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Un congreso propone profesionalizar el Carnaval como forma de vida

De los cuarenta millones de euros que genera la fiesta de Santa Cruz a los dos billones que mueve Río de Janeiro

El salón de actos del TEA acogió la jornada inaugural del I Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval, que finaliza este viernes.

El salón de actos del TEA acogió la jornada inaugural del I Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval, que finaliza este viernes. / María Pisaca

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife no solo es Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1980, sino que se ha convertido en una forma de vida para centenares de personas que diseñan y confeccionan disfraces, que montan repertorios o han hecho de la música su profesión, amén de ser una de las principales fuentes de ingresos para empresas de espectáculos, de montaje de luz, sonido, sillas, acomodadores, etc.

Un congreso para profesionalizar la fiesta

Con el patrocinio de la Consejería de Empleo del Cabildo de Tenerife, que dirige Efraín Medina, el salón de actos del TEA acoge el I Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval, que se clausura hoy. En las tres mesas de trabajo celebradas quedó de manifiesto la necesaria formación como paso previo a la profesionalización y posterior industrialización que permitirá monetizar unas habilidades que van mucho más allá de unas simples manualidades.

Reconocimiento al artesano del Carnaval

La transformación que se plantea regula el perfil del oficio del artesano de Carnaval. Ya en 2008 el Gobierno de Canarias modificó el catálogo de los oficios de artesanos para incluir el reconocimiento expreso al vinculado con la confección de disfraces y trajes de reinas, y fue seis años después cuando el Cabildo hizo la primera convocatoria para entregar los correspondientes carnés, tras los exámenes oportunos.

Siete u ocho creadores concurrieron entonces y la experiencia durmió el sueño de los justos hasta que la Corporación insular retomó la iniciativa el año pasado, ya con la incorporación de una treintena.

Formación y apoyo institucional

Este reconocimiento hace posible que, en el nuevo curso académico y con el aval del Cabildo de Tenerife, una decena de artesanos del Carnaval esté formando a nuevos valores en centros como Las Indias o Fernando Estévez, en Santa Cruz, así como en Mencey Acaymo, en Los Realejos.

Es una de las aristas de la profesionalización que promueve la Consejería Insular de Empleo, que no descarta ayudar a los creadores con un servicio jurídico que se encargue de registrar patentes y marcas o apoyar a emprendedores que, en el futuro, quieran elaborar artículos promocionales de la fiesta -tipo trompetas de murgas made in artesano del Carnaval-, a modo de ejemplo, y que pudieran venderse en alguna de las diez tiendas que tiene repartidas por la Isla la empresa pública Artesanía de Tenerife.

Legalizar la industria que ya existe

El congreso barrunta que, entre las conclusiones que se obtendrán hoy, al reconocimiento profesional le suceda la legalización de la industria del Carnaval que ya existe y ponga a flote la economía sumergida que se mueve alrededor de esta fiesta, como explicó en una de las mesas el diseñador Juan Carlos Armas, con la autoridad de quien ha ganado reinas y dirigido galas.

Intrusismo profesional

Otro de los grandes valores del mundo de la creación del Carnaval chicharrero, Santi Castro -también ganador de cetros y artífice de la innovación en el uso de materiales y la implementación de la artesanía en las últimas ediciones-, advirtió del intrusismo, otro mal al que se enfrentan los mentores de los mayores disfraces del mundo: los trajes de reinas.

Un Carnaval que mueve millones

El concejal de Fiestas, Javier Caraballero, tradujo a euros la última edición del Carnaval: el Ayuntamiento de Santa Cruz aportó 6,5 millones; el Organismo Autónomo de Fiestas, un millón en patrocinios, y la taquilla generó 400.000 euros en entradas... y todo eso se tradujo en cuarenta millones de retorno, sin incluir, por ejemplo, las cuotas que abonan los 10.000 componentes de un centenar de grupos oficiales que van a parar a costureras y diseñadores.

El responsable de la organización puede presumir de haber sido diseñador de trajes de reinas -incluso ganó una infantil- antes de diseñar tres escenarios para galas y concursos celebrados en el Recinto Ferial. Fue en el tiempo previo a su desembarco en la política.

Un consejero con alma carnavalera

No le es ajeno el Carnaval al consejero del Cabildo Efraín Medina, quien a finales de los ochenta, cuando era animador sociocultural en Candelaria, militó como componente en las filas de la agrupación musical Nobleza Canaria y la comparsa Danzarines Canarios antes de fundar en la Villa Mariana la formación de cuerpo de baile y parranda Tropicana, y hasta la murga Apalacandos.

El representante del Carnaval de Río de Janeiro, segundo por la derecha, en el Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval.

El representante del Carnaval de Río de Janeiro, segundo por la derecha, en el Congreso Internacional de Profesionalización del Carnaval. / María Pisaca

La mirada internacional: el Carnaval de Río

También participó en la primera jornada del congreso un representante del Carnaval de Río de Janeiro, Flavio Sabra, quien combina su condición de estudioso con la colaboración en diferentes modalidades: con cinco de las setenta escuelas que existen, así como con grupos espontáneos y otros que participan en concurso.

Sorprendió cuando puso sobre la mesa que el Carnaval genera un movimiento económico de dos billones de dólares, una elevada cantidad que incluso llevó al moderador de la mesa, Alexis Hernández, a repetirlo ante la sorpresa generada.

Avanzar hacia la profesionalización

Al término de la primera de las sesiones quedó clara la necesidad de avanzar hacia la profesionalización, con el añadido de que esta transformación debe ser liderada desde las instituciones públicas, expuso Alexis Hernández, mientras el concejal Caraballero lanzó el reto a los diseñadores de avanzar en plataformas desde las que puedan vender su trabajo.

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