El profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana y presidente de la Fundación Migres, Miguel Ferrer, y los científicos Keith Bildstein, del Hawk Mountain Sanctuary (Estados Unidos), Eva Casado, de la Fundación Migres, Manuela de Lucas, del CSIC, y Vincenzo Penteriani, también del CSIC, han publicado un artículo en la prestigiosa revista científica ''PLoS ONE'' en el que analizan el comportamiento migratorio mundial de 563 especies de aves de tres ordenes diferentes.

En este artículo, se compara su comportamiento entre poblaciones continentales e islas y en el que se demuestra que "las especies de gran tamaño y madurez sexual tardía se vuelven sedentarias al colonizar islas, mientras que las de pequeño tamaño y con maduración sexual rápida tienen el mismo comportamiento migratorio en islas que en los continentes".

Este patrón de escala mundial nunca antes se había descrito, según ha informado la Fundación Migres en una nota. Así sucede con el alimoche, sedentario en Canarias y migrador en la España peninsular, y el águila calzada, sedentaria en Mallorca y migradora en la Península. "Este descubrimiento tiene una gran trascendencia, pues el cambio de comportamiento migratorio es un proceso que afecta a la velocidad con la que se producen nuevas especies de aves, convirtiendo a las islas en fábricas de biodiversidad", resalta.

Los modelos de simulación demuestran que las especies con madurez sexual tardía "solo sobreviven en poblaciones pequeñas, esto es, en islas, si su comportamiento es sedentario". Además, indica que dado que las especies de larga vida tienen un prolongado periodo de inmadurez, durante el cual los jóvenes de poblaciones migratorias no volverían a las islas, no podrían ocupar posibles huecos disponibles en dicha población hasta que no regresaran años mas tarde.

En poblaciones sedentarias, sin embargo, los jóvenes están siempre disponibles cerca de la zona de reproducción para ocupar posibles huecos tan pronto como aparezcan, consiguiendo atenuar las fluctuaciones de la población, lo que hace que las fluctuaciones sean mayores en poblaciones migradoras que en sedentarias.

"Si la población es grande, por ejemplo en los continentes, este hecho carece de importancia pero si la población es pequeña, como en las islas, se convierte en un factor crítico para su supervivencia, ya que fluctuaciones intensas aumentan el riesgo de extinción en poblaciones de reducidas dimensiones", explica.

Por otro lado, si la especie no tiene un periodo de inmadurez prolongado, lo que sucede típicamente en especies de pequeño tamaño, los jóvenes retornan a la población reproductora el año siguiente a su nacimiento, tanto si son sedentarios como migradores. Por ello, resalta que las aves de pequeño tamaño pueden ser migratorios en islas mientras que grandes rapaces, o garzas y cigüeñas, tienen que ser sedentarios.

Al colonizar islas, estas especies de gran tamaño, originalmente migradoras, se vuelven sedentarias. Al desaparecer el comportamiento migratorio de las poblaciones insulares, se favorece "un cierto aislamiento genético que acelera los procesos de especiación".