El relojero Jesús López lleva dos décadas sin comerse las uvas en Nochevieja; es el encargado de tener a punto el reloj de la Puerta del Sol en Madrid para que el resto de españoles puedan hacerlo. Y este año, además, tendrá que hacer un doble turno de trabajo, ya que por primera vez se repetirán las campanadas de fin de año a la hora canaria.

Desde 1996, Jesús y sus compañeros de Casa Losada, Pedro y Antonio, se ocupan del mantenimiento del reloj más famoso de España, una máquina con más de 150 años de antigüedad que marca el compás del final del año.

"Nosotros venimos a lo que venimos, que es a que todo el mundo se coma las uvas con tranquilidad y sin problema. Si tienes que estar pendiente de la máquina, del sonido... no hay tiempo para las uvas", declaró López en una entrevista con Efe.

Desde 1996, Jesús y sus compañeros se ocupan del mantenimiento del centenario reloj

Merced a un acuerdo entre los Gobiernos autonómicos de Madrid y Canarias, este año el mítico reloj dará las campanadas cuando sean las doce de la noche en la Península y también cuando toquen en el archipiélago, una iniciativa que pretende reivindicar "la singularidad" canaria y la "cercanía" de la capital con las islas.

Para López y sus compañeros supondrá echar horas extra, aunque el relojero no parece muy molesto con la novedad, más bien al contrario. Y asegura que todo será "exactamente igual" que cuando tocan las campanadas "peninsulares".

"Una vez que llegue el reloj a las doce y cuarto lo que vamos a hacer es retrocederlo una hora. Serán las once y cuarto. A continuación, cambiaremos la sonería, para que a las doce (canarias) no suene sólo una campanada y luego lógicamente habrá que esperar", explicó el relojero. Quince minutos después, se devolverá el reloj a su estado original.