El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó hoy una ley que otorgará 9 millones de dólares a la Patrulla Fronteriza para luchar contra el tráfico a través de México y Canadá de analgésicos opiáceos, responsables de un número creciente de muertes.

La iniciativa trata específicamente de acabar con el tráfico del fentanilo, un analgésico de polvo blanco que es entre 30 y 50 veces más potente que la heroína y que suele destinarse al tratamiento del cáncer, aunque en los últimos años es usado por grupos criminales para aumentar la potencia de la heroína.

Según el Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA), el fentanilo se fabrica en China, pero entra en territorio estadounidense a través de la frontera con México y Canadá, donde esa droga llega mediante correo postal y en muy pequeñas cantidades, por lo que es muy difícil de detectar.

"Están usando nuestro sistema postal para matar a nuestra gente", dijo Trump al firmar la ley en el Despacho Oval, custodiado por su vicepresidente, Mike Pence, y 17 legisladores de ambos partidos.

Trump consideró que la nueva ley es "un gran paso" para hacer frente al fentanilo que, según dijo, es tan peligroso que ha llegado a provocar la muerte de los perros policía que lo olfatean.

"Incluso los perros mueren por el olor", destacó Trump, quien añadió: "nadie ha visto nada como esto".

La ley que firmó hoy Trump establece que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) debe tener dispositivos portátiles capaces de analizar químicos tanto en sus oficinas en la frontera como en las instalaciones desde las que controla la entrada de correo postal a Estados Unidos.

Concretamente, la legislación otorga 9 millones de dólares a la CBP para comprar cientos de nuevos aparatos para detectar drogas, así como material de laboratorio.

La ceremonia de firma de la ley, con legisladores de ambos partidos, trató de mostrar el consenso que logró la iniciativa en el Congreso. La ley fue aprobada en la Cámara de Representantes con 412 votos a favor y solo 3 en contra, mientras que recibió el apoyo unánime del Senado.

Los últimos seis años las muertes por sobredosis se han convertido en la causa más común de muerte violenta en EE.UU., por encima de los accidentes de tráfico o las armas.

Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 64.000 personas murieron en 2016 por sobredosis de opiáceos (incluida la heroína) en Estados Unidos, lo que supone 175 personas al día y siete víctimas mortales cada hora.

El fentanilo está vinculado directamente a más de 700 muertes entre finales de 2013 y principios de 2015, según los últimos datos de la DEA.