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Hace 30 años los recoveros salvaron la Recova: hoy el mercado de Santa Cruz está en auge

Los vendedores del Mercado Nuestra Señora de África asumieron en 1995 su gestión, saldaron una deuda histórica y se adaptaron a nuevos tiempos

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

El Mercado Nuestra Señora de África, centro neurálgico de la actividad comercial más allá de los fines de semana o de las temporadas de compras para cumplimentar almuerzos o cenas familiares, celebra el trigésimo aniversario del paso al frente que dieron los recoveros, que plantaron cara al desembarco de los grandes centros comerciales para constituirse en cooperativa y encarar un futuro próspero.

Una estrategia frente a los gigantes

La presidenta de la cooperativa del referido mercado, Estefanía Hernández, precisa que desde la Recova no se defendía una posición hostil hacia el desembarco de los grandes supermercados, pero sí una estrategia que permitiera la convivencia de los puestos tradicionales con el nuevo formato que se puso de moda y que, a la postre, ha supuesto la desaparición de las ventas de toda la vida.

Los años oscuros de la Recova

En los años ochenta, la Recova de Santa Cruz agonizaba con puestos vacíos y falta de licitaciones para cubrir las bajas, debido a la desidia municipal, a juicio de los vendedores de este templo del comercio tradicional, que llegaron a temer por el cierre de uno de los corazones comerciales más antiguos de la ciudad.

El panorama era tan crítico que los responsables municipales plantearon vender la gestión del mercado a una empresa privada.

«Decían que había un déficit de cien millones de pesetas. O se cerraba o se entregaba a una empresa», rememora Hernández.

Pero los comerciantes no se resignaron.

«Nos negamos y empezamos la batalla para evitar el cierre de la Recova; solo en la planta baja la mitad de los puestos estaban cerrados, en una etapa en la que una asociación de los titulares de los puestos intentó plantar cara».

30.000 firmas para salvar la Recova

La resistencia se organizó dentro del mercado. En 1986 comenzó la movilización ciudadana.

«Buscamos ayuda, recogimos firmas por toda la Isla. En el estadio del Tenerife, en Candelaria los domingos... Llegamos a reunir unas 30.000 firmas», cuenta con orgullo.

El apoyo mediático fue clave para que los gestores de la época paralizaran sus proyectos encaminados a privatizar la gestión y, lo que era peor, la venta de la Recova.

«Toda la prensa se puso a favor nuestro. Nos preguntaban por qué había que quitarlo. Al final, al alcalde no le quedó más remedio que cedernos la gestión».

El desafío de autogestionarse

Pero aquella cesión se planteaba desde el Ayuntamiento de Santa Cruz como una trampa, pues los políticos de la época no creían que los comerciantes pudieran sacar adelante el mercado.

«Nos decían que no duraríamos un mes. Pero a los tres meses el déficit ya había desaparecido».

El 1 de junio de 1995 marca el día en que los recoveros plantaron cara al Ayuntamiento y se materializó el traspaso de la gestión, una concesión que se renovaría cada cinco años.

Convertirse en gestores supuso dar un salto al vacío.

«De la noche a la mañana pasamos de ser comerciantes a ser administradores, una misión que no era fácil», recuerda Hernández.

La decisión de constituirse en cooperativa fue clave: «Había sentimiento, ganas de no ceder»; casi era una cuestión de orgullo, de defender los puestos y oficios heredados de sus mayores.

Profesionalización y orgullo colectivo

Para profesionalizar la gestión, incorporaron a tres jóvenes universitarios —dos economistas y un abogado— que todavía hoy siguen vinculados a la Cooperativa del Mercado Nuestra Señora de África.

«Son Miguel, Antonio y Gerardo», apunta la presidenta.

Hija de un carnicero

Estefanía venía de una familia de carniceros.

«Mi padre tuvo carnicería en la Recova Vieja. Yo empecé a ayudarle a los diez años, cuando me sacaron del colegio», recuerda.

«Desde entonces, aquí sigo», dice con una imperturbable sonrisa y el reconocimiento a la labor que, en el pasado, desarrolló la asociación de recoveros, colectivo del que ella llegó a ser secretaria antes de asumir la presidencia de la novel cooperativa.

Treinta años después

Cuando en 1995 el Ayuntamiento les entregó oficialmente la gestión a los vendedores, la directiva prometió no subir los alquileres de los puestos para intentar duplicar el número de comerciantes.

En estos treinta años como cooperativa «solo hemos actualizado la tasa ajustando el IPC», explica Hernández.

Hoy, una ventanita del mercado cuesta entre 100 y 110 euros.

«Y con eso muchas familias han salido adelante. Hemos hecho virguerías con poco presupuesto», precisa.

La presidenta destaca la decisiva aportación económica y el respaldo institucional recibido desde el Cabildo y el Gobierno de Canarias, que permitió la modernización del edificio: hierro forjado, mejoras estructurales y nuevas fórmulas de venta, como comprar a través del móvil y recoger el pedido en taquilla, gracias a la colaboración de la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz de Tenerife.

Un mercado vivo y con lista de espera

Hoy la Recova cuenta con casi 300 comerciantes.

«Tenemos de todo lo habido y por haber: de un alfiler a lo que se te ocurra. Y si no está hoy, te lo traen mañana».

La demanda por hacerse con un puesto ha generado lista de espera.

«Hay gente que me escribe cada semana a ver si queda un puestito libre; tal es la demanda que tendríamos interesados para formar otro mercadito al lado», ríe.

Mirando al futuro

La cooperativa, aunque no dispone de un gran presupuesto, busca la implicación de otras administraciones para las próximas obras de peatonalización y mejora del entorno.

«Queremos que la parte de abajo, donde están las basuras, se transforme. Que haya una planta de reciclaje interior y una zona más agradable para los visitantes».

Orgullo y resistencia

La Recova no solo resiste, sino que se ha convertido en un referente obligado para propios y extraños, símbolo del comercio cercano y de la fuerza colectiva de quienes decidieron no rendirse.

250 años del primer mercado

El primer mercado de abastos de Santa Cruz se estableció en 1775, en la plazuela de Las Verduras, donde hoy está el edificio de Correos. La demanda obligó al Ayuntamiento a construir en 1847 la Recova Vieja, levantada junto al Teatro Municipal -actual Guimerá- sobre terrenos del antiguo convento de Santo Domingo.

Con la inauguración del Mercado Nuestra Señora de África en 1943, la Recova Vieja quedó en desuso.

En la actualidad Estefanía Hernández confía que la peatonalización proyectada marque una nueva etapa.

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