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Migrantes del Buen Samaritano darán la bienvenida a la Patrona de Canarias

El acto tendrá lugar a las 17:00 horas del próximo sábado, cuando la imagen pase por Los Gladiolos, rumbo a la plaza de España

Pepe ‘el cura de Añaza’ muestra una de las prendas elaboradas en talleres de la Fundación BuenSamaritano.

Pepe ‘el cura de Añaza’ muestra una de las prendas elaboradas en talleres de la Fundación BuenSamaritano. / Arturo Jiménez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

Un grupo de jóvenes migrantes dará la bienvenida a la Virgen de Candelaria a su llegada al barrio de Los Gladiolos, donde tomará forma, sobre las cinco de la tarde, la procesión más solemne de la peregrinación de la Patrona de Canarias, que partirá desde la Villa Mariana a las siete de la mañana.

Será un gesto breve, «sencillo, pero profundamente simbólico», como lo define el sacerdote José Félix Hernández López, conocido popularmente como el cura de Añaza, quien subraya que «la Virgen también es madre y acoge a todos». Hernández, párroco de Los Gladiolos y Añaza y promotor de la Fundación Buen Samaritano, explica que jóvenes del proyecto —entre ellos Abibo, Ousmane, Mor, Mbacke, Brithg y Paul— leerán un texto que han preparado junto al equipo pastoral. «No será un discurso largo. Será algo emotivo y con un mensaje claro: todos tenemos un lugar ante la Virgen», precisa.

Una mirada desde la esperanza

El promotor de la Fundación Buen Samaritano explica que «algunos son cristianos y conocen la historia de la Virgen de Candelaria; otros no, pero todos comprenden su valor como símbolo de acogida y esperanza, como madre».

Hernández recuerda el día en que su destino cambió. «Iba camino de Los Gladiolos y me encontré con un grupo de migrantes durmiendo en la calle. Sentí que no podía seguir de largo», confiesa. De ese impulso nació, primero, una respuesta improvisada; después, una red sólida de apoyo: la Fundación Buen Samaritano.

Una fundación nacida del compromiso

Aunque el proyecto se constituyó oficialmente en 2017, su «génesis» —como él la define— se remonta casi dos décadas atrás, cuando fue destinado a la parroquia de Añaza, tras pasar por El Hierro y La Cruz del Señor. Unos 700 jóvenes han pasado por los hogares y programas de la fundación, de los cuales 160 residen actualmente bajo su cuidado.

El Buen Samaritano ofrece mucho más que un techo. Se trata de un proyecto integral que acompaña a los jóvenes «desde que llegan hasta que logran su independencia». El proceso incluye asesoría legal, formación, inserción laboral y apoyo en la búsqueda de vivienda.

«De los 160 migrantes que tenemos ahora, unos 80 ya están trabajando, pero no podemos dejarlos aún, porque necesitan tiempo para ahorrar y encontrar dónde vivir». El resto se encuentra en proceso de regularización.

Nuevos desafíos ante una realidad cambiante

«Ya no llegan tantos cayucos como antes, pero hay jóvenes que cumplen 18 años y quedan automáticamente en la calle. Algunos incluso con papeles, pero sin sitio donde dormir. Otros vienen de prisión, acusados injustamente de ser patrones de barco», subraya.

El compromiso de la Fundación Buen Samaritano va más allá de la migración. Actualmente prepara dos centros para personas mayores en situación de vulnerabilidad, uno en El Cardonal y otro en El Coromoto, en La Laguna.

«Queremos que los mayores sigan activos, que tengan compañía y que no vivan en soledad», explica.

De Tenerife a Senegal: una misión sin fronteras

La labor del Buen Samaritano se extiende también a Senegal, cerca de Kaolack, con una escuela y un centro materno infantil. «Queremos ayudar a las mujeres con hijos que están en situación de calle. La escuela va muy bien y el centro está en marcha».

En este trabajo colabora con las Religiosas Asuncionistas, congregación que ha hecho «una opción preferencial por el mundo de las migraciones» y que ha elegido Canarias como base para su labor.

«Ellas ya colaboran con nosotros, y queremos seguir trabajando juntos, incluso con proyectos en el sur de la Isla», afirma.

Fe, acogida y humanidad

Pepe, el cura de Añaza, confía en que la visita de la Virgen sirva para «revitalizar la fe, fomentar la acogida y desterrar los discursos de odio».

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