Vecinos de Barranco Grande se lamentan: "la última vez que se asfaltaron las calles fue en la época de Hermoso"

La asociación El Molino denuncia carencias en limpieza y ajardinado mientras el concejal del Distrito confía en incluir el barrio en plan de asfaltado para 2026

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

El pasado enero se cumplieron dos años de la caída que sufrió Ana Concepción González, la presidenta de la Asociación de Vecinos El Molino, en Barranco Grande, en un socavón en la calle principal de este barrio del distrito de Suroeste. La consecuencia: la rotura de un tobillo en el que le tuvieron que poner una placa y ocho tornillos. Casi treinta meses después, el mal estado del firme que motivó el accidente sigue igual.

La dirigente de Barranco Grande la lamenta el estado de abandono en el que se encuentra este barrio al que se fue a vivir hace 21 años. Dirigente vecinal en la asociación de vecinos de Las Palmas, de la Cruz del Señor, Ana Concepción cambió su residencia pero no su compromiso por la defensa de los residentes, esta vez desde Barranco Grande, en su nuevo domicilio.

En una visita por este núcleo del Suroeste afirma de forma categórica, como un lamento, que las calles de Barranco Grande no se han vuelto a empichar desde que la época del entonces alcalde de Santa Cruz de Tenerife Manuel Hermoso, y de eso hace ya casi 35 años. De ahí que la caída de la propia Ana Concepción no haya sido una excepción, sino la consecuencia "del abandono a la que el ayuntamiento tiene sometido este barrio". La dirigente de la asociación de vecinos El Molino tiene la percepción de que el concejal del Distrito Suroeste, Javier Rivero, cuida más al resto de barrios de la zona que a Barranco Grande.

Entre las demandas que plantea la presidenta señala el mal estado de mantenimiento de la plaza motivado por un gran laurel de indias del que se desprenden unos frutos dulces que al caerse al firme de la plaza son un polo de atracción para las hormigas. "Aquí no se pueden sentar los mayores por las hormigas, ni tampoco pueden venir a jugar los niños al parque infantil. Las hormigas no se han llevado los módulos porque no pueden con ellos. ¿Tu has visto cómo está?", cuenta mientras señala superficie de protección de los columpios llena de restos de las semillas del árbol. "Parece que sabían que hoy iba a traer a la prensa porque ahí está limpiando el operario". Ana Concepción lamenta la falta de personal del servicio de limpieza. "Antes había tres operarios y ahora solo hay uno y tiene que hacer desde Barranco Grande hasta la zona conocida como Fuente Fría".

Ana invita a mirar la copa del árbol. "No se ve la luz". El colmo de la situación, explica la dirigente, fue cuando las ramas se colocaron en el balcón de la asociación.

Tanto para la presidenta de El Molino como para Isidro Negrín, el responsable de la Agrupación Deportiva Amigachos Teide (AD Teide) -también presente en el recorrido, la solución a la plaza que se localiza junto a la asociación de vecinos pasa por quitar el laurel de indias. "Desde la época que Gladis de León era concejal del Distrito Suroeste hemos pedido que retiren el árbol de la plaza, pero como quien pone agua en un cesto". Ana mira para el mural que en abril de 2024 se pintó en la mared de la plaza para inmortalizar al maestro del vecino colegio Bethencourt y Molina Senén Pérez. "Con tanta suciedad, ya no se le reconoce ni la cara", se lamenta.

Ana rompe una lanza por los efectivos de limpieza que baldean los contenedores, otra cosa es que "los recipientes de basura que tenemos aquí son los que no quieren en Santa Cruz", asegura mientras Isidro cuestiona el estado de uno de ellos y sostiene la tira desgajada de un lateral, roto. "Y en otra calle lo tienen atado con una verga", precisan.

Los sufridores en casa, nunca mejor dicho, de la limpieza de la plaza de la asociación son los vecinos de las casas de la parte baja. "Baldean y luego le dejan aquí toda la porquería por fuera de sus viviendas", cuenta Ana, haciéndose eco de la denuncia de los residentes que denuncian que los imbornales están obstruidos porque caen las semillas de los árboles.

También le parece insuficiente los parques infantiles con los que cuenta el barrio. "Aquí en la plaza hay unos módulos y y otras dos zonas repartidas, una de ellas en la calle sin salida, que lo querían retirar y al final los dejaron".

Respecto a la sede de la asociación de vecinos, Ana asegura que no pueden abrir las ventanas de la parte alta que son de madera por miedo a que se caigan. Recuerda que hace cuatro años se puso en marcha un proyecto europeo que fue la muerte del colectivo vecinal. En la actualidad se imparte actividades que pagan los propios socios y se lamentan que no están incluidos en la programación de Santa Cruz Activa.

Mención aparte hace la dirigente vecinal de puntos negros donde algunas empresas del propio barrio apilan desde escombros a muebles viejos y hasta restos de coches, como ocurre en la calle Corominas. También se repite este caso en la vía Barranco Grande, a la altura de un contenedor de vidrio.

A pesar del tono crítico, Ana admite su cariño por el concejal de zona, Javier Rivero, de quien admira su etapa reivindicativa cuando estuvo al frente de la asociación de vecinos El Rosarito. "Luego se puso la corbata y se olvidó de los barrios".

El recorrido abarca las calles San Albino y Obdulio, donde hay contenedores en mal estado, escombros, un firme irregular... Y para puntos negros, el de la calle Eliseo, con media carpintería apilada junto a otro recipiente. Ana se lamenta. "Llevo desde diciembre esperando por una reunión con el alcalde; quiero que venga a ver cómo está el barrio... Primero se disculpó porque coincidió con Navidad y Fiestas y hasta la fecha".

"Aquí no vino Bermúdez ni en elecciones y tampoco quiero saber nada de Patricia (Hernández) porque cuando estuvo no me hizo caso", añade.

Entre los grande proyectos de los que Barranco Grande se podría beneficiar, Ana señala la piscina que estaba proyectada en Tíncer. "Rivero me dijo que no era rentable y por eso se aparcó; el alcalde me explicó que no lo permitía el Plan General... ni para mentir se ponen de acuerdo". Mientras, ella sigue acudiendo a las vecinas instalaciones deportivas del Polvorín de Taco, "aunque tenga que pagar 3 euros más cada vez que acudo porque soy de Santa Cruz y ese servicio es de La Laguna".

El concejal del distrito Suroeste, Javier Rivero, reconoció el mal estado de asfaltado en las calles de la parte antigua de Barranco Grande y se mostró confiado en que se incluya en el lote que se ejecutará en el año 2026. Llueve sobre mojado en el caso de la petición de quitar el árbol de la plaza de la asociación, mientras se comprometió a poner en conocimiento de su compañero de Servicios Públicos, Carlos Tarife, las deficiencias denunciadas por los vecinos.

Respecto a la piscina de Tíncer, precisa que se dan las dos circunstancias que tanto él como el alcalde le han explicado a la dirigente vecinal. "Estaba prevista hasta que llegó el PSOE y suprimió el proyecto en 2020. Luego decayó el Plan General y el actual no contempla un uso de esas caracteríticas".

También se comprometió a impulsar monitores para actividades en la asociación de vecinos El Molino, siempre que haya un grupo de vecinos que lo demande y se cumpla el cupo.

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