El culto al Santo Niño de la Mascaipacha, una imagen peruana que fusionaba la cultura hispánica y la incaica y fue prohibida en el siglo XVIII, ha sido recuperado más de 200 años después en California, gracias al interés de dos profesores universitarios de origen mexicano.

La catedral de Los Ángeles, ciudad a miles de kilómetros del lugar de origen de esta figura religiosa, acogió este viernes la misa de entronización de este Niño Jesús cuzqueño que está tocado con la corona de los emperadores incas, la Mascaipacha.

"Es nuestro deber recuperar la memoria histórica que representa este niño", dijo Juan Antonio Tavárez, profesor de La Universidad Estatal de California Dominguez Hills, quien junto a su colega Ivonne Heinze Balcázar logró que esta advocación del Niño Jesús volviese a cobrar vida para los fieles.

Tavárez y Heinze se toparon con la historia del Santo Niño de Mascaipacha en medio de una investigación y enseguida se propusieron recuperar su figura, para lo cual convocaron a estudiantes de origen peruano.

Alan Barrera, un limeño que emigró a California hace casi once años y en su país natal nunca había escuchado de esta figura religiosa, respondió al llamamiento.

"Entendí la importancia de esta figura, que es la representación de la combinación de culturas que somos los peruanos, los latinoamericanos", declaró.

Apoyados por los estudios del historiador y antropólogo peruano Ramón Mujica Pinilla, los investigadores descubrieron el valor de una imagen vestida con prendas litúrgicas dieciochescas y rodeada de símbolos católicos, pero coronada con la Mascaipacha, el símbolo del poder supremo entre los incas.

Los registros de la figura se remontan al siglo XVIII. Se cree que la devoción nació en la época de Túpac Amaru II, quien lideró el mayor levantamiento indígena en contra de la Corona española.

Tras la ejecución de Túpac Amaru II, el obispo de la ciudad de Cusco Manuel de Mollinedo y Angulo descubrió en 1781 varias figuras del Santo Niño y prohibió su adoración por "la conexión de la imagen religiosa con el pueblo indígena", afirma Tavárez.

Actualmente tan solo hay dos imágenes identificadas del Santo Niño de la Mascaipacha, una de ellas está en Argentina y la otra hace parte de la colección de un museo en Perú.

Los investigadores decidieron encargar a José Antonio Robles, un pintor y restaurador peruano radicado en EE.UU. y conocedor de la tradición pictórica del virreinato, que pintara la imagen.

"Tomé el modelo del cuadro que está en Perú y le puse mi estilo, pero traté de conservar mucho de la gran herencia que tenemos del arte cuzqueño, que es muy valioso", dijo Robles por teléfono.

La imagen, pintada con la técnica del pan de oro, que usa láminas del metal precioso de 24 quilates, fue presentada este viernes a la comunidad católica angelina y entronizada en una misa en la que participaron decenas de fieles de distintas nacionalidades.

Para el rector de la Comunidad Jesuita Deck, Allen Figueroa, quién encabezó el acto religioso, la restauración de la fe en figuras como el Santo Niño de Mascaipacha es de vital importancia porque se revalida la importancia del mestizaje.

"Los latinoamericanos desempeñan la labor de ser puentes. El corazón de nuestra cultura ya es un híbrido, porque hemos sabido negociar los diferentes valores y eso es lo que nos hace fuertes y únicos", apuntó Figueroa.

La Archidiócesis de Los Ángeles y el Consulado General del Perú se sumaron a la iniciativa de recuperar al Niño Jesús tocado con la corona del inca.

Aunque en la época colonial el Santo Niño de Mascaipacha tenía su fiesta en medio de la celebración del Corpus Christi (mayo o junio) se decidió que la misa de entronización tuviera lugar en el Mes de la Herencia Hispana en Estados Unidos (15 de septiembre a 15 de octubre).

La misión de los defensores del Niño de la Mascaipacha no ha terminado, pues a ahora se han propuesto ubicar una iglesia, en Estados Unidos o Perú, que quiera albergar la imagen.

"Aquí (en Los Ángeles) ya retomamos esta celebración religiosa y cultural de unión y de pluralidad y vamos a continuarla, ahora necesitamos que en Perú decidan replicarla y salvar una parte muy importante de la historia", concluyó Tavárez.