Davinia Fernández-Espejo forma parte del grupo internacional de investigadores que ha conseguido, por primera vez, captar una imagen de los patrones neuronales que se activan cuando un cerebro humano se encuentra en estado de consciencia, todo un hito en las neurociencias.

Después de haber trabajado con Adrian Owen, toda una autoridad mundial en el estudio del cerebro humano, en el Instituto Cerebro y Mente de la Universidad de Western Ontario, en Canadá, la psícologa española, licenciada en Psicología por la Universidad de Oviedo, encaminó sus pasos al Reino Unido, donde lleva tres años como profesora titular en la Universidad de Birmingham y dirige un equipo de investigación. Desde allí, Davinia Fernández-Espejo responde y despeja algunas incógnitas sobre el cerebro humano y el fenómeno de la consciencia.

La naturaleza de la consciencia. "Tenemos varias teorías que intentan explicar qué es la consciencia humana y cómo surge en el cerebro, pero aún no hay acuerdo en la comunidad científica sobre cuál de ellas ofrece la explicación más correcta. Por el momento, consideramos esas teorías como hipótesis que tenemos que poner a prueba con distintos trabajos de investigación en personas conscientes y en estados alterados de consciencia, ya sea por daño cerebral, por sedación, uso de psicodélicos...".

Consciencia humana y consciencia animal. "Aún no existe acuerdo en la literatura acerca de si otras especies no humanas poseen consciencia. Prácticamente todos los métodos de investigación que tenemos para estudiar la consciencia se han desarrollado para su aplicación en humanos, y es difícil extrapolarlos a otras especies. De todos modos, hay estudios que sugieren que algunas especies tienen comportamientos que se podrían interpretar como conscientes. Algunos animales se reconocen a sí mismos en el espejo, lo cual podría indicar cierto grado de consciencia de sí mismos, aunque no todos los científicos están de acuerdo con esta interpretación".

El límite entre la consciencia y la inconsciencia. "Podemos entender la consciencia como un continuo, en el que se pueden diferenciar distintos niveles; aunque a nivel clínico se considera que una persona pasa de estar consciente a inconsciente cuando deja de responder a la estimulación externa. Por ejemplo, si la llamamos por el nombre o le damos unos golpecitos en la mano para llamar su atención y no responde. Cada día pasamos por distintos estados de consciencia alterada "normales", por ejemplo, cuando fluctuamos por las distintas fases de sueño: ligero, profundo, REM".

Consciencia o conciencia. "El término correcto es ''consciencia'', aunque en ciertos contextos son intercambiables y se tiende a utilizar la grafía más simple -conciencia-. En inglés tenemos los términos ''consciousness'' para referirnos al nivel de conciencia -la diferencia entre estar dormidos o despiertos- y ''awareness'' para referirnos al contenido de la conciencia -nuestra habilidad de tener experiencias subjetivas del mundo que nos rodea y de nosotros mismos, es decir, nuestra propia existencia-. A veces estos términos se traducen al castellano como consciencia y conciencia para diferenciarlos y quizá de aquí venga parte de la confusión entre ellos".

¿Cómo es el cerebro humano? "¡Complejísimo! El cerebro humano tiene aproximadamente 86.000 millones de neuronas y 500 billones de conexiones entre ellas. Por medio de estas conexiones, las neuronas se organizan en redes estructurales, cada una de las cuales varía su actividad y su comunicación con otras redes para dar lugar a los procesos cognitivos".

El estado vegetativo. "Siempre me interesaron el cerebro y las consecuencias del daño cerebral. Empecé a trabajar con pacientes en estado vegetativo durante mi doctorado. Son pacientes que han sobrevivido a un daño cerebral gravísimo y que han perdido la capacidad de comunicarse con el exterior y mostrar signos de conciencia. Cuando empecé mi doctorado se sabía muy poco sobre ellos y sobre las capacidades cognitivas que podían retener o cuál es el daño específico que explica su sintomatología. A nivel científico son pacientes muy interesantes porque nos permiten poner a prueba teorías sobre las diferencias entre el nivel de consciencia, la capacidad de tener ciclos de sueño y vigilia -que mantienen- y el contenido de la consciencia, la capacidad de tener experiencias subjetivas. Pero también es un campo de investigación con unas implicaciones clínicas y éticas muy importantes, lo cual para mí lo hace aún más interesante.

Estado vegetativo y pérdida de consciencia. "Hay personas en estado vegetativo que no han perdido la consciencia, aunque es un porcentaje de pacientes muy pequeño. Sabemos que en torno al 10 por ciento de pacientes que aparecen a nivel clínico como en estado vegetativo en realidad no han perdido la consciencia, sino que han perdido la habilidad de mostrar su nivel cognitivo con respuestas motoras externas. En mi grupo de investigación hemos hecho varios trabajos para intentar entender a qué se debe esta incapacidad de producir respuestas y hemos encontrado evidencia de que estos pacientes tienen dañadas varias conexiones en las redes cerebrales que se encargan de controlar movimientos voluntarios. En la comunidad científica utilizamos el término disociación cognitiva - motora (del inglés ''cognitive motor dissociation'', o CMD). El siguiente paso es que este término se incorpore en las guías clínicas".

