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Superar el “síndrome del Entierro de la Sardina”: emprender todo el año más allá del Carnaval

Profesionalización, formación, sostenibilidad e industrialización: las palabras mágicas que resumen los desafíos del primer congreso dedicado al Carnaval

Vídeo: Embajadores de Carnavales del mundo, en Mamelucos

El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

Como si de un grito de guerra se tratara, el consejero insular de Empleo del Cabildo de Tenerife, Efraín Medina, propuso en la clausura del I Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval desterrar lo que denominó el síndrome del entierro de la Sardina.

«El Miércoles de Ceniza se quema la Sardina, pero sigue la vida, y hay que emprender y afrontar la siguiente edición. Con formación y profesionalización».

Estas palabras resumen las dos jornadas en las que se alternaron las experiencias aportadas por los representantes de Montevideo (Uruguay), Río de Janeiro (Brasil), Barranquilla (Colombia), Düsseldorf (Alemania) y Mindelo (Cabo Verde), a nivel internacional, y, más cerca, Cádiz, Las Palmas de Gran Canaria y Murcia.

El maestro de ceremonias del congreso, Alexis Hernández, advirtió que «el Carnaval no es un museo, sino un camino», para resumir las pautas que marcarán el devenir de la celebración: profesionalización, formación, sostenibilidad e industrialización.

Profesionalización con sello canario

En las cuatro mesas de trabajo celebradas, el director artístico del Carnaval de Las Palmas, Josué Quevedo, puso en valor —a modo de ejemplo— la profesionalización efectiva de diseñadores tinerfeños como Santi Castro, Juan Carlos Armas o Daniel Pagés, que comenzaron como creadores de fantasías y hoy extienden su faceta profesional en la moda, la escenografía o la dirección de espectáculos.

El propio Quevedo, que en su celo por engrandecer sus fantasías de reinas llegó a cobrar 24.000 euros por un traje —aunque acabara gastando 32.000—, ha pasado de aquellos inicios familiares junto a su tía a contar con un equipo de 72 profesionales de todos los sectores del espectáculo.

El Carnaval más largo del mundo

El gerente de Festejos y Espectáculos de la Intendencia de Montevideo, Eduardo Rabelino, destacó que el Carnaval uruguayo es considerado «el más largo del mundo», con una duración que puede superar los 40 días y llegar hasta 50 en algunas ediciones.

En total participan 40 grupos distribuidos en cinco categorías: murgas, revistas, parodistas, humoristas y comparsas de negros y lubolos, estas últimas vinculadas al candombe, una manifestación afrodescendiente declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2009.

El Carnaval de Montevideo reúne a unas 6.000 personas entre músicos, actores y bailarines que actúan ante miles de espectadores en el Teatro de Verano, con capacidad similar. Además, incluye el tradicional desfile de Llamadas, donde participan otras 40 agrupaciones de candombe.

Montevideo, con 1,8 millones de habitantes, recibe miles de turistas argentinos y brasileños atraídos por la magnitud y la identidad cultural de esta fiesta.

Rabelino, vinculado al Carnaval desde hace más de 30 años y fundador del Museo del Carnaval, adelantó que en 2027 se cumplirán 300 años del primer festejo documentado en Montevideo, coincidiendo con la llegada de los primeros colonos canarios en 1726. Aunque aún faltan estudios precisos, estima que el Carnaval mueve unos seis millones de dólares en inversión directa cada año.

Barranquilla: el modelo mixto colombiano

El representante del Carnaval de Barranquilla (Colombia), Alberto Gómez, director de la Oficina de Proyectos Especiales, explicó que el evento se gestiona bajo un modelo mixto, con participación del Ayuntamiento y cuatro socios privados, aunque el manejo es plenamente privado.

El carnaval reúne 811 propuestas artísticas, entre grupos folclóricos, letanías, comedias y colectivos de disfraces que pueden superar las 300 personas cada uno.

Con un presupuesto de 30.000 millones de pesos colombianos, la fiesta genera una derrama económica de 800.000 millones, en una ciudad de 2,2 millones de habitantes que vive el carnaval como su mayor expresión cultural.

Río de Janeiro: el gigante de la samba

El profesor e investigador Flávio Sabrá, del Instituto Federal de Río de Janeiro, detalló que en la ciudad brasileña existen 12 escuelas de samba del grupo principal, cada una con entre 3.000 y 4.000 integrantes, además de otras agrupaciones y blocos callejeros.

El Carnaval de Río cuenta con una inversión pública estimada en 200 millones de reales, aportada por los gobiernos municipal, estatal y federal, además del apoyo de la televisión Globo, encargada de su transmisión. Según Sabrá, el impacto total en la economía alcanza dos billones de reales, con una ocupación hotelera del 98%, sin contar alojamientos informales.

Murcia y Águilas: el poder de las fiestas primaverales

Desde España, Pablo Rizpalacios, presidente de la Agrupación Sardinera de Murcia, explicó que el desfile y las actividades asociadas a las Fiestas de Primavera —celebradas tras la Semana Santa— movilizan unas 2.000 personas entre sardineros, sardineras y grupos de actuación.

El presupuesto ronda entre 1,8 y 2 millones de euros, provenientes de fondos propios y de los colectivos participantes, y el retorno económico estimado supera los 20 millones, ya que durante los cuatro días festivos la ciudad de 500.000 habitantes llega a congregar más de un millón y medio de personas.

En el caso de Águilas, el presidente del Carnaval, David Caparrós, explicó que la fiesta cuenta con unas 40 peñas y cerca de 3.000 personas desfilando, además de diversas galas como la del cambio de poder.

Con un presupuesto de entre 600.000 y 700.000 euros, el Carnaval convierte a este municipio de 35.000 habitantes en un destino que llega a reunir hasta 200.000 personas al día. Parte de la financiación procede del Ayuntamiento y otra de la organización, mientras que el impacto económico se estima en 12 millones de euros.

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