adecuado de la gestión" y desde que notan las primeras contracciones, llaman enseguida a la ambulancia, explicó Carrullo.

Entre las consecuencias de un parto mal asistido cuando el feto viene de pies, se encuentra "la retención del neonato" tanto de una rodilla o de una cadera hasta el riesgo de hemorragia en la parturienta o, incluso, el fallecimiento del recién nacido. No obstante, y pesar de las complicaciones derivadas, todo se desarrolló con normalidad.

Una vez nacido el pequeño, los dos sanitarios tuvieron que rotarse en las funciones propias de neonatólogos y matrona. Así, y una vez constataron que la madre se encontraba bien, procedieron a limpiar, aspirar y medir las constantes vitales del niño. Respecto al cordón umbilical, como tuvo que ser cortado durante la intervención, también se tuvo que pinzar en la ambulancia.

Tras verificar que los dos se encontraban en buen estado, la ambulancia medicalizada del SUC continuó con el traslado hasta el Hospital Universitario de Canarias (HUC), donde ambos quedaron ingresados durante unos días. Hoy ya les han dado el alta y están en casa disfrutando de su mutua compañía.