El Gobierno encara 2019 con el deber de desarrollar la normativa que permita a España cumplir con la estrategia europea sobre plásticos de un solo uso, acordada en los últimos compases de 2018.

Y aunque los Estados miembros disponen de dos años para trasponer la directiva a sus legislaciones, España manifestó ayer su compromiso de elaborar "con carácter inmediato" las leyes necesarias para cumplir con dichas obligaciones.

Porque para el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, el acuerdo marca "un antes y un después" en el encuentro entre ciudadanía, ciencia y acción política para frenar el avance de la contaminación por plásticos.

A partir de 2021, la nueva directiva europea incluye la prohibición de cubiertos, platos, pajitas, vasos y tazas de plástico, envases de poliestireno expandido para alimentos y productos hechos de plástico oxodegradable o fácilmente fragmentable, así como el compromiso de que al menos el 25 por ciento de la composición de las botellas de bebidas PET sea plástico reciclado en 2025.

Según Naciones Unidas, cada año 8 millones de toneladas de estos residuos van a parar a los océanos, son ingeridos por la fauna marina y entran en la cadena alimentaria, pero además, de continuar esta tendencia, en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar.