Adiós CD; hola, LP. El mundo al revés o el eterno retorno de lo idéntico. Mientras las tiendas dedicadas a la venta de CD caen en picado y cierran sus puertas, en Santa Cruz se deja notar el resurgir de los comercios dedicados al mundo del LP. Es el caso de Blous and Music-El Cinematógrafo, situado en la plaza del Chicharro. En su planta alta se pueden encontrar unos 40.000 discos de vinilo adquiridos a una cadena radiofónica que en su mayoría fueron editados en los años setenta y ochenta del siglo XX. El primer piso está reservado para un centenar de reediciones de obras maestras de varias décadas de autores como Miles Davis, John Coltrane, Pink Floyd, Patti Smith, Nina Simone y prácticamente cualquier grupo de aquellos tiempos.

Los encargados, Mónica Núñez y Juan Luis Álvarez, dicen que detrás de este resurgir probablemente se esconde que la gente está saturada de la tecnología y quiere escuchar formatos que les remonten a su juventud. Pero en la actualidad es raro el trabajo de calidad que no sale editado a la vez en digital, vinilo y CD. Más chocante aún es la vuelta al mercado del cassette. "Todo tiene que ver con la moda y la búsqueda de un sonido más cálido; muchos buscan las grabaciones originales, de segunda mano. Luego si quieres un sonido más limpio y perfecto, vas a la reedición", señala Núñez.

Los dueños de esta tienda lo fueron también de la histórica marca Manzana y han recibido con sorpresa el giro, hasta ahora impensable, del mercado musical. "Nadie lo esperaba, no ha habido una campaña publicitaria previa", dice Álvarez.

No menos importante que el contenido es la apariencia de los antiguos LP, con portadas que son auténticas obras de arte. Ahí entraría el primer disco de Patti Smith, "Horses", con la histórica fotografía de Robert Mapplethorpe; "Live and More", de Donna Summer, y la icónica instantánea de Francesco Scavullo; "Dark side of the moon", de Pink Floyd; el disco de la "Velvet Underground" y el plátano diseñado por Andy Warhol; "Like a Virgin" de Madonna y "Off the Wall" de Michael Jackson. Carátulas que adquieren todo su esplendor en el formato de LP, en el que también se puede disfrutar mejor de las letras de las canciones y de los añadidos. En CD las carátulas se reducían a su mínima expresión y los extras desaparecían en muchos casos.

"Ahora tenemos clientes que utilizan las portadas como cuadros para poner en la pared o encima de un mueble y luego colocan el disco en otro lado para cuando lo quieran oír", explica Núñez.

El criterio para hacer una reedición es imprevisible. Por un lado están los intereses de las casas discográficas, que muchas veces se ven desbordadas por los gustos de la gente; por otra parte, que sean trabajos históricamente con muy buenas ventas u obras de arte por las que los aficionados están dispuestos a pagar cantidades elevadas.

"Hay que tener en cuenta que son grupos y cantantes que como Pink Floyd, Miles Davis o Lou Reed siempre han seguido vendiendo. Entonces apuestas sobre seguro y te diriges tanto al público nuevo que tiene interés en estos artistas como a veteranos que los han escuchado toda su vida y les sorprende lo que está pasando. Tenemos clientela de todo tipo", indica Álvarez.

La moda resulta aún más llamativa cuando se está hablando de reediciones cuyo precio medio es de 30 euros, aunque los trabajos originales se mueven en torno a los 10. Una cifra que no es desmesurada si se tiene en cuenta que hace varias décadas apenas costaban seis euros.

El retorno tiene su truco. Es raro el vinilo en el que no se adjunta un código para proceder a descargarlo en formato digital. Así es posible escucharlo en el gimnasio, en el trabajo o de paseo. "Siempre tienes un añadido y un aliciente más", según Álvarez.

En el caso de Canarias otra novedad es poder acceder a rarezas que no se publicaron en su momento. El vendedor valora: "Todo lo que tenemos aquí se ha publicado antes. Por eso, hablamos de reediciones. Todo lo que está, estuvo.

La tienda también está llena de camisetas, chapas de grupos, sombreros o películas clásicas.