El cazón o tiburón vitamínico continúa siendo el escualo que más frecuenta las aguas canarias. El Galeorhinus galeus es una especie amenazada y su nombre aparecerá en breve en el BOC (Boletín Oficial de Canarias) debido a que está en peligro de extinción. "Los tiburones sufren una sobrepesca y su población está disminuyendo", expone Rogelio Herrera, técnico de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, sobre una regresión que ya está en número rojos. "El cazón es un tiburón que se localiza en una franja marina que se extiende entre Noruega y Canarias, pero cada vez quedan menos", nos pone sobre aviso, antes de explicar algunos avistamientos recientes cerca del litoral de islas como Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura.

"Si no se le molesta, es inofensivo", subraya al tantear el grado de peligrosidad del cazón. "Las hembras se acercan estos días a la costa a parir. Esa es la única manera de que las crías puedan sobrevivir a depredadores de mayor tamaño", explica Herrera sobre un acontecimiento que se registra todos los años por estas fechas y que "son un espectáculo para los bañistas que se cruzan con estos animales. Para completar este ciclo vital se deben desplazar a zonas de poco fondo, pero también debemos tener en cuenta que las transformaciones que se han desarrollado en la costa -elementos de contención, complejos urbanísticos o zonas de playa modificadas- pueden generar cambios en sus hábitos", sostiene el especialista.

Rogerio Herrera envía un mensaje de tranquilidad respecto a las noticias que se difunde sobre la posible presencia de especies más peligrosas en aguas del Archipiélago. "No hay cambios. Los que tenemos en las Islas son el tiburón martillo, el marrajo, el angelote y el cazón", enumera al tiempo que remarca que son animales que se alimentan de cardumen de pescados a unas profundidades intermedias.

Entre metro y metro y medio de largo. Esa es la medida que suelen alcanzar los cazones. "Insisto, no son peligrosos -sus dientes no tienen ni el aspecto ni la peligrosidad de tiburones de mayores dimensiones- pero eso no significa que no se den casos en los que una persona pueda recibir una mordida. Si eso ocurre, las probabilidades de que se haya producido por un accidente son bastante altas -un pisotón en la arena-, aunque también cabe la posibilidad de que reacciones con cierta agresividad si se ven amenazados o se les molesta más de lo debido", alerta el especialista sobre las principales incidencias que se registran en Canarias.