Con la reciente creación de su primer banco de leche materna, Uganda aspira a poder salvar miles de pequeñas vidas y se convierte, en esa área, en un país puntero en África Subsahariana.

Grace Asiimwe está sentada junto a la incubadora de su bebé prematuro en un hospital ugandés.

Mientras el bebé lucha por sobrevivir a sus primeros días de vida, su madre intenta, sin éxito, producir leche para poder nutrir a su pequeño. La esperanza está en que encuentren un donante de leche materna.

"Beba más y relájese. Está usted muy tensa", le dice la enfermera a Asiimwe, que asegura que no está tensa y bebe agua; la leche, simplemente, no sale, dice casi entre lágrimas.

Su bebé, que apenas pesa 900 gramos, sobrevive, de momento, gracias a la dextrosa, un líquido rico en glucosa que le administran vía intravenosa en el Hospital St. Francis en Nsambya, un barrio de Kampala.

En la misma unidad neonatal, unos trillizos también prematuros sobreviven gracias a una donación de leche materna.

Uganda se ha convertido en uno de los países pioneros en África Subsahariana, junto a Sudáfrica y Kenia, en contar con un banco de leche materna.

Este país de África Oriental es el undécimo del mundo con mayores tasas de mortalidad neonatal (en los primeros 28 días de vida), según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Peter Waiswa, el director de salud infantil y materna de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Makerere, cuenta que muchos recién nacidos no reciben leche materna, que es el alimento más importante durante los primeros seis meses de vida.

"Un banco de leche materna puede ayudar a salvar vidas, especialmente en nuestro país, que tiene una de las tasas más altas de nacimientos prematuros, una de las principales causas de mortalidad neonatal en todo el mundo", explica el Waiswa.

Cada año, quince millones de niños nacen prematuramente en el mundo, sobre todo en África Subsahariana. Y Uganda figura en el puesto número 13 (de 184 países) con más nacimientos prematuros, con un total de 226.000 cada año, según los datos de 2017 de la OMS.

La leche materna ayuda a sobrevivir a estos bebés prematuros y aquellos nacidos con un peso menor a 1,5 kilos, ya que para ellos la fórmula infantil es difícil de digerir y les puede provocar infección de estómago.

"La leche materna impide la infección de estómago y tiene todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer", declara la directora del departamento neonatal del Hospital St. Francis, Victoria Nakibuuka.

Sin embargo, para algunas madres, que sufren con el estado vulnerable de sus hijos, producir leche con esa presión no es posible, cuentan los especialistas de este hospital ugandés.

Nakibuuka vio que era posible pasteurizar y almacenar la leche materna para que los bebés de otras madres pudieran usarla, y ha puesto en marcha un banco de donaciones en este centro sanitario que tiene entre 600 y 700 nacimientos prematuros cada año.

La iniciativa, cuenta la directora, ha incrementado las tasas de supervivencia de bebés prematuros en este hospital del 45 %, hace tres años, al 85 % actual.

La leche donada tiene que pasar controles, como el de sangre, para detectar el VIH (virus causante del sida) o la hepatitis B y prevenir a los más pequeños de infecciones, explica Nakibuuka.

Pero para que esa leche pueda seguir siendo útil aún necesitan infraestructuras básicas como un pasteurizador que permita matar bacterias, y un refrigerador, en el que las donaciones puedan aguantar intactas y en buen estado hasta un año.

Donar leche, sin embargo, suscita dudas en muchas madres que creen que, si lo hacen, no tendrán suficiente para alimentar a sus bebés.

"He estado donando leche a unos cuatrillizos, y aún así tengo más que suficiente para mi hijo", asegura, para negar esta creencia, la enfermera Rose Lubega Anyigi.

Los bancos de leche no son un invento actual:, pues el primero data de 1909 y se abrió en Viena.

Pero en África Subsahariana, que junto con el Sur de Asia es la región que mayores tasas de mortalidad neonatal tiene en el mundo, hay muy unas pocas iniciativas de este tipo.

En el país vecino, Kenia, un banco de leche materna está aún en fase inicial, mientras que, en Sudáfrica, la Asociación de Bancos de Leche Materna desarrolla desde casi veinte años un sistema totalmente funcional.