> El Papa ha querido mandar un mensaje de apoyo a los refugiados sirios. "Esta tarde, Jesús --y nosotros con él-- abraza con especial amor a nuestros hermanos sirios, que huyeron de la guerra", ha manifestado Francisco en el Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud, que ha tenido lugar esta tarde en el parque Blonia de Cracovia.

El Papa ha señalado cómo Dios se identifica con quienes sufren por el dolor y la angustia. "Los saludamos y acogemos con amor fraternal y simpatía", ha señalado el Santo Padre, un mensaje que ha sido acogido con un gran aplauso por los congregados en el Vía Crucis, 800.000 personas según el Vaticano.

En sus palabras, el Santo Padre ha insistido en la centralidad de las obras de misericordia, y en la atención a quienes más sufren como punto esencial del mensaje cristiano.

En un acto multitudinario en el céntrico parque de la antigua capital de Polonia, el Papa Francisco se ha preguntado por "¿dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras?" o "cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías?". "La respuesta de Jesús", se contesta el Papa, es esta: ''Dios está en ellos'', Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno".

En su intervención, el Papa ha indicado que los cristianos "están llamados a servir a Jesús crucificado en toda persona marginada, a tocar su carne bendita en quien está excluido, tiene hambre o sed, está desnudo, preso, enfermo, desempleado, perseguido, refugiado, emigrante". "nuestra credibilidad como cristianos depende del modo en que acogemos a los marginados que están heridos en el cuerpo y al pecador herido en el alma", ha subrayado.

El Santo Padre ha exhortado a los jóvenes: "Hoy la humanidad necesita hombres y mujeres, y en especial jóvenes como vosotros, que no quieran vivir sus vidas ''a medias'', jóvenes dispuestos a entregar sus vidas para servir generosamente a los hermanos más pobres y débiles, a semejanza de Cristo, que se entregó completamente por nuestra salvación".

Las palabras del Santo Padre pusieron fin a la práctica del Vía Crucis, con una referencia notable a las personas que sufren en el mundo, especialmente los refugiados. En el texto, redactado por monseñor Grzegorz Rys, obispo auxiliar de Cracovia, cada una de las catorce estaciones se relacionaba con una obra de misericordia.

En la primera de las estaciones ("dar posada al peregrino") se mencionaba que la situación era parecida a la actual: "Le negamos la acogida a las personas que buscan una vida mejor. Incluso, a veces, hasta para salvar su vida; amenazados por la muerte, llaman a la puerta. Tenemos miedo de su religión y hasta de su pobreza". El texto citaba la situación en la costa de Lampedusa, Grecia, los campos de refugiados. "El rechazo se transforma, muy fácilmente, en una verdadera sentencia de muerte para ellos".

El Vía Crucis ha tenido un marcado carácter plástico, pues cada estación estaba representada por una forma artística: danza moderna, murales, acróbatas, arte callejero, etcétera. La Cruz cada estación era conducida por un grupo u organización relacionado con una obra de misericordia, como la Comunidad de San Egidio, Ayuda a la Iglesia Necesitada, la Comunidad del Arca, el proyecto "magdalena" de las religiosas de Santa Faustina Kowalska, las misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, entre otras.

Horas antes de comenzar el Vía Crucis los peregrinos han vivido momentos de incertidumbre, pues se ha desatado una fuerte lluvia, acompañada de viento, sobre la ciudad. La inestabilidad del tiempo climatológico es una de las constantes de estos días, pues se alterna un fuerte calor con chaparrones. De hecho, algunos traslados del Papa, que se preveía en helicóptero, han tenido que hacerse, por seguridad, en automóvil, como sucedió ayer con cuando viajó al santuario de Czestochowa.

El mal tiempo, no obstante, no ha desanimado a los peregrinos. Javier Lozano, profesor del colegio Ahlzahir de Córdoba, manifestaba: "Nosotros teníamos pensado venir, aunque lloviera. No queda otra". La inmensa mayoría de los peregrinos han lucido durante la mayor parte del día los vistosos chubasqueros azules, rojos, blancos, amarillos o blancos que forman parte del "pack" del peregrino.

De camino hacia el parque Blonia, en la inmensa riada de gente que llenaba las avenidas de Cracovia, era llamativa la gran acogida que recibía el grupo de peregrinos de Irak, identificables por sus banderas, acogidos por aplausos espontáneos de los jóvenes.

Salom Adil y Rafaat Ayad, dos de ellos, manifestaban a Europa Press: "para nosotros es emocionante estar aquí. Es la JMJ a la que más gente ha venido de nuestro país, trescientos. Cuando nos ven, hay dos reacciones: muchos nos abrazan y nos dicen: ''rezamos por vosotros''; otros, menos, nos miran con extrañeza como pensando que todos los iraquíes somos musulmanes".