El acceso a la sanidad es universal y gratuito, pero no todos los medicamentos están al alcance de todos. A veces también influye dónde vives y el dinero que tienes. Una paciente tinerfeña diagnosticada con el Síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que provoca sequedad ocular severa, encontró un fármaco que le permitió volver a hacer su vida, pero ahora lucha para que se le garantice su suministro. El Lacrisert reservorios es un producto sanitario que se fabrica a más de 7.000 kilómetros de Tenerife, en Canadá, y que su hospital no le suministra, aunque -según denuncia la Asociación nacional Ojo Seco- otros centros del resto de España sí lo hacen. Dos cajas para dos meses cuestan 750 euros y algunos problemas aduaneros. "He vuelto a vivir, pero ¿y si algún día no puedo conseguirlo?"

Luisa (nombre ficticio) lleva muchos años luchando para que se reconozcan sus derechos. La sequedad que sufre en sus ojos destrozó su vida y la obligó a ir de médico en médico. Hace años sufrió una perforación en el ojo izquierdo y tuvo que ser operada cuatro veces seguidas en un mes. Corrió el riesgo de perder la visión total de ese ojo.

"Llevo cinco años con problemas y en el hospital jamás me hablaron de que existía este producto. Cuando contacté con la asociación nacional descubrí, además, que otros pacientes de otras comunidades autónomas sí tienen acceso a través de sus hospitales", cuenta.

Ahora, Luisa, que ha puesto varias quejas en el HUNSC, ha contratado los servicios de un abogado para denunciar su caso. Su marido, que la ha acompañado en este duro camino, ha sido testigo de la mejoría que ha supuesto este fármaco en la vida de Luisa.

"La ley permite importar medicamentos extranjeros si no hay equivalentes nacionales. Si hay autorización de la Agencia Española del medicamento, porque no hay otra alternativa, no tiene por qué haber ningún problema", asegura el esposo.

La respuesta oficial del Hospital de La Candelaria es que el Servicio de Oftalmología "ofrece a todos sus pacientes aquellos tratamientos disponibles en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, que contempla aquellos productos sanitarios específicos aprobados por la Agencia Española del Medicamento y financiados por el sistema público de salud, como el tratamiento del síndrome de Sjögren". A Luisa no le vale, pero no es la única que ha descubierto en este medicamento su salvación. "Antes había probado todo lo que existe en el mercado", cuenta la afectada.

"La no dispensación de este producto le provoca queratitis continuamente, lo que significa que puede perder la visión completa de uno o ambos ojos", explica Kiara Solís, representante de la Asociación Nacional Ojo Seco.

Esta entidad ha presentado diversas peticiones al Servicio Canario de Salud (SCS) para que le dispensen este fármaco. En uno de esos requerimientos cifran en 13 los hospitales españoles que proporcionan este producto, a través de la farmacia hospitalaria, a miembros de la asociación.

Los afectados por esta enfermedad rara se cuentan por miles en España. Aunque el síndrome puede afectar a todo el sistema glandular, los enfermos suelen describir su calvario como un llanto silencioso: aunque no tienen lágrimas, no dejan de llorar.