El 43% de las mujeres dejan su carrera científica a tiempo completo tras concebir su primer hijo, algo que ocurre en mucha menor medida con los hombres (23%) y que tiene relación con el techo de cristal de la ciencia que desde hace años se quiere romper.

El cambio en la trayectoria laboral de los nuevos padres en STEM es el título de este estudio que se publicó el pasado 19 de febrero en Nature, y liderado por las sociólogas Erin Cech y Mary Blair-Loy, de la Universidad de Michigan y de California, respectivamente. La investigación trata de explicar por qué existe una infrarrepresentación de la mujer en los empleos relacionados con la ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería(STEM) en Estados Unidos.

Los datos concluyeron que el 43% de las mujeres que tienen un primer hijo dejan su carrera a tiempo completo en STEM y lo cambian por un trabajo a tiempo parcial en el sector, se cambian de carrera o dejan el trabajo.

Según explicó Cech a Nature, es "la primera vez que una investigación muestra cómo una proporción de los nuevos padres tienen problemas para conciliar su vida familiar con la ciencia". "Los empleos en STEM son culturalmente menos tolerantes y conceden un menor apoyo a las responsabilidad familiares que otros", afirmó Cech, que insistió en que "las madres -y también los padres- pueden sentirse excluidos en sus trabajos y obligados a comenzar en trabajos a tiempo completo en campos que nada tienen que ver con el STEM".

El estudio pone de manifiesto un "problema estructural", según afirmó Virginia Valian, psicóloga de la Universidad de Nueva York también en esta revista. Como explicó, se espera que "los profesionales dedicados no tengan una vida personal" y, por lo tanto, si la tienen, "sean castigados por ello".

El techo de cristal afecta también a la ciencia española. Como refleja el informe Científicas en cifras 2017, tan solo el 21% de las universidades españolas cuentan con mujeres entre su profesorado catedrático. Se trata de una segregación de género (techo de cristal) que es peor, incluso, en los Organismos Públicos de Investigación (OPIs) donde esta cifra se eleva al 25%.

Las investigadoras desde hace años han estado alertando de que esta brecha de género tiene que ver, entre otras cosas, con la llegada de la maternidad, pues requiere una conciliación entre el tiempo que se dedica al trabajo y la familia.

De hecho, en un estudio realizado para la revista Science por L''oreal a través de Cell Associates se preguntó a hombres y mujeres científicos por los motivos que le llevaron a dejar su carrera científica. Las respuestas fueron reveladoras. Mientras la motivación de los varones venía de la financiación, la escasez de trabajo, los bajos salarios y, en cuarto lugar, por cuestiones relativas a la conciliación; en las mujeres el abandono de la carrera se ocasionó principalmente por la conciliación y el cuidado de los hijos, seguido por problemas de financiación.

Fátima Mesa Herrera, investigadora en formación de la Universidad de La Laguna, considera que se debe seguir "desmontando prejuicios, detectar los posibles campos de acción, tanto en el ámbito educativo, como en el familiar y el laboral y desarrollar políticas de igualdad para erradicar esta situación". Mientras que Silvia Alonso, docente y responsable del Observatorio de Género de la Universidad Europea de Canarias, insiste en que debemos preguntarnos si el modelo actual de investigación, en el que impera "la precariedad, los horarios no definidos o los viajes constantes", no estará afectando a que estos datos se sigan registrando en pleno 2019.