"No como caliente desde hace una semana porque me retiraron la ayuda a domicilio"; así vive Berta, de 78 años y con movilidad reducida

El Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) le informó desde enero que, al tener dependencia reconocida, pasaba a una cobertura del Gobierno canario que ella rechaza porque son menos horas de atención

Berta, vecina de 78 años que desde el 4 de junio no tiene ayuda a domicilio municipal y que quiere preservar su intimidad.

Berta, vecina de 78 años que desde el 4 de junio no tiene ayuda a domicilio municipal y que quiere preservar su intimidad. / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

"No pido dinero. Solicito la ayuda a domicilio que me corresponde como derecho". Usuaria del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) del Ayuntamiento de Santa Cruz desde el año 2014, Berta González, de 78 años y con movilidad reducida, permanece sin esta cobertura desde el 4 de junio. Una llamada telefónica de los servicios sociales municipales le comunicaban la víspera, el 3 de junio, que se interrumpía esta cobertura.

En la última semana, Berta, que depende de una andadora y una silla de ruedas para moverse hasta en su casa, asegura que solo come frío y no se puede bañar. "Hice una compra al supermercado, me la trajeron y la colocaron en la nevera", electrodoméstico junto al que pasa la vida en un sillón. Pegado a un lateral del frigorífico cuelga el portero. Delante de ella, su andadora, y a la izquierda, una mesa portátil con un paquete de galletas y unas cremas para los dolores.

Dependencia reconocida

Berta, con grado dos de dependencia reconocida por la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, está acogida al programa de Autonomía Personal del referido departamento autonómico, compatible con el servicio de ayuda a domicilio que le prestaba el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

El pasado 31 de diciembre expiró el convenio entre Consejería de Bienestar Social y el IMAS y aquellas personas que disfrutaban de cobertura de atención a domicilio desde el Ayuntamiento pasaron a depender del Gobierno canario, lo que permitió a la Corporación atender a quienes no tienen aún la dependencia reconocida y por tanto no tenían ayuda de ningún tipo, explica la responsable del área, Charín González.

Hasta entonces, Berta disfrutaba de ayuda a domicilio los siete días de la semana: de lunes a viernes, una hora y media (aunque ella dice que son tres, porque iban dos auxiliares) y los sábado y domingo, una. Este servicio fue el que se le interrumpió el pasado día 3 de junio después de que desde el 1 de enero se le comunicara que pasaba a dependen de la Consejería de Bienestar Social.

Según Berta, el cambio en la ayuda a domicilio le diezmaba la atención y pasaba a tener reconocida solo tres horas a la semana, un tiempo insuficiente para el aseo personal que requiere a diario o para que le preparen comida y atender la casa.

En la actualidad mantiene la cobertura que le reconoce Autonomía Personal: una fisioterapetua se desplaza tres veces al mes para darle un masaje, otra auxiliar acude otros tres días al mes para hacerle recados y una tercera va una vez a la semana para acompañarla a un pequeño paseo en su silla de ruedas.

Berta, vecina de 78 años que desde el 4 de junio no tiene ayuda a domicilio municipal y que quiere preservar su intimidad.

Berta, vecina de 78 años que desde el 4 de junio no tiene ayuda a domicilio municipal y que quiere preservar su intimidad. / Andrés Gutiérrez

Ayuda para el aseo y el hogar

Berta admite que se encuentra en una situación crítica porque necesita ayuda para todo en su casa y solicita que le mantengan la misma cobertura de la que disfrutaba hasta hace siete días. "Me dan tres horas a la semana. ¿Qué hago con la discapacidad que tengo?", se pregunta, para precisar que necesita ayuda para asearse, para limpiar la casa y que le hagan comida. Junto al personal del programa de Autonomía Personal, de la Consejería, una voluntaria que localizó a través de un intermediario acude todas las tardes para ayudarla a acostar.

"Tengo mucha fuerza y quiero vivir en mi casa y ser atendida en mi casa", insiste Berta, viuda y madre de dos hijos fallecidos. Asegura que hace ya tiempo hizo una declaración de últimas voluntades adelantadas en que hace constar su deseo. Y desliza un... "si esto es una estrategia para sacarme de mi casa, no lo voy a permitir".

Fuentes municipales precisan que el caso de Berta ha requerido la intervención de la Policía y servicios de asistencia sanitaria porque han ido en su auxilio cuando se ha caído, información que se ha trasladado a otras instancias.

"Si esto es una estrategia para sacarme de mi casa, no lo voy a permitir"

Desde la Consejería de Bienestar Social del Gobierno de Canarias se explica que la prestación que recibe desde el programa de Autonomía Personal es compatible con la ayuda a domicilio, y se asegura que Berta puede optar por esta cobertura municipal si lo prefiere, si bien lo que se le ha comunicado desde el Ayuntamiento de Santa Cruz es que su caso se transfierió desde el 1 de enero al departamento autonómico por tener reconocida su dependencia.

Hace casi un año solicitó la revisión de su grado dos y se le mantuvo, aunque depende de otras personas para moverse o asearse.

El botón de teleasistencia de Cruz Roja que cuelga de su cuello y el móvil son sus únicos vínculos con la calle, mientras espera no caerse y que la voluntaria regrese esta noche para acostarla.

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