El Cabildo de La Gomera acogió esta semana una jornada de trabajo dedicada al análisis de la situación actual del Lagarto Gigante de La Gomera, que cuenta con 360 ejemplares que se crían en cautividad, de los que 120 están preparándose para próximas sueltas.

Esta jornada estuvo impartida por Martha Bohórquez y Miguel Molina, ambos doctores y miembros de la Asociación de Bienestar Ambiental, quienes reiteraron la necesidad de mantener los planes de reintroducción de la especie, así como abordar un análisis de las zonas de sueltas y la situación en la que se encuentran.

Además, se planteó la utilidad de acotar zonas en las que poder reintroducir ejemplares en condiciones de semilibertad, permitiendo un mayor seguimiento y incrementando las posibilidades de supervivencias de éstos.

Sin embargo, se subrayó la utilidad de las campañas de reproducción, que han mantenido una media de 80 ejemplares anuales durante los últimos diez años, una cifra que garantiza la puesta en marcha de sueltas casi anualmente.

Entre los objetivos del presente año, figura la creación de un censo del Lagarto Gigante, enfocado a las poblaciones que se encuentran en La Mérica, ubicación en la que se descubrieron las primeras poblaciones de la especie.

Estos trabajos está previsto que se realicen durante los meses de mayo y junio, informa el Cabildo en una nota.

La actividad contó con la participación del consejero de Desarrollo del Territorio, Alfredo Herrera, junto a técnicos del Cabildo, la Unidad de Medio Ambiente, además de representantes de otras administraciones públicas y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

ÚLTIMOS NACIMIENTOS

Los nacimientos registrados el pasado año tuvieron como resultado la llegada al Centro de Recuperación de 75 nuevos ejemplares, con un dato de eclosión superior al 87%.

Cada lagarto pasa por un proceso de adaptación que se inicia desde su nacimiento.

Así, hasta los 4 o 7 meses de vida, los lagartos están en un terrario interior con control lumínico, en el que se regula la temperatura, junto a los ciclos diurnos y nocturnos.

Cuando superan esta fase, es el momento de trasladarlos a los terrarios exteriores con temperatura ambiente y tierra para iniciar su adaptación, hasta que pasan al periodo de presuelta.