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Fiesta multicolor para rehabilitar una casa destinada a familias de niños con cáncer

Un total de 365 personas participaron en las carreras organizadas por la asociación Pequeño Valiente en el Parque de Las Mantecas, en La Laguna

Rainbow Family Tenerife

María Pisaca

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

«¿Quién ha venido a mancharse de colores?» Fue el grito de guerra del animador de las carreras Rainbow Family Tenerife, organizadas ayer por la Fundación Canaria Pequeño Valiente en el parque de Las Mantecas, y que registraron la inscripción de 365 participantes, frente a los 250 que secundaron la primera edición, desarrollada el año pasado en la lagunera plaza del Cristo.

En las camisetas de muchos de los participantes una leyenda denunciaba el objetivo: «Flipa en colores». La cita era en La Laguna y no en Adeje ni en el Puerto de la Cruz, pero el uso de los polvos propios de la fiesta Holi, con la que la comunidad hindú celebra la llegada de la primavera, evocaba ambas convocatorias del pasado junio.

Más que una carrera, un gesto solidario

Pero más allá del castillo hinchable, de la cafetería móvil o de las carpas donde se desarrollaban los talleres de maquillaje o se vendían artículos para que la Asociación Pequeño Valiente reuniera fondos económicos, se descubría el calado social de la convocatoria, que superó con creces el esfuerzo de cuantos participaron en las carreras, en su mayoría en familia y entre nubes de colores que formaron con extintores autoridades como el concejal de Deportes de La Laguna, Badel Albelo, o su homóloga insular, Yolanda Moliné.

Pepe Jerez, el corazón de Pequeño Valiente

Para carreras de fondo, la que comparte José Jerez, presidente de la Asociación Pequeño Valiente, que se trasladó desde su Isleta natal para secundar la convocatoria. «Yo soy de la novena isla», cuenta con humor en referencia al barrio de Las Palmas de Gran Canaria donde nació.

Una madre fotografía a su hija en la fiesta solidaria.

Una madre fotografía a su hija en la fiesta solidaria. / María Pisaca

Pepe, como le conocen familiarmente, fue el padre que, junto a otras cuatro madres, fundó el colectivo que el próximo año conmemora su vigésimo aniversario y que tuvo su origen en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas, hasta tener presencia en la actualidad en los principales centros sanitarios de Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y La Palma.

A raíz de esta realidad, el presidente de la Asociación Pequeño Valiente reflexiona: «Cuando se detectan nuevos casos, nosotros ya estamos esperándolos en el hospital».

Cincuenta nuevos casos al año en Canarias

De su experiencia comparte que en Canarias se registra al año una media de medio centenar de nuevos casos de niños con cáncer, de diferentes tipos. Los más habituales: leucemia y tumores cerebrales. Y alerta de la importancia del diagnóstico precoz, con la dificultad que entraña en los niños; de ahí la necesidad de tener una Atención Primaria de calidad, incide.

Julia y Eli, una historia de amor y lucha

El 28 de diciembre de 2002 nació su hija Julia. Con dieciocho meses dejó de caminar y perdía la estabilidad para levantarse, además de no dormir y sufrir vómitos: padecía un tumor cerebral que superó, aunque le dejó secuelas físicas.

Durante la estancia de Julia en el Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, José Jerez conoció a Eli, nacido en África en 1999, con la misma afección. Cada vez que le llevaban un pijama o hamburguesas a Julia, también le daban el mismo trato a este pequeño, que estuvo acogido en Aldeas Infantiles.

El lanzamiento de polvos de color alegró la calurosa mañana.

El lanzamiento de polvos de color alegró la calurosa mañana. / María Pisaca

La relación se mantuvo hasta el punto de que la Administración Pública brindó a José Jerez la posibilidad de ampliar su familia con Eli, como así ocurrió. «Julia es una artista; ha escrito hasta un libro, y él tiene discapacidad psíquica. Son el complemento perfecto. Él es las manos y los pies de Julia, y ella, la cabeza de Eli», cuenta Pepe como parte de su día a día, sin buscar un homenaje.

Una casa para dar color a la esperanza

Desde la Asociación Pequeño Valiente se han emprendido diferentes acciones para salir en auxilio de las familias de niños con cáncer, y ese fue precisamente el objetivo de la carrera de este domingo: rehabilitar una casa ya adquirida en La Laguna que permita atender hasta seis casos llegados de las islas periféricas o de municipios alejados de los principales hospitales, para llenar la vida de color ante un panorama que, a priori, vieran negro.

Todo ello desde dos máximas que guían cada uno de los proyectos que encara Pequeño Valiente: inmediatez y excelencia al servicio de los niños con cáncer y sus familias.

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