Las implicaciones éticas. "He colaborado estrechamente con un equipo de bioética en Canadá para explorar las implicaciones de nuestro trabajo científico, por ejemplo, a la hora de comunicar los resultados individuales de los pacientes que participan en nuestros estudios de investigación a los familiares, al equipo médico y al mismo paciente".

Decisiones difíciles. "No es posible por el momento que un paciente en estado vegetativo decida sobre si se mantiene o no con vida, por varias razones. Primero, tenemos métodos que nos permiten comunicarnos con algunos pacientes; sin embargo, antes de poder hacer preguntas de esta magnitud, tendríamos que establecer si el paciente tiene la suficiente capacidad cognitiva para la toma de decisiones; este es un proceso rutinario en cualquier tipo de decisión médica, pero en nuestro caso estamos limitados por el método de comunicación: hasta ahora solo hemos conseguido comunicarnos usando la resonancia magnética y nos lleva cinco minutos por pregunta. Si la tecnología y nuestros métodos siguen avanzando, quizá sea posible algún día tener métodos más efectivos de comunicación. Andrew Peterson ha publicado varios trabajos discutiendo esta posibilidad y el marco teórico-ético. Segundo, si eso se consiguiera, habría que revisar el marco legal para evaluar si las respuestas que los pacientes comunicaran por esta vía se considerarían de suficiente validez para ser reconocidas por el juez o el equipo que tendría que aprobar la retirada de nutrición e hidratación. Y tercero, la regulación sobre la retirada de hidratación y nutrición es diferente en cada país; en muchos casos estas medidas solo se aprueban en pacientes en estado vegetativo no conscientes, en los que se considera que no hay posibilidad de recuperación".

Neurociencias y tecnología. "El de las neurociencias es quizás uno de los campos que más se han beneficiado de los avances tecnológicos, sobre todo a nivel de técnicas de imagen cerebral. Estos avances nos permiten mapear la estructura y función del cerebro cada vez con más precisión. Gracias a esto, y al desarrollo de modelos y marcos teóricos en paralelo, estamos empezando a resolver el puzle de cómo emergen muchas funciones cognitivas".

El cerebro, un campo de investigación estratégico. "La investigación sobre el cerebro es estratégica, sobre todo a nivel de aplicaciones clínicas. Gracias a los grandes avances que ha habido en el campo de la medicina somos capaces de sobrevivir a accidentes y enfermedades muy graves. En muchos casos, como ocurre en los pacientes en estado vegetativo, el cuerpo se recupera, pero el cerebro no. Además, gracias a la medicina y a las mejoras en la calidad de vida, vivimos hasta edades muy avanzadas, lo que aumenta la prevalencia de las enfermedades neurodegenerativas. Por decirlo de otra manera, sabemos cómo cuidar del cuerpo para superar accidentes, enfermedades y los efectos de la edad, pero aún no entendemos cómo hacer lo mismo con nuestro cerebro. Por eso es crucial intentar entender mejor el funcionamiento cerebral, los factores que contribuyen a su salud y los mecanismos que explican las secuelas del daño cerebral agudo y las enfermedades neurodegenerativas".

Un mapa del cerebro. "Mapear el cerebro es prácticamente como intentar hacer un mapa del universo. Me reitero aquí con lo que comentaba antes del número de neuronas y el número de conexiones".

La salud del cerebro. "Se está haciendo un énfasis muy grande en entender los factores que contribuyen a la salud cerebral entre la comunidad científica. Sabemos que hay factores que contribuyen a retrasar o acelerar el impacto de ciertos cuadros neurológicos, pero no me especializo en ello directamente así que no le puedo dar información actualizada al respecto".

Investigaciones cooperativas. "Los estudios en neurociencia son muy costosos -a nivel económico, de inversión de recursos humanos y tiempo- y es difícil que un equipo de investigación aislado consiga muestras de participantes suficientemente grandes para poder hacer estudios robustos y poder extrapolar los resultados a otras muestras. Esto es todavía más difícil cuando se trabaja con poblaciones clínicas relativamente raras, como son los pacientes en estado vegetativo".

España y la ciencia. "En España hay muchos grupos haciendo investigación puntera y con una tradición fuerte de investigación y formación de doctorandos, pero lamentablemente la falta de recursos les está poniendo las cosas muy difíciles y está impidiendo que muchos ''nuevos talentos'' decidan establecerse y formar grupo de investigación allí".

Una puerta abierta para los pacientes en estado vegetativo. "En la mayoría de los casos el daño cerebral que han sufrido es tan severo que es extremadamente improbable que se puedan recuperar. Sin embargo, hay un porcentaje pequeño de pacientes, con daños concretos -que solo estamos comenzando a entender-, que podrían beneficiarse de ciertas terapias y recuperar un cierto nivel de autonomía".