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Ni nombre guanche ni batalla conquistadora: el origen del nombre de Santa Cruz se remonta a hace casi dos siglos

El historiador Luis Cabrera ha explicado el verdadero origen del nombre de la ciudad capital de la isla de Tenerife

Este es el moivo por el que Santa Cruz de Tenerife se llma así

Este es el moivo por el que Santa Cruz de Tenerife se llma así / Guía Repsol

Luis Miguel Mora

Luis Miguel Mora

¿Alguna vez te has preguntado por qué Santa Cruz de Tenerife se llama así? El historiador Luis Cabrera Rodríguez (@historiaparagandules) sí lo ha hecho, y ha revelado el verdadero origen del nombre de la capital tinerfeña, que se remonta a un hecho simbólico ocurrido hace casi dos mil años. Según explica el experto, el nombre de la ciudad está ligado a un acontecimiento histórico del 3 de mayo, fecha en la que seles conmemora la fundación y conquista de Santa Cruz. Ese día, los conquistadores quisieron rendir homenaje a un episodio religioso vinculado a la cruz de Cristo, lo que llevó a bautizar así a la capital de la isla.

El nombre de Santa Cruz de Tenerife surgió por este motivo

El nombre de Santa Cruz de Tenerife surgió por este motivo / Spain.info

La segunda parte del nombre de la ciudad, 'Tenerife', sí tiene un origen guanche. Según los historiadores, el término podría derivar de las palabras 'Tener' (monte) e 'ife' (blanco), que juntas significan 'monte blanco' o 'monte nevado', en alusión al Teide. Otras teorías apuntan a que procede de 'Tin Irifi', que podría traducirse como 'lugar de sed'. Hasta aquí todo parece claro, los antiguos habitantes de la isla nombraban el territorio inspirándose en los fenómenos naturales y las formaciones geológicas que observaban.

Sin embargo, la primera parte del nombre, 'Santa Cruz', tiene un origen muy distinto. Está ligado a la llegada de los conquistadores y a la fecha exacta en la que entraron en la ciudad, un momento que marcaría para siempre la historia de la capital tinerfeña.

Un milagro y un emperador romano tienen la culpa del nombre 'Santa Cruz'

En el año 326 d. C., en tiempos del Imperio Romano, ocurrió un hecho que, siglos después, influiría indirectamente en el nombre de Santa Cruz de Tenerife. La protagonista fue Flavia Julia Helena de Constantinopla, más conocida como Santa Elena, madre del emperador Constantino el Grande.

De origen humilde, Santa Elena se convirtió al cristianismo y desempeñó un papel decisivo en la conversión de su hijo, quien años antes, en el 313 d. C., había promulgado el Edicto de Milán, que legalizaba la práctica del cristianismo en todo el Imperio Romano.

Durante una peregrinación a Jerusalén, Santa Elena protagonizó uno de los episodios más significativos de la historia cristiana, el hallazgo de la Vera Cruz, la cruz en la que fue crucificado Jesucristo. Según la tradición, el descubrimiento se produjo el 3 de mayo del año 326, fecha que con el tiempo daría origen a la fiesta de la Invención de la Santa Cruz o la Cruz de Mayo, celebrada durante siglos en el mundo cristiano y popular en muchas regiones de España y Canarias.

Santa Helena descubrió la Santa y Vera Cruz un 3 de mayo de 326 d. C.

Santa Helena descubrió la Santa y Vera Cruz un 3 de mayo de 326 d. C. / Giovanni Battista Cima da Conegliano

Sin saberlo, aquel acontecimiento marcaría para siempre la simbología de la cruz como emblema de fe, y llegaría incluso a inspirar el nombre de la actual capital tinerfeña, fundada precisamente un 3 de mayo.

Los conquistadores españoles llegaron a la isla un 3 de mayo que se recordará para siempre

Luis Cabrera Rodríguez, famoso historiador y divulgador de Tenerife, ha explicado el nombre de la capital de la isla de manera muy sencilla. Según este experto, las tropas castellanas desembarcaron en un lugar que los guanches conocían como Añazo. Esa llegada se produjo el 3 de mayo de 1494, una fecha que para la Iglesia tiene una carga simbólica enorme, y que coincidió con la celebración del Día de la Cruz.

La referencia religiosa se hizo notar desde el principio, porque la capital no se llamó así por casualidad ni por capricho. Los conquistadores castellanos oficiaron una misa y clavaron una cruz de madera en el lugar del desembarco. Esa cruz estuvo físicamente allí hasta 1745, en referencia a la llegada cristiana. Alonso Fernández de Lugo fue quien bautizó a la ciudad con su denominación actual.

Alonso Fernández de Lugo  poniendo la Cuz en Añazo

Alonso Fernández de Lugo poniendo la Cuz en Añazo / Christian Koppchen

Santa Cruz de Tenerife no sólo tomó el nombre por el hecho religioso, sino que, desde su nacimiento como entidad política castellana, Santa Cruz nunca separó identidad de simbolismo cristiano traído por los conquistadores españoles tomando el nombre de uno de los acontecimientos más importantes de la humanidad.

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