Aprovechar para pasar más tiempo con la familia y volver unos días a su tierra natal es lo que suelen hacer muchos españoles cuando llega el verano. También es una costumbre extendida entre los políticos españoles, sea cual sea su orientación política, que, como la mayor parte de la gente, tienen problemas para desconectar del trabajo incluso cuando están de vacaciones.

Y si no que se lo pregunten al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que desde que el viernes pasado viajó al Parque Nacional de Doñana ya ha hecho un alto para ir a despachar con el rey en Mallorca y el próximo fin de semana hará otro.

Sánchez ha invitado a la canciller alemana, Angela Merkel, a pasar el próximo fin de semana en la finca del Palacio de las Marismillas, en Doñana, donde combinarán reuniones informales de trabajo con visitas a este paraje natural.

También le gustaría a Sánchez no perder la tradición de descansar unos días en su piso de Mojácar (Almería), aunque no está claro que pueda hacerlo, ya que los servicios de seguridad le han aconsejado no hacerlo, según han publicado distintos medios de comunicación.

La idea de Moncloa es que el presidente del Gobierno se reincorpore al cien por cien después del 15 de agosto. Para el viernes, está previsto que asista, junto con los reyes, a los actos del primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils, un acto que se celebra en recuerdo de las víctimas.

El líder de la oposición, Pablo Casado, no tendrá vacaciones como tal, pero los días que pueda se acercará a Ávila para estar con su familia.

Ayer estaba previsto que regresara de Colombia, donde ha asistido a la toma de posesión del nuevo presidente, Iván Duque, y mañana estará en Santa Pola (Alicante) para un homenaje a una niña asesinada por la banda terrorista ETA y el 17 acudirá también a los actos por los atentados yihadistas en Cataluña.

Albert Rivera, el presidente de Ciudadanos, pasará unos días de descanso con su hija en Baleares y luego realizará un pequeño viaje al extranjero en familia.

Mientras tanto, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sigue pendiente de sus mellizos, que nacieron prematuramente, así es que vacaciones en el sentido tradicional, pocas.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, está estos días en su casa de Córdoba; la de Política Territorial, Meritxell Batet, va y viene de Madrid a Barcelona, y también está fuera de la capital -sin concretar el destino- el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, todos ellos conectados con sus equipos.

Conectado está también el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que disfruta desde ayer de dos días de vacaciones con su familia en La Palma y que, aunque el fin de semana se desplazará a Cataluña para participar en un acto del PSC, la próxima semana quiere descansar en su tierra, la Comunidad Valenciana, pero siempre "operativo".

"Mala pata" ha tenido la titular de justicia, Dolores Delgado, que se ha hecho un esguince y que no podrá moverse mucho de su domicilio hasta que se recupere de la lesión.

El responsable de Agricultura, Luis Planas, pasa sus días de vacaciones con la familia en Nerja, como lo hace habitualmente, y también está con los suyos la ministra de Sanidad, Carmen Montón, que no ha especificado el destino.

Tampoco lo ha hecho la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que se tomará unos días la próxima semana para estar con la familia y alguno más la siguiente.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, se encuentra ya descansando junto a su familia en la costa andaluza y se incorporará la próxima semana al curro, porque a partir del día 16 le tocará ser uno de los ministros que estarán de guardia.

Y también en el sur están el ministro de Cultura, José Giraro, que descansa una semana en su pueblo almeriense, Pulpí, y el domingo acudirá a Tánger a la Supercopa de España, y la de Hacienda, María Jesús Montero, los días 20, 21 y 22.

Efe se ha puesto en contacto con todos los equipos del Gobierno, pero no todos han dado detalles sobre sus vacaciones. Han preferido no hacerlo en Educación, Economía, Trabajo, Defensa, Asuntos Exteriores y Ciencia.

Con la vista puesta en las próximas elecciones autonómicas, hay pocos presidentes regionales que hayan renunciado a tomarse unos días de descanso para cargar energías. La excepción, como casi siempre, es el cántabro, Miguel Ángel Revilla. Su vecino asturiano, Javier Fernández, aún no había decidido a principios de agosto si cogería algunos días de vacaciones.