Los 15,2 millones que contempla la ficha financiera del Plan de Salud Mental de Canarias 2018-2023 no aparecen en los anexos de inversión de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias. Además, esta suma no estaría contemplando todos los elementos necesarios para ponerlo en marcha.

Son algunas de las apreciaciones que realiza el Consejo Económico y Social de Canarias en su primer dictamen del año, en el que se encarga de evaluar el proyecto del plan para el Servicio Canario de la Salud (SCS). El informe solicita volver a evaluar distintos aspectos del que aún es un borrador del plan, tanto porque se ha extralimitado en su jurisprudencia (teniendo en cuenta que asume acciones que deben ejecutar otras administraciones), como porque parece estar incompleto en aspectos esenciales.

Al documento, concretamente, le faltan dos de los contenidos necesarios “para cualquier plan”: un cronograma y la atribución de responsabilidades, es decir, qué órgano será el encargado de ejecutar cada una de los objetivos que se plantean.

El CES afirma, asimismo, que al haber sido realizado por el SCS, el Plan de Salud Mental debería “abarcar aquello que tiene que ver con la provisión de la asistencia sanitaria”, mientras que “la atención social” debería “ser prestada por otras administraciones”.

Sin embargo, hay objetivos propuestos que solo pueden ser realizados por otras administraciones y no se ha contado con su participación. El CES advierte , en este sentido que, “al no participar [...], no tienen que asumir los compromisos que se establecen en el documento citado”, lo que consecuentemente puede derivar en el quebrantamiento de la planificación prevista.

En cuanto a la financiación, un aspecto en el que se incide por distintas vertientes, el CES determina que “la ficha financiera no contempla los recursos necesarios para la consecución de las líneas estratégicas”. Según destaca el Consejo, los 15,2 millones presupuestados obedecen únicamente “a gastos del capítulo I (solo la primera anualidad) y capítulo IV”, por lo que “establece costes de determinados elementos pero no todos”. Tampoco contempla la dotación que deberían hacer otras administraciones públicas.

El CES también destaca que hay una “fuerte” dispersión de la inversión por todo el territorio y que hay islas en las que no existe “ni gasto ni inversión”, como la Gomera; que no existe un informe preceptivo de la Dirección General de Planificación y Presupuesto de la Consejería de_Hacienda; y que hay determinadas acciones que “no parecen tener encuadre en la Cartera de Servicios que financia el SCS”. El CES también solicita al SCS mejorar los mecanismos de evaluación e integrar esta estrategia en el Plan de Salud, ya que, según la Ley de Ordenación Sanitaria de Canarias, es este último el instrumento para planificar, coordinar y articular las actividades que propone. Por último, concluye que el Plan debe renovar los precios de ejecución, vincularse a otros planes y actualizar los datos que sirvieron de base para elaborarlo, ya que datan de 2015 y 2016.

La ACN ya había alertado

Asociación Canaria de Neuropsiquiatría y Salud Mental (ACN) ya alertó hace unos meses de que este nuevo Plan de Salud Mental de Canarias contaba con un presupuesto insuficiente. Así lo afirmó a este periódico en el mes de diciembre, cuando alertó de que, con los 15,2 millones, el presupuesto destinado para Salud Mental seguiría sin satisfacer las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es que esta institución establece que el presupuesto ideal a este respecto debería oscilar entre el 5 y el 10% del total, mientras que en Canarias no llega al 2%.

El presidente de la ACN, Francisco Rodríguez Pulido, no solo aseguró que “la partida presupuestaria es deficiente”, sino que hizo hincapié en que el plan no contaba con un calendario objetivo para conocer cuándo se iba a poner en marcha cada una de las medidas contempladas. En este sentido también se manifestaron los partidos de la oposición, que consideraron la financiación destinada “insuficiente”.