Román Delgado, profesor que como el resto de los que aparecen en este reportaje representa a sus más de 120 compañeros (cinco en esta área), acercó a El Día hasta el "santuario" de una de las familias profesionales que más frutos ha dado en la larga historia del IES Virgen de la Candelaria: Artes Gráficas. Allí presentó a Gregorio, "Goyo", Felipe Escuela, y Verónica Eva Calle, alumnos de Segundo de Impresión Gráfica que han elaborado el logo que pasa a ser el oficial y representará durante este curso al centro.

Goyo tiene 22 años y Verónica 39. Su edad demuestra el amplio abanico generacional que esconden los muros del Virgen de la Candelaria porque estudiar no tiene fecha en el DNI.

Explican que "la propuesta llegó a principios de curso y pensamos en mantener los colores originales del escudo (contiene imágenes de la Virgen de Candelaria, el Teide y herramientas de la FP) e incorporar los números y un engranaje que lo rodeara".

El resultado de una labor que les ocupó "unas doce horas en tres clases" pasó a la final y, subraya Román, "entre seis trabajos se eligió este por la dirección y la comunidad educativa. Han sabido plasmar la idea inicial en el objetivo previsto. Un gran trabajo".

Goyo y Verónica culminaron el curso de Preimpresión Digital y ahora están el segundo, Impresión Gráfica. Entre "offset", cuatricromías, "plotter" o impresoras, incluyendo joyas como la de 3D, se mueven en un día a día que enfoca parte del itinerario lectivo al diseño web. "Capaces de hacer desde un gráfico a una furgoneta", comenta Román con cierto orgullo.

De entrada da la sensación de que el centro posee en este ámbito un equipamiento muy completo que incluye aquellos viejos tableros sobre los que se componía en las redacciones del "Jurásico". Una visita a la sala de Informática confirma esa positiva primera impresión. Nunca mejor dicho.

Goyo y Verónica regalaron al centro y al mundo, como un añadido, un calendario de este 2019 en el que terminarán su preparación académica y estarán a punto para llegar al mercado laboral.

"Ha sido siempre, dice Román, el gran objetivo: preparar de la mejor manera posible para obtener un puesto de trabajo. La crisis golpeó con dureza, pero parece que poco a poco remontamos el vuelo". Concluye con un dato: "De los dos grupos de 2º del curso 2017-2018, unas 25 personas, seis se quedaron trabajando donde hicieron las prácticas". Hay esperanza.

El Virgen de la Candelaria inició su actividad como Taller-Escuela de Formación Profesional en 1944, en el antiguo edificio de Sindicatos de la calle Robayna. Solo se impartían clases teóricas y disponía de una sola aula, por lo que hubo que alquilar dos más en la academia de Matías Llabrés, en la calle Méndez Núñez. En 1945 se trasladó al edificio del antiguo Mercado, la Recova vieja. Por esa época se impartía Carpintería, Torno, Fresa, Ajuste, Forja, Electricidad, Artes Gráficas, Encuadernación y Zapatería. El traslado al actual emplazamiento llegaría en 1963. Un año después se creó la Escuela de Hostelería y en 1970 se integró la Escuela Profesional San Alberto Magno. Por esas fechas comenzó a llamarse Instituto de FP Virgen de la Candelaria. Pasó a depender del Ministerio de Educación y en la década de los 80 fue transferido a la Consejería de Educación. Con la LOGSE, el centro se ha convertido en IES, aunque este curso solo imparte FP. La Candelaria ha estado siempre muy unida al barrio de Ofra y a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. El primer director, único ya fallecido, fue Eleuterio Torrelo Rodríguez, al que siguieron antes del actual y en este orden Juan Magdalena Darias, Luis Yanes Bello, Tomás Bacallado Hernández, Melchor Padilla Núñez, Carmelo Tejera Rodríguez, Juan Calixto Soto Suárez y Víctor González Hernández. Por su patio pasó el hoy rey emérito, Juan Carlos I, cuando era príncipe, en los primeros años de la década de los 70 del pasado siglo. Delegaciones del centro visitaron, por ejemplo, al anterior jefe del Estado, Francisco Franco.